El oficial que supervisó los ataques de EE. UU. frente a Venezuela se retira

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El almirante Alvin Halsey había anunciado abruptamente que dejaría su cargo de jefe del Mando Sur. Su salida deja sin respuesta varias cuestiones sobre las ofensivas.

El comandante militar que supervisó inicialmente los ataques del Pentágono contra embarcaciones en el mar Caribe y el Pacífico Oriental se retiró el viernes, dejando sin respuesta varias cuestiones sobre las ofensivas.

En octubre, el almirante Alvin Holsey anunció abruptamente que abandonaría a finales de año su puesto como jefe del Mando Sur de Estados Unidos, que supervisa todas las operaciones en Centroamérica y Sudamérica. El gobierno de Donald Trump ha dicho que las embarcaciones en la región estaban introduciendo drogas y delincuentes a Estados Unidos, y el Pentágono rápidamente envió unos 15.000 elementos a la zona en lo que llamó una importante misión antidroga y antiterrorista.

Aún no estaba del todo claro por qué el almirante Holsey se marchaba al cabo de un año de lo que suele ser un puesto de tres años y en el transcurso de la mayor operación a lo largo de sus 37 años de carrera.

No ofreció ninguna explicación el viernes durante una ceremonia bañada de sol y flanqueada por palmeras en su cuartel general, cerca de Miami. Holsey, conocido como Bull, no hizo referencia alguna a la controversia sobre los ataques a las embarcaciones en sus breves declaraciones, y en su lugar instó a los integrantes de su mando a presionar para conseguir un "Hemisferio Occidental seguro, libre y próspero".

Pero un funcionario actual de Estados Unidos y otro anterior, así como un funcionario del Congreso, quienes hablaron bajo condición de anonimato para discutir asuntos de personal, dijeron que Holsey había planteado desde el principio de la misión su preocupación por los ataques lanzados en septiembre contra las embarcaciones que supuestamente traficaban droga.

En aquel momento, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, había expresado su frustración por el hecho de que el almirante no persiguiera a los presuntos narcotraficantes con la suficiente rapidez y agresividad. Las preocupaciones del almirante le hicieron perder aún más el favor del secretario de Defensa, según los funcionarios. Al final, Hegseth terminó por desplazar a Holsey, según los funcionarios.

Aunque Holsey ha sido el militar de más alto rango que ha supervisado los ataques a las embarcaciones, la decisión de llevarlos a cabo ha sido impulsada por la Casa Blanca y Hegseth. Los ataques en sí los ha llevado a cabo el Mando Conjunto de Operaciones Especiales, y el almirante quedó en gran medida al margen de la toma de decisiones, dijeron funcionarios del Congreso y de Defensa.

En octubre, el Mando Sur anunció que delegaba la mayor parte de las responsabilidades cotidianas de la misión antidroga a un nuevo grupo operativo. Denominado posteriormente Lanza del Sur, estaba dirigido por el teniente general Calvert L. Worth Jr., general del Cuerpo de Infantería de Marina con base en Camp Lejeune, Carolina del Norte.

En las dos últimas semanas, los días finales de Holsey al mando se han visto ensombrecidos por el escrutinio del Congreso a un ataque de seguimiento que mató a dos personas que inicialmente habían sobrevivido al primer ataque del presidente Trump a una embarcación, el 2 de septiembre. Ese ataque adicional fue ordenado por el almirante Frank Bradley, quien era entonces jefe del Mando Conjunto de Operaciones Especiales.

El miércoles, Estados Unidos se apoderó de un petrolero frente a la costa de Venezuela, una dramática escalada de la campaña de presión de Trump contra Nicolás Maduro, el líder del país.

Holsey brindó un informe esta semana a los principales legisladores de las comisiones de Servicios Armados de la Cámara de Representantes y del Senado en una sesión prácticamente clasificada, pero los legisladores dijeron que el almirante dejó sin respuesta muchas preguntas sobre los ataques y su jubilación anticipada.

