Así fue la larga lucha de Nick Reiner con las drogas

The New York Times: Edición Español

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Por años, Reiner, quien fue detenido en relación con las muertes de Rob y Michele Reiner, osciló entre la rehabilitación y la indigencia, los esfuerzos por alcanzar la sobriedad y las recaídas.

Después de que Nick Reiner ingresara a su primer programa de tratamiento de adicción a las drogas cuando tenía unos 15 años, su turbulenta vida osciló entre la rehabilitación y la indigencia, los esfuerzos por alcanzar la sobriedad y las recaídas.

A veces, parecía que había logrado más estabilidad en la edad adulta. Pero cualquier apariencia de equilibrio se hizo añicos cuando los padres de Reiner, el director de Hollywood Rob Reiner, de 78 años, y Michele Singer Reiner, de 70, fueron hallados muertos a puñaladas en su casa de Los Ángeles el domingo.

Nick Reiner, de 32 años, fue arrestado como sospechoso de asesinato y se encuentra detenido sin derecho a fianza.

Durante muchos años, Rob Reiner, el creador de películas tan queridas como Cuando Harry encontró a Sally… y La princesa prometida, tuvo que lidiar con un hijo en crisis. La lucha familiar se mantuvo en gran medida en privado cuando Nick Reiner era joven, pero de adulto habló abiertamente de sus batallas con la heroína y la cocaína en entrevistas y pódcast. En una ocasión calculó que había estado en tratamiento por drogas 18 veces durante su adolescencia.

En las entrevistas públicas, Nick Reiner contó anécdotas sobre sus crisis y su comportamiento volátil. Una vez, despierto durante días por la cocaína en la casa de invitados de sus padres, "empezó a golpear distintas cosas", incluida una televisión y una lámpara, recordó en el pódcast Dopey en 2018. "Todo lo que había en la casa de invitados quedó destrozado", dijo.

En otra ocasión, dijo, sufrió un infarto en un avión debido al consumo de cocaína y se despertó en un hospital.

Y una vez tiró una piedra por la ventana de un centro de tratamiento para convencer a los funcionarios de que necesitaba medicación, dijo en otro pódcast sobre la adicción en 2016.

"Estaba muy perdido, no sabía nada de mí mismo ni del mundo", dijo Reiner en el pódcast. "Y ese era el único mecanismo de supervivencia que conocía".

Alan Horn, expresidente de los estudios Disney y amigo íntimo y antiguo colaborador de Rob Reiner, dijo que los amigos de la familia conocían el historial de problemas de drogadicción de Nick Reiner, pero que, gran medida, los Reiner habían mantenido los detalles en privado.

Recordó que Michele Reiner había dicho hace unos años sobre las dificultades de su hijo: "Lo hemos intentado todo. No sabemos qué más hacer".

Cuando Nick Reiner fue enviado a rehabilitación por primera vez de adolescente, recordó en el pódcast de 2016, lo pusieron en una habitación con un adicto a la heroína. Aunque en aquel momento se dijo a sí mismo que nunca probaría la droga, finalmente lo hizo.

"Me he dado cuenta de que cuando estás rodeado de gente que está tan dispuesta a salir y arruinarlo todo por una sola cosa", dijo, "te insensibilizas ante estas cosas tan duras".

Cuando se negaba a permanecer en rehabilitación cuando era un adolescente más grande, a veces acababa en la calle y en albergues, y en 2016 declaró a la revista People que había estado sin hogar en Maine, Nueva Jersey y Texas.

"Cuando estaba ahí fuera, podía haber muerto", dijo a la revista. "Todo es cuestión de suerte. Tiras los dados y esperas salir adelante".

Nacido en 1993, Nick Reiner creció con dos hermanos, Jake y Romy. Cuando nacieron, su padre ya era un éxito de Hollywood que había empezado a actuar en la comedia All in the Family. Su abuelo Carl Reiner, quien creó The Dick Van Dyke Show, fue un gigante de la televisión del siglo XX.

Nick Reiner finalmente entró en la industria del entretenimiento.

En un centro de tratamiento de drogadictos, hace más de una década, empezó a escribir un guion de televisión con otro residente, Matt Elisofon, basado en sus experiencias en rehabilitación. Como no podían pasar mucho tiempo en la computadora, lo escribieron a mano.

