Los expertos afirman que la NASA necesita actualizar sus esfuerzos de "protección planetaria"

Por Joel Achenbach

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La NASA mostró su preocupación ante la “protección planetaria” (Archivo)
La NASA mostró su preocupación ante la “protección planetaria” (Archivo)

La exploración del sistema solar no es lo que solía ser. En los viejos tiempos, varias agencias gubernamentales exploraban todo el espacio. Las 12 personas que caminaron en la Luna confiaron en el transporte administrado por el gobierno.

Ahora estamos en la era del Nuevo Espacio, y los empresarios quieren correr hacia la Luna y Marte en una nave espacial privada. Elon Musk quiere construir ciudades en el Planeta Rojo.

La NASA, por su parte, tiene sus propias aspiraciones para las misiones humanas a Marte, primero para orbitar el Planeta Rojo y más tarde para aterrizar, una misión prevista para la década de 2030. La NASA también está armando lentamente un proyecto robótico de retorno de muestras, que comenzará cuando se llegue a Marte para sacar muestras de la superficie marciana.

Todo esto plantea una cuestión sobre la "protección planetaria".

Para cumplir con el principio de protección planetaria, cualquier nave espacial que vaya a Marte o a cualquier otro destino donde puedan existir condiciones para la vida, no debe contaminar ese entorno con nuestros microbios terrestres. Lo contrario también vale: no devuelvas involuntariamente microbios extraños a la Tierra.

Un informe publicado por las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina está instando a la NASA a mejorar su proceso de protección planetaria a la luz de los nuevos jugadores en el sector de la exploración espacial y la posibilidad de grandes misiones a Marte y a las lunas del sistema solar exterior.

"Este proceso debe comenzar ahora", expresó Joseph Alexander, un consultor espacial que presidió el comité que redactó el informe. "Si la gente va a Marte en 2030, no es demasiado temprano para estar preparado".

Los defensores de las misiones humanas a Marte, a veces, han visto la protección planetaria como un obstáculo. Pero también es la ley: el Tratado del Espacio Exterior de 1967, un acuerdo internacional, establece que los signatarios explorarán otros mundos de una manera "para evitar su contaminación dañina y también los cambios adversos en el medio ambiente de la Tierra resultantes de la introducción de materia extraterrestre".

Alexander dijo que ninguna agencia gubernamental en Estados Unidos tiene autoridad para regular las acciones de compañías privadas que colocan hardware en otros mundos. La Administración Federal de Aviación regula los lanzamientos y aterrizajes, pero no las cargas.

Los empresarios adoptarán un régimen regulatorio claro, según apunta Norine Noonan, profesor de ciencias biológicas en la Universidad del Sur de la Florida en San Petersburgo, que formó parte del comité de Academias Nacionales.

"¿Qué quiere la comunidad regulada? Quieren certeza. Quieren predecibilidad. Quieren que se les diga que esto es lo que tienes que hacer", apuntó.

En términos de protección planetaria, comentó, "la NASA realmente no tiene un plan, en este momento, para las misiones humanas a Marte… Una vez que comienzas a enviar humanos a otros mundos, el juego cambia. Porque tienes que traer de vuelta a la gente. Los humanos están arrojando fuentes de virus y bacterias. Tenemos más bacterias en la superficie de nuestro cuerpo que células".

Nadie sabe si hay vida en Marte. No es obviamente una morada de la vida, pero la vida es increíblemente adaptable y podría haber organismos marcianos acechando en los acuíferos.

Una buena razón para hacer cumplir las reglas de protección planetaria es la credibilidad científica. La NASA no quiere que la búsqueda de vida en Marte sea contaminada por microbios polizones de la Tierra.

"Los organismos podrían mancillar por completo lo que hay y poner en peligro la ciencia", subrayó Gary Ruvkun, profesor de genética en la Facultad de Medicina de Harvard y miembro del comité de Academias Nacionales.

Dicho eso, cree que las políticas de protección planetaria han sido demasiado restrictivas. Por ejemplo, el miedo a contaminar una ubicación de interés biológico en Marte o una Luna en los planetas exteriores podría inhibir el lugar donde podría aterrizar una nave espacial o dónde podría explorar un científico.

"Inhibe la capacidad de explorar. Inocentemente piensa que si tienes algunas bacterias en una nave espacial, simplemente van a crecer como locos y arruinarán el próximo planeta", dijo. "Me parece un poco ridículo. Es una especie de ideología de los años 50".

También piensa que es extraordinariamente poco probable que un organismo marciano traído a la Tierra causara estragos.