Estados Unidos entregó millonaria inversión en el tapón del Darién, mientras que en Colombia piden apoyo de Panamá

Desde que se posesionó en Estados Unidos Donald Trump, el republicano ha puesto la crisis migratoria que se registra en el tapón del Darién, única frontera terrestre entre América del Sur y Centroamérica, como una de las prioridades de su mandato.

Es por ello que Estados Unidos ha apoyado financieramente a Panamá para que se ejecuten varios vuelos con migrantes que han sido devueltos a sus países de origen, también ha financiado los proyectos que han tenido en la nación centroamericana, incluyendo el cerco de varios tramos del Darién.

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Para seguir con el apoyo, el embajador de Estados Unidos en Panamá, Kevin Cabrera, visitó el Darién para entregar al ministro de Seguridad, Frank Ábrego, botes, buses y equipos avaluados en más de tres millones de dólares para reforzar la seguridad de la frontera.

La visita se registró como muestra del compromiso que tienen estos países de frenar el flujo migratorio, pero también la intención de combatir a las estructuras criminales que mueven drogas y armas por la zona, aprovechándose de los extranjeros.

El ministro panameño y el embajador se reunieron en un centro de recepción de migrantes que fue cerrado en Lajas Blancas, en donde los funcionarios resaltaron que en 2025 se ha logrado una reducción del 99% en la inmigración irregular a través del Darién.

Además, el norteamericano al Servicio Nacional de Fronteras de Panamá (Senafront) un centro de mantenimiento de vehículos en Metetí, construido con el apoyo de ingenieros estadounidenses como parte del acuerdo bilateral.

La Embajada de los Estados Unidos también entregó al Ministerio de Seguridad de Panamá 16 botes inflables reforzados y 32 motores, con los que aumentará el pie de fuerza de las autoridades en las rutas marítimas que son utilizadas por los “Coyotes”.

Desde la embajada de Estados Unidos en Panamá indicaron que “estas donaciones fortalecerán la capacidad de Panamá para combatir el crimen organizado y reducir el tráfico de drogas y la inmigración irregular”.

Mientras Estados Unidos sigue apoyando a Panamá para terminar con la crisis migratoria hacia el norte, en Colombia la Procuraduría General de la Nación advirtió sobre la crisis humanitaria que se vive en el Darién por el retorno de al menos 9.000 migrantes desde México y Costa Rica.

Al respecto, el procurador, Néstor Osuna, indicó que el “flujo migratorio inverso” ha provocado crisis en Necoclí, Turbo, Capurganá y Acandí.

“Personas que pasaban por el Darién, muchas veces víctimas de grupos ilegales, intentando migrar hacia el norte del continente, en vista de que no pudieron llegar a ese lugar de destino, se ven obligadas a retornar. Normalmente, llegan hasta Puerto Valdivia, en Panamá, y de allí en lanchas que son manejadas por grupos ilegales y por estructuras criminales”, indicó Osuna.

De acuerdo con la Procuraduría, la mayoría de migrantes que han vuelto son de nacionalidad venezolana y ecuatoriana, que han sido víctimas de estafas y detenciones de grupos delincuenciales en algunos países de Centroamérica.

Al respecto, Migración Colombia ha alertado sobre los altos niveles de estrés, lesiones e insolación que sufren los migrantes durante el paso por el Darién, provocando que el procurador indicara que, debido a que se trata de una emergencia que está comenzando, Panamá y Colombia están a tiempo de intervenir.

“Existe una alerta temprana binacional entre Colombia y Panamá y, por lo tanto, le corresponde a las dos cancillerías atender el modo de seguir las instrucciones y solicitudes que están en esas alertas tempranas”, aseguró Osuna.

Una de las propuestas de la procuraduría está en tener claridad en los procesos migratorios de ingreso y salida, así como en los trámites administrativos de deportación y expulsión.