Son las sandalias favoritas de Brasil. Ahora, la derecha las boicotea

Reportajes Especiales - Business

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Las sandalias más populares de Brasil pasaron de ser un símbolo compartido a convertirse en objeto de confrontación ideológica.

Pocas prendas son tan brasileñas como una marca de sandalias de goma de colores vivos.

Millones de personas usan estas sandalias omnipresentes --fabricadas por la empresa brasileña Havaianas-- para ir a la playa o descansar en casa, hacer mandados o encontrarse con amigos en un bar.

Incluso mientras las divisiones políticas han fragmentado al país más grande de América Latina, su amor inquebrantable por las Havaianas era algo en lo que casi todos coincidían. "Todo el mundo las usa", proclama el eslogan de la empresa. "Todo el mundo las ama".

Hasta que las sandalias favoritas de Brasil se vieron envueltas en una tormenta política.

El problema empezó esta semana con el lanzamiento de una nueva campaña navideña de Havaianas protagonizada por la popular actriz brasileña Fernanda Torres. En un anuncio de las sandalias, Torres insta juguetonamente a los brasileños a no empezar el Año Nuevo "con el pie derecho", aludiendo a una expresión popular asociada a la buena suerte.

"Lo que yo deseo es que empieces el Año Nuevo con los dos pies: los dos pies en la puerta, los dos pies en el camino, los dos pies en el juego, los dos pies donde tú quieras", dijo Torres, de 60 años, cuya actuación en la película ganadora de un OscarAún estoy aquí, sobre la brutal dictadura militar de Brasil, la catapultó al estrellato mundial el año pasado y consolidó su reputación en el país como icono progresista.

La reacción de los conservadores brasileños fue inmediata. Figuras destacadas de la derecha, incluidos los hijos del expresidente Jair Bolsonaro, interpretaron el anuncio como un mensaje político dirigido contra su movimiento de cara a lo que probablemente será una elección presidencial decisiva el próximo año.

En un video difundido en las redes sociales, Eduardo Bolsonaro, uno de los hijos del expresidente, llamó a boicotear las sandalias. "Yo pensaba que esto era un símbolo nacional", dijo, sosteniendo un par de Havaianas negras adornadas con una pequeña bandera brasileña.

"Me equivoqué", añadió, arrojando las sandalias a un tacho de basura.

Algunos aliados de Bolsonaro prometieron pasarse a sandalias de marcas competidoras, o incluso abandonar las sandalias más emblemáticas de Brasil para usar Crocs.

Havaianas no respondió a las preguntas sobre las críticas a su campaña publicitaria. Una portavoz de Torres declinó hacer comentarios. Durante la gira promocional de Aún estoy aquí, Torres dejó clara su oposición a Jair Bolsonaro.

La polémica en línea avivó divisiones políticas latentes en Brasil, que se intensificaron este año después de que el Supremo Tribunal Federal condenara a Bolsonaro a 27 años de prisión por planear un golpe de Estado tras perder la última elección presidencial. Su juicio dividió al país, provocando manifestaciones tanto de la izquierda como de la derecha.

Desde su condena, legisladores alineados con Bolsonaro han evaluado formas de concederle amnistía o reducir su pena, lo que ha dado esperanzas a sus simpatizantes de derecha, pero ha enfurecido a muchos brasileños que creen que esos intentos perpetúan la larga historia de impunidad del país.

Bolsonaro sigue siendo una figura poderosa de la derecha, aunque su condena le impide ocupar cargos públicos de por vida. En su ausencia, se espera que otro de sus hijos compita contra el presidente Luiz Inácio Lula da Silva en 2026. En una encuesta realizada este mes, cerca del 40 por ciento de los brasileños dijo que votaría por Lula, un dirigente de izquierda, mientras que alrededor de una cuarta parte planeaba apoyar a Flávio Bolsonaro, hijo del expresidente.

El anuncio de Havaianas, que se estrenó el primer día de verano en el hemisferio sur y a pocos días de la Navidad, tocó una fibra sensible entre los brasileños conservadores, que lo interpretaron como un intento apenas velado de desalentar el voto a candidatos de derecha.

Las sandalias Havaianas se crearon en Brasil en 1962, inspiradas en las sandalias japonesas zori, hechas con suelas de arroz tejido. Baratas y duraderas, se popularizaron rápidamente y se integraron de forma profunda en la vida cotidiana del país.

Hoy se venden unos 250 millones de pares de sandalias Havaianas al año en más de 100 países, según el sitio web de la empresa. En Brasil, muchas personas se refieren a las sandalias simplemente como "Havaianas" y las colocan en los calcetines navideños. Fuera del país, las Havaianas se han convertido en un objeto codiciado de la moda, presente en pasarelas de todo el mundo.

Esta semana, en una tienda Havaianas de Río de Janeiro, los clientes se agolpaban frente a filas de sandalias de colores vivos. Algunos modelos eran sencillos y resistentes, otros estaban decorados con flores o pájaros exóticos. Los niños señalaban versiones diminutas estampadas con Mickey Mouse y el Capitán América. Una mujer se calzó una sandalia brillante adornada con pedrería.

Fuera de la tienda, Cristina Galvão, una médica de 73 años, pasó apresurada frente al escaparate iluminado con gesto de desdén. "Todo el mundo las usa… pero ya no más", dijo. "Las estamos boicoteando para mostrar que este anuncio es ridículo. Es propaganda izquierdista vergonzosa".

Otros no entendían el alboroto. Para Rosilea Moreira, trabajadora de recursos humanos de 49 años, el anuncio no tenía nada de político. "La gente hizo un escándalo de la nada", dijo, mientras salía de la tienda con un par nuevo de sandalias en una bolsa colorida.

"Esto no es de izquierda o de derecha", dijo Moreira, y añadió: "ponerse un par de sandalias y disfrutar de la playa, eso es Brasil".

Ana Ionova es una colaboradora del Times que vive en Río de Janeiro y cubre Brasil y países vecinos.