Se realizó una nueva reunión entre Argentina y Brasil por la bajante de los ríos Paraná e Iguazú

Ya se implementaron medidas para solucionar la problemática, mientras se complica la actividad exportadora en los puertos del Gran Rosario, en pleno desarrollo de la cosecha de soja y maíz

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La bajante del Paraná, a la altura de la provincia de Corrientes. Se complica el desarrollo de las exportaciones
La bajante del Paraná, a la altura de la provincia de Corrientes. Se complica el desarrollo de las exportaciones

Mediante una videoconferencia se realizó ayer la tercera reunión entre funcionarios de la Argentina y Brasil para analizar el déficit hídrico de los ríos Paraná e Iguazú que afecta a toda la región, y que está provocando numerosos inconvenientes al funcionamiento de la actividad exportadora en los puertos instalados en el Gran Rosario.

La bajante se generó por el déficit de lluvias en el norte de la Argentina, sur de Brasil y también en Paraguay. Si bien hay para este miércoles y jueves pronósticos de precipitaciones para la zona del litoral de nuestro país, las mismas no serán suficientes para avanzar con la solución definitiva de la problemática.

Según informaron desde el Ministerio de Obras Públicas de la Nación, a través de la Secretaría de Infraestructura y Política Hídrica, durante el encuentro de ayer Brasil informó que el Consejo de Administración de Itaipú aprobó flexibilizar la cota de su embalse a los 217 msnm (metros sobre el nivel del mar), y por lo tanto la erogación de la represa, que alimenta las aguas del Río Paraná, será de 8.500 m3/s el 18 y 29 de mayo; de 7.500 m3/s el 30 de mayo, y 7.000 m3/s el 31 de mayo.

Además, todo eso se suma a lo que se había acordado el pasado 18 de abril, cuando Brasil anunció la programación de las erogaciones para que el incremento total sea de 1400 m3/s y el caudal ascienda hasta los 6750 m3/s.

En relación a la situación del Río Iguazú, “las erogaciones de la central Baixo Iguaçú se mantendrán en 200 m3/s para acumular reservas de agua que puedan posteriormente ser utilizadas, en caso de que se agrave la situación de déficit hídrico”, informaron en un comunicado desde la Secretaría de Infraestructura y Política Hídrica.

La bajante del Paraná, a la altura de la provincia de Corrientes
La bajante del Paraná, a la altura de la provincia de Corrientes

Se anunció un nuevo encuentro para el miércoles 27 de mayo, para consensuar un nuevo esquema de operaciones para el mes de junio. La delegación argentina estuvo conformada, además, por representantes de los Ministerios de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto; Transporte; Desarrollo Productivo; Ambiente; y Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación; del Instituto Nacional del Agua, dependiente del Ministerio de Obras Públicas; la Entidad Binacional de Yacyretá; Prefectura Naval Argentina; y de la Comisión Mixta argentino – paraguaya del Río Paraná.

Consecuencias

La bajante del río Paraná derivó en numerosos problemas logísticos, de transporte y de industrialización, en la zona de los puertos del Gran Rosario. Según una proyección realizada por el equipo económico de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), esta situación, que resiente la navegación y carga máxima de los buques y barcazas en las terminales portuarias, provocaría una pérdida de 244 millones de dólares en el primer cuatrimestre de este año al complejo exportador agroindustrial, y por ende va a repercutir en la economía nacional.

El sector agroindustrial instalado en la zona del Gran Rosario, concentra el 80% de la capacidad teórica diaria de procesamiento de soja y girasol que tiene Argentina. Además, desde estas terminales portuarias se despacharon el año pasado el 67% de los granos, el 96% de las harinas y el 93% de los aceites vegetales que exportó el país en el período.

Según los especialistas de la Bolsa de Rosario, entre las principales problemáticas que esta situación trae aparejada en relación a la logística de exportación, industrialización, operatividad y los costos asociados que reportan las mismas empresas del sector, surgen los costos relacionados a la necesidad de ajustar el volumen de carga en el Gran Rosario y completar la carga en otros puertos de la zona y costos de buques de menor porte que incurren en un falso flete al no poder completar su capacidad máxima de carga.

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