La cada vez más poderosa narco-América

Las alianzas y los carteles proliferan en toda América Latina como región proveedora de mercados del primer mundo

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FOTO DE ARCHIVO-Agentes de la policía antinarcóticos de Perú, en una plantación de hoja de coca en Caballococha, en noviembre de 2019 (Reuters)
FOTO DE ARCHIVO-Agentes de la policía antinarcóticos de Perú, en una plantación de hoja de coca en Caballococha, en noviembre de 2019 (Reuters)

Entre los venezolanos que huyen de su país han surgido mafias que obligan a los migrantes a llevar droga de Bolivia a Chile, y los extorsionan con el secuestro de sus niños, revela el diario El Deber de Santa Cruz. El “Tren de Aragua”, como se llama la organización mafiosa del éxodo venezolano, secuestra a algunos de sus compatriotas y obliga a sus parientes a llevar la droga, que deben entregar en Chile como forma de rescate.

Mientras tanto, el diputado Rolando Cuéllar denuncia que el Movimiento al Socialismo (MAS), al que pertenece, recibe “narco-aportes”, como los que cuenta en procesos electorales.

Los partidos de oposición exigen a la autoridad electoral que sancione al MAS por ese comportamiento, anulando su personería jurídica para que nunca más pueda presentarse en elecciones. Y el expresidente Evo Morales dice que la “derecha” no tiene moral para hablar de narcotráfico, porque todos los partidos de esa tendencia tienen pecados y fortunas que han quedado impunes.

El torbellino de las drogas ha penetrado, según estas denuncias y testimonios, a todas las corrientes políticas de la región. Las migraciones que huyen del chavismo venezolano, cuando se trata de drogas son aliadas de narcos que simpatizan con gobiernos de izquierda, como los de Bolivia y Perú.

Pero tienen diferentes inclinaciones las mafias de la droga. En Sinaloa los cárteles hacen obras sociales, en vista de que el Estado, al que desplazaron, no puede hacerlos, mientras que en Bolivia las organizaciones vinculadas con el negocio han optado por beneficiarse del Estado, al que han copado desde 2006.

Confirmando todo esto, las Naciones Unidas informan que los flujos de droga que salen de Sudamérica tienen dos rutas, porque deben abastecer a Estados Unidos y a Europa.

El informe de la ONUDC dice que la corriente que lleva la cocaína al norte compromete y cuenta con las mafias de Venezuela, Centroamérica y México.

Entretanto, 41% de la cocaína peruana y boliviana sirve para atender la demanda europea y es transportada mediante varias organizaciones. Esto confirma la versión de la prensa brasileña, según la cual el paulista Primer Comando da Capital (PCC) se ocupa de enviar la droga a Italia en sociedad con mafias de Calabria.

El cocalero Morales recomendó a Pedro Castillo a legalizar los cocales ilegales, como él había hecho en Bolivia, y de esa manera ha surgido una alianza binacional vinculada con la droga. Los cocaleros bolivianos no están de acuerdo con esa alianza, porque han observado que el precio de la droga cae en Bolivia debido a la competencia de la que llega del Perú.

El presidente colombiano Iván Duque había llamado a estas alianzas entre países de la geografía de la droga como “la transnacional del crimen organizado”. Poderosa trasnacional que tienen aliados en otros continentes.

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