Tras obtener su certificado de GED (Desarrollo Educativo General, por su sigla en inglés), Reiner había planeado ir a la universidad en Carolina del Norte, pero decidió no hacerlo. Tras volver a conectar con Elisofon en Nueva York, se comprometieron a realizar su guion. Con el respaldo del padre de Reiner, la idea se convirtió en un largometraje centrado en las tensiones entre un actor convertido en político y un hijo drogadicto.

El estreno de la película, Being Charlie, dirigida por Rob Reiner y basada libremente en su relación con su hijo, incluyó una ronda de entrevistas en las que los Reiners desnudaron las dificultades a las que se habían enfrentado.

En una entrevista concedida a Los Angeles Times en 2015, Rob Reiner expresó cierto arrepentimiento por la forma en que había gestionado el derrumbe de su hijo.

Cuando su hijo dijo a sus padres que un programa de tratamiento de adicción a las drogas no le funcionaba, Reiner dijo: "No quisimos escuchar".

"Estábamos desesperados, y como la gente tenía diplomas en la pared, los escuchamos cuando deberíamos haber escuchado a nuestro hijo", añadió en la entrevista.

Después de años de distanciamiento de su familia, Nick Reiner finalmente regresó a Los Ángeles. Él y su padre afirmaron que hacer la película les había ayudado a reparar su relación fracturada.

Barry Markowitz, quien conoció a los Reiner como director de fotografía en Being Charlie, dijo que aunque Nick Reiner parecía inclinado a pasar desapercibido, sus padres y hermanos lo habían animado a hacer lo que le gustaba, y había canalizado su amor por la escritura en una película sobre su vida.

"Fue toda una hazaña que, después de lo que Nick pasó, pudiera recomponerse y escribir un guion sobre su experiencia", dijo.

Una vez terminada la película, Markowitz se encontró arropado por la familia, a la que describió como un hogar unido y cálido. Siempre que Markowitz estaba en Los Ángeles, Rob y Michele Reiner insistían en que se quedara con ellos. "Siempre que iba a Los Ángeles, la puerta estaba abierta", dijo. "No querían que fuera de otra manera".

Los hijos cenaban regularmente con sus padres en la casa de Brentwood, dijo Markowitz. Una escena habitual era toda la familia sentada en el salón viendo un partido de baloncesto o las noticias, y a menudo todo el grupo gritaba al televisor al mismo tiempo.

Markowitz describió a Michele Reiner con la palabra yidis "balaboosta", una madre que dirige las cosas. "No hay nada que no hicieran por los chicos", dijo de la pareja.

Pero las tensiones en la familia persistían.

La noche antes de que encontraran muertos a los Reiner, Rob y Nick Reiner habían asistido a una fiesta navideña en casa del comediante Conan O'Brien, según tres asistentes que pidieron no ser identificados para mantener las relaciones.

Rob y Nick Reiner se enzarzaron en una discusión en la fiesta, dijo uno de los asistentes, quien recordó que Rob Reiner dijo que su hijo se comportaba de forma inapropiada. El asistente dijo que no estaba claro cuál había sido el motivo de la discusión, pero que los problemas pasados de Nick Reiner eran bien conocidos.

Nick Reiner fue detenido el domingo por la noche y permanece en una cárcel del condado de Los Ángeles. No está claro si tiene abogado.

Geoffrey Mark, comediante, conocía a Rob Reiner desde hacía unos 30 años, y lo veía en cenas de grupo y otros actos. Dijo que su amigo nunca había sido explícito sobre los problemas a los que se enfrentaba en casa, pero se dio cuenta de que Reiner utilizaba a veces una expresión bromista --pero punzante-- cuando le preguntaban cómo le iba: "Ve a tener hijos".

"Es una forma jocosa de compartir con alguien que hay problemas en los que realmente no quiere ahondar", dijo Mark, "pero que están ahí".

Brooks Barnes, Matt Stevens, Shawn Hubler y Jason Zinomancolaboraron con reportería. Susan C. Beachy colaboró con investigación.

Julia Jacobs es una reportera de arte y cultura que a menudo cubre temas legales para el Times.

Nicole Sperling cubre Hollywood y la industria de las plataformas de emisión en continuo. Ha sido reportera durante más de dos décadas.

Brooks Barnes, Matt Stevens, Shawn Hubler y Jason Zinomancolaboraron con reportería. Susan C. Beachy colaboró con investigación.