La OTAN se levanta y anda

La cumbre del próximo 24 de marzo será clave para demostrarle a Moscú la cohesión de los países que la conforman

Compartir
Compartir articulo
Soldados franceses y británicos del 7º Batallón de Cazadores Alpinos, que sirven como parte del despliegue de la Presencia Avanzada Mejorada (eFP) de la OTAN para reforzar la seguridad regional, son vistos en la base militar de la OTAN en Tapa, Estonia (Reuters)
Soldados franceses y británicos del 7º Batallón de Cazadores Alpinos, que sirven como parte del despliegue de la Presencia Avanzada Mejorada (eFP) de la OTAN para reforzar la seguridad regional, son vistos en la base militar de la OTAN en Tapa, Estonia (Reuters)

En 1949 los Estados Unidos decidían institucionalizar su hegemonía estratégica militar en Europa Occidental. Desde 1946, Washington percibía a la URSS como un desafío ideológico y armado que había extendido su imperio sobre Europa del Este y Central y los Balcanes. Si en el plano económico y financiero, los EEUU crearon el FMI, el Banco Mundial y el GATT, en el plano militar nacía la OTAN.

El lema subyacente a la misma se podría sintetizarse así: los EEUU adentro de Europa Occidental, la URSS afuera y Alemania abajo o controlada. Su primer Comandante militar sería nada más y nada menos que el General Eisenhower. El mismo que dirigió las fuerzas aliadas entre 1942 y 1945 en África y en Europa y que en 1952 sería elegido Presidente por dos períodos. El colapso del poder soviético en Europa en 1989 y la desintegración de la misma URSS en 1991, puso interrogantes sobre el rol y futuro de la Alianza Atlántica.

El Pentágono iría reduciendo su presencia de 500 mil efectivos militares a menos de 90 mil para fines del 2021. Las cabezas nucleares americanas en Europa, de más de 1000 a menos de 120. Las guerras en Irak 1991 y 2003 y Afganistán 2001, motivaron reclamos de Washington sobre sus aliados en la OTAN para que aportasen hombres y recursos en esas zonas fuera de la jurisdicción establecida para la misma en 1949. El famoso artículo V o todos para uno y uno para todos, se activaría días después del ataque terrorista de Al Qaeda en septiembre 2011.

Una declaración mas simbólica que concreta, dado que el teatro se operaciones estaba fuera de Europa y el Atlántico Norte. Entre 1994 y la primera década del siglo XXI esa OTAN amenaza clara y presente, fue ampliándose hacia el Este (casi 2000 km). Llegando a 28 miembros europeos mas los EEUU y Canadá. La suma de sus gastos en Defensa alcanzaban para fines del año pasado mas de un trillón de dólares vis a vis los menos de 70 mil millones de Rusia. Un 75 porciento de ese trillón, de la mano de los EEUU y el restante 25 porciento de los europeos.

Al mismo tiempo, las últimas administraciones americanas, tanto de Obama, Trump y Biden, fueron mostrando la intención de ir generando una cierta división de tareas dentro de esta Alianza. Los países que vivieron el trauma de la ocupación soviética, o sea Polonia, los bálticos, Rumania, Bulgaria, etc., tendrían como hipótesis de conflicto principal a Moscú. En tanto que el Reino Unido, Holanda, Italia, en parte Alemania y Francia, deberían colaborar en el Pacifico para la contención a China.

El verdadero rival estratégico a la hegemonía americana en las próximas décadas. A partir del ascenso en el 2014 de gobiernos pro occidentales en Ucrania, la OTAN en general y los EEUU en particular, llevaron a cabo un amplio proceso de entrenamiento de mas de 27 mil oficiales y suboficiales ucranianos, así como la entrega de equipo y doctrina para guerra asimétrica y de guerrillas frente a un ataque ruso.

Todo se comenzaría a acelerar a fines del 2021 cuando Putin ordenó comenzar a concentrar al menos 160 mil solados en las fronteras de Rusia y Bielorrusia con Ucrania. El ataque iniciado el 24 de febrero y que no logró derrumbar al poder político de Ucrania ni su sistema de comando y control se sus FFAA, ha generado el tiempo necesario para un masivo envió de material bélico, logístico y de raciones alimentos por parte de los miembros de la OTAN, Finlandia, Suecia, etc.

Basta ver algunos de los cientos de los vídeos que diariamente se publican sobre la guerra para ver cohetes y misiles antitanque arribados de Polonia, España, Reino Unido, países nórdicos, etc., como también drones turcos. Ni que decir del respaldo de la Alianza Atlántica en materia de imágenes satelitales, desde drones, aviones espía e intercepción de comunicaciones rusas.

Así como en materia de ciberataque y ciberdefensa. Por primera vez en su historia, la OTAN participa activa y abiertamente ayudando a un Estado en una guerra con otra potencia. A ello se suma la próxima reunión el 24 de marzo de Presidentes y mandatarios de los 30 países que la componen y un masivo ejercicio militar con 30 mil efectivos de la Fuerza de Reacción Rápida.

Por esas vueltas de la historia y las guerras, el año 2022 marca el fin o una profunda mutación de la premisa que citamos al comienzo. Con la decisión alemana de aumentar masivamente su presupuesto de Defensa y pasar a ser desde ahora el tercer presupuesto militar del mundo, luego de los EEUU y China, podemos decir que el lema a partir de ahora será: Los EEUU adentro, Rusia afuera (no ya de Europa Occidental sino también de la del Este, Central y Balcanes) y Alemania arriba.