En septiembre de 2023, Dmytro Kuleba, quien ocupó durante cuatro años el cargo de ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, presentó su renuncia. A día de hoy, más de un año después de su dimisión, no habló públicamente sobre las razones de su salida. Sin embargo, se presume que su destitución estaría relacionada con el incremento de tensiones dentro del círculo más cercano al presidente Volodimir Zelensky.
El ex ministro, conocido por su actitud relajada y su sentido del humor incluso en contextos adversos, desafiaba los estereotipos sobre una Ucrania atrasada o dominada por antiguos apparatchiks post soviéticos. Su ministerio, a pesar de estar protegido por sacos de arena y fortificaciones debido al conflicto en curso, transmitía la resiliencia de su país en un periodo crítico.
Días atrás, en el marco de un viaje que realizó a Londres para una conferencia, brindó una entrevista al diario británico Financial Times. Para la misma, Kuleba se reunió con el periodista Gideon Rachman, en el restaurante Northall. Por esas horas, las tropas de Vladimir Putin habían lanzado el primer misil balístico contra territorio ucraniano.
Minutos después de arribar al restaurante, cerca de las 10 de la mañana, se acercó la camarera, una joven ucraniana de nombre Daria. Como millones de sus compatriotas, se vio obligada a abandonar el país cuando estalló la guerra en febrero de 2022. “Bienvenida a Londres, espero que puedas volver a Ucrania en algún momento”, le dijo Rachman. “Espero que sí. Mi padre ahora está en defensa”, respondió. Luego, la joven mantuvo un breve diálogo con Kuleba en ucraniano.
El periodista optó por un desayuno vegetariano, con huevos, champiñones, tomates y una salchicha vegetariana. El ex ministro ucraniano, en tanto, ordenó huevos malteses y una guarnición de morcilla. Ambos pidieron café para acompañar la comida.
Luego de ordenar el pedido, y de la breve conversación con Daria, Rachman y Kuleba comenzaron a abordar la coyuntura actual de la guerra en Ucrania. El ex ministro de Asuntos Exteriores advirtió que la falta de recursos adecuados para las fuerzas ucranianas podría llevar a su país a perder la guerra contra Rusia. Asimismo, expresó su preocupación por la situación en el frente y criticó las limitaciones de Occidente en el suministro de armas avanzadas.
“¿Tenemos hoy los medios y las herramientas para dar la vuelta a la tortilla? No, no los tenemos. Y si sigue así, perderemos la guerra”, alertó, tajante.
Aunque reconoció que la situación actual es crítica, recordó que Ucrania ya superó momentos aún más oscuros, como los primeros meses de la invasión rusa en 2022: “Es cierto que las cosas pintan mal en el campo de batalla. Pero las cosas parecían aún peor en los primeros meses de 2022. Lo que odio en mis conversaciones con expertos europeos y estadounidenses -y ‘odio’ es una palabra que no suelo utilizar- es que todo el mundo pregunta qué está dispuesta a hacer Ucrania, qué está dispuesta a aceptar Ucrania. Y yo digo, ‘chicos, primero encuentren la respuesta a la pregunta [de] qué está dispuesto a aceptar Putin. Porque de ahí viene la guerra”.
El periodista del Financial Times le pidió que respondiera su propia pregunta: ¿Qué está dispuesto a aceptar Putin? “Su objetivo está claro. Tiene que desmantelar el Estado ucraniano de una forma u otra. Su lógica es, ¿por qué debería tomar parte de él si al final puedo tomarlo todo?”, respondió.
Asimismo, Kuleba destacó la ambivalencia de Occidente, señalando la influencia de Estados Unidos en la dinámica del conflicto. Según él, la administración de Joe Biden, aunque crucial en el apoyo inicial a Ucrania, ha sido cautelosa respecto a la provisión de armas ofensivas, temiendo una escalada nuclear. No obstante, reconoció el apoyo del presidente demócrata a su país.
“Los ucranianos tenemos suerte de que Joe Biden fuera el presidente de Estados Unidos en 2022, porque si hubiera sido otro, las cosas nos habrían ido mucho peor. Joe Biden tiene un lugar para Ucrania en su corazón. Pero su mente se formó en la lógica de la Guerra Fría. Con él no se habla de la adhesión de Ucrania a la OTAN. No le hables de armas nucleares. Porque esas son las cosas que le provocan”, apuntó.
En contraste, reflexionó sobre el impacto de un eventual retorno de Donald Trump a la Casa Blanca. Tanto Zelensky como Putin ven en Trump una oportunidad, aseguró Kuleba, ya que ambos buscarían manejar su disposición a facilitar negociaciones.
Respecto al papel de la OTAN, advirtió sobre la fragilidad de su estructura de defensa colectiva si un futuro presidente estadounidense decidiera no intervenir. “Si Trump dice que no defenderá cada centímetro del territorio de la OTAN, el escudo desaparece, y Putin se sentirá libre de hacer lo que quiera”, alertó.
“Imagina que Putin se atreviera a atacar. Me encantan Estonia, Lituania y Letonia, son muy buenos amigos, pero [los rusos] ocuparían buena parte de su territorio en 24 horas. Así que imaginemos que dentro de unos meses las fuerzas de la OTAN expulsan heroicamente al ejército ruso de los países bálticos. Después de meses de intensos combates, estos países bálticos tendrán el mismo aspecto que tienen hoy Bakhmut y todo el Donbas. Desaparecerán. Serán literalmente arrasados. ¿Es esta la realidad que Occidente está dispuesto a aceptar?”, agregó.
Al hablar del “sur global”, Kuleba explicó que, aunque muchos países entienden la situación de Ucrania, temen represalias de Rusia o la influencia de China. África, en particular, enfrenta presiones de ambos actores, lo que dificulta su apoyo explícito a Kiev.
Por su parte, desmintió afirmaciones de que Ucrania rechazó acuerdos de paz en 2022 debido a presiones occidentales. “Si hubiera existido la más mínima posibilidad de poner fin a la guerra, nuestros socios occidentales nos habrían empujado a aceptarla”, afirmó, calificando las propuestas rusas como inaceptables, al incluir términos como la neutralización total de Ucrania y la desmilitarización bajo control ruso.
“Incluso tenían una disposición según la cual todos los blindados pesados ucranianos tenían que ser depositados en almacenes y estos almacenes debían permanecer bajo el control de las fuerzas rusas. Así que el plan estaba claro. Neutralizar Ucrania, quedarse donde están en Ucrania, desmilitarizar Ucrania. Y luego dar el golpe final”, comentó.
El ex ministro también reflexionó sobre el costo humano y social de la guerra, señalando el impacto devastador en las generaciones más jóvenes, incluida su propia familia. Sin embargo, destacó que el conflicto ha impulsado el reconocimiento de Ucrania en el escenario global. “Sin esta guerra, habrían pasado 100 años para que el mundo nos reconociera como parte de Occidente”, lamentó.
Finalmente, adelantó que la guerra continuará mientras Putin niegue la existencia de Ucrania como Estado independiente. “Todo el que crea lo contrario o es ingenuo o está a sueldo de Rusia”, concluyó.