El teniente general Evan L. Pettus, piloto de caza de las Fuerzas Aéreas y adjunto de Holsey, asumirá el cargo de comandante en funciones hasta que Trump nombre a un sucesor permanente.

El general Dan Caine, jefe del Estado Mayor Conjunto, quien presidió la ceremonia de jubilación del almirante y ha estado muy involucrado en los ataques a las embarcaciones, tampoco mencionó esa campaña ni la inusual salida de Holsey. El viernes elogió al almirante como "un profesional tranquilo".

Hegseth no hizo comentarios el viernes sobre la jubilación de Holsey. Kingsley Wilson, secretaria de prensa del Pentágono, refirió al comunicado que Hegseth publicó en las redes sociales en octubre, cuando Holsey anunció su jubilación anticipada. El mensaje de Hegseth no mencionaba ningún roce con su comandante de cuatro estrellas.

Pero otros funcionarios y ex funcionarios del Pentágono y del Capitolio dijeron que los elogios de Hegseth en octubre ocultaban verdaderas tensiones políticas en relación con Venezuela que el almirante y su jefe civil trataban de disimular.

"Los oficiales militares pasan toda su carrera ganándose un puesto como comandante de combate de cuatro estrellas", dijo James Stavridis, almirante retirado y otrora jefe del Mando Sur. "Marcharse sin más al cabo de un año de una misión de tres, sin explicación de ningún tipo, es algo insólito. No puedo pensar en un caso similar a lo largo de mis cuatro décadas de uniforme".

Desde inicios de septiembre, las fuerzas de Operaciones Especiales estadounidenses han atacado al menos 22 embarcaciones frente a las costas de Venezuela y en el Pacífico Oriental que, según la Casa Blanca, transportaban drogas, matando a 87 personas. Funcionarios estadounidenses han dejado claro en privado que el objetivo principal era expulsar a Maduro del poder.

Diversos especialistas en las leyes que rigen el uso de la fuerza han rebatido la afirmación del gobierno de Trump que afirma puede matar legalmente a personas sospechosas de narcotráfico como si fueran soldados enemigos, en lugar de detenerlas para procesarlas. Desde el punto de vista del derecho nacional, el Congreso no ha autorizado ningún conflicto armado.

Desde el punto de vista del derecho internacional, para que un grupo no estatal pueda considerarse beligerante en un conflicto armado --lo que significa que sus miembros pueden ser objeto de asesinato solo por su condición, no por algo que hagan específicamente-- debe ser un "grupo armado organizado", con una estructura de mando centralizada y que participe en hostilidades.

Holsey, quien es afroestadounidense, se convierte en el último de una lista de al menos dos decenas de jefes militares, muchos de ellos personas de color y mujeres, que han abandonado sus puestos este año. La mayoría han sido despedidos por Hegseth o expulsados.

Hegseth despidió al jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Charles Q. Brown Jr. que es afroestadounidense; a la primera mujer al mando de la Marina, la almirante Lisa Franchetti; y a la representante del ejército estadounidense en el comité militar de la OTAN, la vicealmirante Shoshana Chatfield. Hegseth también echó al teniente general Jeffrey A. Kruse, jefe de la Agencia de Inteligencia de Defensa.

El abrupto final de Holsey al frente de uno de los muy codiciados mandos regionales de combate se produce tras una carrera en la Marina que comenzó con su nombramiento en el Cuerpo de Entrenamiento de Oficiales de la Reserva Naval, o NROTC por su sigla en inglés, en el Morehouse College de Atlanta en 1988.

El almirante, originario de Fort Valley, Georgia, ascendió del mando de escuadrones de helicópteros hasta la dirección de uno de los prestigiosos grupos de ataque de portaaviones de la Marina. Primero fue adjunto militar del Mando Sur, antes de asumir su titularidad en noviembre de 2024.

Eric Schmitt es corresponsal de seguridad nacional para el Times. Lleva más de tres décadas informando sobre asuntos militares y antiterrorismo en Estados Unidos.