Las delegaciones de Ucrania y Rusia llegaron a Turquía, pero aún no hay conversaciones de paz

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Se suponía que las primeras conversaciones de paz en tres años iban a comenzar el jueves, pero entre bravatas y acusaciones, se aplazaron al menos hasta el viernes.

La esperada ronda de conversaciones de paz sobre Ucrania en Turquía se convirtió el jueves en una serie de bravatas y confusión, ya que las delegaciones ucraniana y rusa llegaron a ciudades diferentes y no dejaron claro si realmente se reunirían.

Al anochecer, ambas partes indicaron que las conversaciones seguían en pie de alguna forma, pero que podrían aplazarse hasta el viernes. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, de visita en Ankara, la capital turca, criticó al Kremlin por su "falta de respeto" al enviar una delegación de nivel medio a Estambul, donde Rusia quería que se celebraran las conversaciones.

"No hay hora de la reunión, no hay orden del día de la reunión, no hay delegación de alto nivel", dijo Zelenski en una conferencia de prensa tras sentarse con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan. "Creo que la actitud de Rusia es poco seria".

Tras un día de incertidumbre sobre si Ucrania participaría en las conversaciones de Estambul, Zelenski dijo que enviaría a esa ciudad una delegación reducida, encabezada por el ministro de Defensa, Rustem Umerov. Dijo que había tomado la decisión para demostrar que Ucrania participaría en cualquier esfuerzo en favor de la paz, aunque tuviera escasas posibilidades de éxito, después de que el presidente ruso, Vladimir Putin, rechazara su llamamiento a reunirse personalmente en Turquía.

Y eclipsándolo todo estaba el presidente Donald Trump, quien dijo a los periodistas que viajaban con él en el Air Force One que "no va a pasar nada hasta que Putin y yo nos reunamos". Trump, que el jueves se encontraba en Catar y Emiratos Árabes Unidos, había dicho anteriormente que podría viajar a Turquía el viernes "si ocurría algo" en las conversaciones de paz. Sin embargo, no hubo ningún otro indicio de que fuera a materializarse una cumbre de última hora.

Putin propuso el fin de semana conversaciones directas entre Rusia y Ucrania, en lo que sería la primera negociación cara a cara conocida entre ambas partes desde las primeras semanas de la guerra, en marzo de 2022, poco después de la invasión rusa. Zelenski, quien subió la apuesta pidiéndole al mismo Putin que acudiera, llegó a Ankara el jueves con su ministro de Asuntos Exteriores y otros altos funcionarios.

Pero Putin se negó y, en su lugar, envió una delegación idéntica a la que envió para las conversaciones de 2022, que fracasaron al cabo de unos dos meses e incluyeron una reunión de alto nivel en Estambul. En esa negociación, Rusia planteó numerosas exigencias que socavaban la soberanía de Ucrania, buscando el compromiso de que el país nunca se uniera a la OTAN y limitara el tamaño de su ejército.

Vladimir Medinski, exministro de Cultura que encabezó la delegación rusa en 2022 y reasumió ese papel el jueves, declaró a la prensa que Rusia consideraba la nueva ronda de conversaciones como "una continuación del proceso de paz" de aquel año.

"La delegación está comprometida con un enfoque constructivo, centrado en encontrar posibles soluciones y puntos de contacto", dijo Medinski.

Ninguna de las partes especificó cuándo tendría lugar exactamente la reunión. Zelenski dejó claro que las expectativas de Ucrania eran bajas.

"Rusia no quiere poner fin a esta guerra", dijo.

Zelenski dijo que Estados Unidos y Turquía participarían en las conversaciones. Turquía, aunque es miembro de la OTAN, ha adoptado una postura en gran medida neutral en la guerra, manteniendo lazos con Ucrania pero negándose a sancionar a Rusia.

Un funcionario turco dijo que Keith Kellogg, enviado especial de Trump para Ucrania, se encontraba en Estambul el jueves, y que se esperaba la llegada el viernes de Steve Witkoff, enviado especial para Medio Oriente y Rusia.

El secretario de Estado Marco Rubio, que se encontraba en Antalya, Turquía, para asistir a otras reuniones, dijo que el gobierno de Trump estaba "impaciente" por que avanzaran las conversaciones de paz entre Ucrania y Rusia. Estados Unidos estaba "abierto a prácticamente cualquier mecanismo" que pudiera engendrar una paz duradera, dijo Rubio, y añadió: "Seguimos comprometidos con ello".

