
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, reaccionó este viernes a un artículo publicado por la influyente revista británica The Economist, que lo calificó como “el terrible presidente de Colombia” y lo acusó de estar “desesperado” por la falta de resultados en sus reformas estructurales.
A través de su cuenta de X, el mandatario respondió con un tono irónico y crítico, defendiendo su visión de Gobierno y negando que tenga intenciones de cambiar la Constitución.
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“Jajaja... nuestra revista del pensamiento crematístico, cree que el Estado Social de Derecho y la economía social de mercado son pensamientos vagos”, escribió Petro en su publicación, haciendo referencia directa a la línea editorial de The Economist, que cuestiona la efectividad de su mandato y los fundamentos de su propuesta política.
En el mismo mensaje, el presidente agregó: “Esos conceptos globalizados, son indispensables para la descarbonización productiva y social sin lo cual, solo vendría la extinción”.
Un artículo demoledor

El detonante de la reacción presidencial fue un artículo titulado “El terrible presidente de Colombia se desespera”, publicado en la más reciente edición de The Economist. La revista analiza los casi tres años de mandato de Petro desde una óptica crítica, cuestionando tanto su estilo de liderazgo como los avances en sus principales reformas sociales.
“El estilo de gobierno pugilístico del señor Petro ha dificultado obtener apoyo en el Congreso, mientras que los tribunales han frenado algunas de sus reformas. Exasperado, el señor Petro ahora coquetea con la idea de cambiar la Constitución”, indica el artículo, sugiriendo que el mandatario estaría buscando sortear los obstáculos institucionales mediante una reforma constitucional.
Ante esa afirmación, el presidente fue enfático en su desmentido: “Pero hay que informarle que no planeo cambiar la constitución ni estoy desesperado. Planeo que se aplique la constitución de 1991”.
Además, enfatizó que su intención es hacer cumplir el mandato constitucional: “El Estado Social de derecho es fundamental para dejar de ser el tercer país más desigual socialmente de la tierra”, afirmó, al tiempo que propuso ampliar la discusión constitucional hacia un nuevo eje: la crisis climática: “Se puede agregar un tema que no se discutió en 1991: cómo mitigamos y nos adaptamos a la crisis climática. En otras palabras, cómo Colombia se descarboniza y se convierte en poder mundial de la vida”.
Petro finalizó su mensaje con una reflexión en clave filosófica: “Estos conceptos, quizás, nos lleven a un concepto cotidiano y concreto: ¿cómo vivimos en paz? Ojalá The Economist tenga alguna teoría al respecto”.

Reformas en disputa
El texto de The Economist también realiza un repaso por los principales frentes de reforma del Gobierno colombiano: salud, pensiones y trabajo. La revista asegura que la estrategia de Petro ha sido más destructiva que correctiva, en especial en el sistema de salud, donde “el año pasado propuso un proyecto de ley que nacionalizaría todas las aseguradoras privadas”.
Tras el rechazo del Congreso a esa propuesta, los reguladores intervinieron las dos EPS más grandes del país, lo que, según el medio británico, fue una movida polémica. Aunque una versión más moderada fue aprobada en la Cámara de Representantes, The Economist anticipa que podría naufragar en el Senado.
En cuanto a la reforma pensional, el medio destaca que la Corte Constitucional la devolvió al Congreso por vicios en el trámite legislativo. El proyecto, que obliga a cotizar en el sistema público a quienes ganan hasta 2,3 salarios mínimos, permanece en incertidumbre.
Sobre la reforma laboral, la publicación señala que fue la única que avanzó, pero advierte sobre sus posibles efectos adversos: “Fedesarrollo, un centro de pensamiento en Bogotá, calcula que la reforma elevará el costo de la contratación hasta en 15%. Podrían despedir empleados, empujando a aún más colombianos al mercado informal, donde aproximadamente 60% de los trabajadores ya labora”.
Violencia persistente y gabinete inestable

Otro de los temas abordados por The Economist es el proceso de paz impulsado por el Gobierno de Petro. Aunque reconoce su voluntad de dialogar con todos los actores armados, la revista resalta la continuidad de los hechos violentos como un signo de fracaso. Entre ellos, menciona el atentado contra el senador Miguel Uribe el 7 de junio, así como masacres registradas en Cali y zonas rurales.
La publicación también pone en tela de juicio la estabilidad interna del Gobierno. Menciona que Petro ha renovado su gabinete cuatro veces y ha nombrado más de 50 ministros desde que asumió el cargo. La reciente acusación del exministro Álvaro Leyva, que insinuó que el presidente consume drogas, también fue citada como parte de la percepción de un Gobierno “debilitado”.
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