¿Por qué en todos lados hay resúmenes de tu año? Puedes culpar a Spotify

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El servicio de música ya no es la única empresa que cuantifica nuestra vida social.

En lo que respecta a las tradiciones navideñas, puede que no sea tan antigua como los troncos de Navidad y el wassail, pero durante la última década, Spotify Wrapped, el resumen anual sobre los hábitos de escucha de los usuarios de la plataforma de transmisión en línea, ha consolidado su posición como una costumbre cultural digital.

Algunos usuarios pasan todo el año a la espera de sus resultados y lo consideran como su Super Bowl. Otros intentan manipular sus resultados para favorecer a un artista o álbum en particular. En 2023, los usuarios quedaron desconcertados por la forma en que Spotify los clasificaba en regiones geográficas según sus gustos musicales. (¿Eras de Burlington, Vermont o más bien de Berkeley, California?). El año pasado, algunos usuarios se sintieron decepcionados por la oferta de la plataforma basada en la IA.

Este año, Wrapped, que se publicó el miércoles, incluye una nueva función que les muestra a los principales oyentes de determinados artistas cómo se clasifica su tiempo de escucha en comparación con otros superfans.

Sin embargo, el espacio de los resúmenes de fin de año está cada vez más concurrido. Parece que hoy en día todo tiene su recapitulación anual.

Desde los libros que lees hasta la comida para llevar que pides, el truco publicitario de empaquetar los datos del usuario en bonitos gráficos listos para compartir se ha hecho omnipresente, en gran parte gracias a Spotify. Wrapped se ha convertido en una especie de kleenex, una palabra genérica que ha pasado a representar una amplia categoría de productos.

En los últimos años, Duolingo ha informado a los usuarios de cuánto tiempo han pasado aprendiendo idiomas; plataformas relacionadas con la comida como Resy, Seamless e incluso McDonald's han detallado los hábitos alimenticios, y Steam, la plataforma de juegos, ha informado a los usuarios de cuánto tiempo han pasado jugando videojuegos, cuántos logros han desbloqueado y otras "cifras divertidas". Strava, la aplicación de fitness , sumaba los entrenamientos de los usuarios, y Partiful, el servicio de invitación a eventos, permitía a los asistentes a fiestas saber a cuántos eventos asistieron.

Spotify, por su parte, no se preocupa mucho por la competencia, dijo en una entrevista Payman Kassaie, director global de marca del servicio. Destacó una función que indica a los usuarios su supuesta edad como escucha en función de sus intereses musicales. Este año, también hay una función animada que muestra a los principales artistas de un usuario corriendo por la pantalla, en competencia por el primer puesto.

Con o sin encanto creativo, a medida que más plataformas despliegan retrospectivas basadas en datos, los usuarios empiezan a notar que toda esa información se acumula. Tenemos relojes y anillos de fitness que nos permiten seguir todos nuestros movimientos. ¿Necesitamos también las métricas para nuestra vida social?

"Creo que hace ya tres años que digo: 'Dios mío, no necesito que mi dentista me envíe un correo electrónico sobre el resumen de mi año'", bromeó Anna Cincera, redactora publicitaria que vive en Portland, Oregón.

Las retrospectivas de fin de año ya no "impactan como antes", dijo Cincera, de 35 años. A medida que los usuarios se han ido haciendo más conscientes de los mecanismos de mercadotecnia en juego, añadió, "la regurgitación de los datos que almacenan sobre ti ha perdido su brillo".

Sin embargo, aún espera con impaciencia los datos anuales de Goodreads, cuyo "año en libros" suele indicar a los lectores cuántos libros leen y cuántas páginas pasan.

Estas funciones son en parte el resultado del gran volumen de datos personales que la gente genera cada día, dijo Jeremy Morris, profesor de medios de comunicación y estudios culturales de la Universidad de Wisconsin-Madison.

"No tenemos tiempo para analizar todo, así que ahora tenemos sistemas que juegan con esa nostalgia", dijo.

Para algunos, el aluvión de información sobre sí mismos puede provocar ansiedad.

"Tengo la sensación de que los datos convierten mis hábitos privados en un tablero de posiciones público", dijo Elle Bulado, de 32 años, productora independiente de contenidos que vive en Manhattan. A veces se siente "encajonada" por los algoritmos que alimentan muchas de estas plataformas, añadió.

Aunque estos informes digitales anuales pueden servir de espejo de los gustos de los usuarios --en música, comida y eventos--, algunos están empezando a cuestionarse si ese gusto es realmente el suyo, demasiado conscientes de los algoritmos que pueden moldear sus elecciones.

Caitlin Begg, fundadora de Authentic Social, un laboratorio de investigación aplicada enfocada en la sociología y la tecnología, describió un fenómeno que denomina la "algoritmización de la vida cotidiana" y explicó que "estos patrones y comportamientos repetitivos pueden ser más indicativos de conveniencia que de elección determinada".

¿Escuchaste, por ejemplo, a ese grupo indie este año porque te encantó su sonido o porque su canción empezó a sonar automáticamente después de un álbum de Taylor Swift?

Hablando desde un teléfono fijo, Begg, de 31 años, explicó que se propone buscar intencionadamente experiencias analógicas para evitar el "algoritmo de predicción".

Sin embargo, todavía hay mucha gente que espera con impaciencia la recapitulación personalizada de sus años. La información existe y encierra el potencial del autoconocimiento. ¿Cómo no iban a explorarla?

Scott Knoblock, quien vive en Pensacola, Florida, dijo que pasó 2025 intentando superar sus récords de Spotify del año anterior, cuando escuchó música en el servicio durante 345.106 minutos.

Para Knoblock, de 48 años, quien trabaja en servicios de suministro de agua, los datos de Spotify Wrapped a veces no tienen la suficiente resolución. Utiliza una plataforma de terceros llamada Stats.fm para llevar un registro de datos adicionales y crear una especie de recapitulación de su Wrapped anual, dijo.

"No me encontrarás sin un auricular en la oreja", dijo. "Así soy yo. Ese es el centro de mi mundo".

Madison Malone Kircher es una reportera del Times que cubre la cultura de internet.