La caótica diplomacia del jueves puso de relieve la amplia divergencia entre Moscú y Kiev sobre cómo poner fin a la guerra.

Zelenski quiere un alto el fuego inmediato e incondicional, seguido de negociaciones sobre un posible acuerdo de paz. Pero Putin, quien parece estar seguro de la superioridad de Rusia en el campo de batalla, se niega a dejar de luchar si no obtiene antes importantes concesiones de Kiev y Occidente.

Medinski, jefe de la delegación rusa, indicó el jueves que Rusia seguiría buscando concesiones de amplio alcance en lugar de un alto al fuego inmediato. Hablando en el consulado de Rusia en Estambul, Medinski repitió las frecuentes frases de Putin de que cualquier acuerdo de paz debía abordar las "causas profundas" del conflicto, frase usada por el Kremlin para una serie de cuestiones entre las que se incluye la existencia de Ucrania como país independiente alineado con Occidente.

"El objetivo de las negociaciones directas con la parte ucraniana es lograr, tarde o temprano, el establecimiento de una paz duradera abordando las causas fundamentales del conflicto", dijo Medinski.

Los medios de comunicación estatales rusos informaron que las conversaciones supuestamente tendrían lugar en un palacio de Estambul donde se celebraron las negociaciones entre Ucrania y Rusia en marzo de 2022. El jueves por la mañana, decenas de periodistas se agolparon frente a la entrada lateral de ese palacio, Dolmabahce, lo que obligó a los confusos transeúntes a abrirse paso y encontrar un desvío para evitar el tumulto de la prensa. Pero durante todo el día no hubo negociadores a la vista.

La perspectiva de una negociación de alto nivel sobre el alto al fuego en Turquía fue el último giro en un panorama diplomático que cambia rápidamente.

Trump llegó al poder a principios de este año con la promesa de poner fin rápidamente a la guerra. Inició sus esfuerzos el 12 de febrero, con llamadas telefónicas, primero a Putin y luego a Zelenski. No coordinó sus esfuerzos con los aliados europeos, quienes han instado a Estados Unidos a presionar más a Rusia para conseguir que el Kremlin se comprometa.

Pero Trump, en cambio, presionó a Kiev, culpando a Ucrania de provocar una guerra que Rusia había iniciado.

A finales de febrero, Zelenski viajó a Washington para reunirse con Trump, pero la visita terminó en desastre cuando Trump y el vicepresidente JD Vance fustigaron al dirigente ucraniano en el Despacho Oval por no estar suficientemente agradecido por el apoyo estadounidense. A continuación, Trump suspendió brevemente la asistencia militar y el intercambio de inteligencia.

Al mismo tiempo, intentaba inducir a Moscú a un alto al fuego con la perspectiva de un alivio económico de las sanciones.

Más tarde, en primavera, en una reunión en Yeda, Arabia Saudita, Zelenski accedió a una exigencia clave del gobierno de Trump: un alto al fuego inmediato e incondicional de 30 días, abandonando las exigencias de que los países occidentales garantizaran la seguridad futura de Ucrania antes de que accediera a una tregua.

Putin rechazó esa idea y propuso entonces un alto al fuego de tres días que coincidiera con el desfile anual del Día de la Victoria en Moscú, en conmemoración de la derrota de la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial. Kiev no estuvo de acuerdo.

En general, durante los primeros meses de este año, mientras Trump intentaba mediar en las conversaciones de paz, las hostilidades fueron mucho más mortíferas que en el mismo periodo del año anterior, según las Naciones Unidas.

Nataliia Novosolova colaboró con investigación. Nataliya Vasilyeva Qasim Nauman y Safak Timur colaboraron con reportería.

Anton Troianovski es el jefe del buró en Moscú del Times. Escribe sobre Rusia, Europa del Este, el Cáucaso y Asia Central.

Marc Santora ha estado reportando desde Ucrania desde el comienzo de la guerra con Rusia. Antes trabajó en Londres como editor de noticias internacionales enfocado en noticias de último momento y antes fue jefe de la corresponsalía de Europa Central y del Este, con sede en Varsovia. También ha reportado ampliamente desde Irak y África.

Andrew E. Kramer es jefe del buró del New York Times en Kiev, y ha cubierto la guerra en Ucrania desde 2014.

Nataliia Novosolova colaboró con investigación. Nataliya Vasilyeva Qasim Nauman y Safak Timur colaboraron con reportería.