La OMS suspendió los ensayos con hidroxicloroquina para tratar el coronavirus al “no reducir la mortalidad”

La decisión se tomó por la recomendación del comité directivo internacional, debido a que producen poca o ninguna reducción en el número de muertes de los pacientes hospitalizados cuando se compara con los cuidados estándar

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 La OMS suspende los ensayos con hidroxicloroquina
La OMS suspende los ensayos con hidroxicloroquina

La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que suspende los ensayos con hidroxicloroquina y la combinación de medicamentos contra el VIH lopinavir/ritonavir en pacientes hospitalizados por coronavirus al no reducir la mortalidad.

“Los resultados provisionales del ensayo muestran que la hidroxicloroquina y lopinavir/ritonavir producen poca o ninguna reducción de la mortalidad de los pacientes hospitalizados con COVID-19 cuando se compara con los cuidados estándar”, ha señalado la OMS en un comunicado.

"Los investigadores del programa Solidaridad interrumpirán los ensayos con efecto inmediato", ha agregado, al tiempo que ha especificado que la decisión se ha tomado por la recomendación del comité directivo internacional del ensayo.

El organismo ha precisado que esta decisión se aplica únicamente a la realización del estudio Solidaridad y no afecta a la posible evaluación de otros estudios de hidroxicloroquina o lopinavir/ritonavir “en pacientes no hospitalizados o como profilaxis previa o posterior a la exposición a la COVID-19”.

La OMS ya anunció la interrupción del grupo de tratamiento con hidroxicloroquina del ensayo Solidaridad, con el que se pretende encontrar un tratamiento eficaz contra la COVID-19, a medidados de junio.

Por su parte, en el mes de junio, la Administración de Alimentos y Drogas de los Estados Unidos revocó su autorización de emergencia para los medicamentos contra la malaria que habían sido promocionados por Donald Trump para el tratamiento de COVID-19 en medio de la creciente evidencia de que no funcionan y podrían causar efectos secundarios mortales.

Una enfermera de una unidad de cuidados intensivos (UCI), muestra una dosis de hidroxicloroquina.
Una enfermera de una unidad de cuidados intensivos (UCI), muestra una dosis de hidroxicloroquina.

La agencia dijo el lunes que es poco probable que los medicamentos hidroxicloroquina y cloroquina sean eficaces para tratar el coronavirus. Citando informes de complicaciones cardíacas, la FDA dijo que los medicamentos representan un mayor riesgo para los pacientes que cualquier beneficio potencial.

Estos medicamentos, que tienen décadas de antigüedad y que también se recetan para el lupus y la artritis reumatoide, pueden causar problemas de ritmo cardíaco, presión arterial gravemente baja y daños musculares o nerviosos.

La medida significa que los envíos de los medicamentos obtenidos por el gobierno federal ya no se distribuirán a las autoridades sanitarias estatales y locales. Los medicamentos siguen estando disponibles para usos alternativos, por lo que los médicos de EEUU todavía podrían prescribirlos para COVID-19, una práctica conocida como prescripción fuera de etiqueta.

La saga de la hidroxicloroquina no debería erosionar la confianza pública en la ciencia, aunque debería servir como recordatorio para no tomar a ningún científico o estudio en particular demasiado en serio. La ciencia a largo plazo se autocorrige, razón por la cual tenemos cirugía láser, estaciones espaciales y telescopios. Nunca encuentra la verdad absoluta, y a veces tropieza, pero puede enderezarse y seguir adelante.

El medicamento hidroxicloroquina se muestra en la Farmacia Rock Canyon en Provo,
El medicamento hidroxicloroquina se muestra en la Farmacia Rock Canyon en Provo,

Después de que el presidente Donald Trump promocionara la hidroxicloroquina en marzo, el medicamento se convirtió en el foco de una batalla política que generó el retiro de documentos, demandas e incluso amenazas de muerte. También es ahora el tratamiento más estudiado para covid-19.

Si hay un medicamento ponderado y a la vez cuestionado en medio de la pandemia por la aparición del virus SARS-CoV-2 que origina la enfermedad COVID-19, es la hidroxicloroquina, derivada de la cloroquina, una droga contra el paludismo que generó una grieta en la comunidad científica mundial.

En el principio de la explosión de casos en Europa por el nuevo coronavirus que causó estragos principalmente en Italia, España, Reino Unido y Francia, hubo una voz que se alzó como una esperanza certera para derrotar los efectos del virus en pacientes graves: el virólogo Didier Raoult, director del Instituto Mediterráneo de Infección en el Hospital Universitario (IHU) de Marsella, que anunció en marzo en un video el “final de partida” contra el virus: la cloroquina, dijo, una medicación utilizada contra la malaria, había eliminado los síntomas del 75% de los 24 pacientes en los que él la probó.

Aunque el Alto Consejo de Salud Pública de Francia y el primer ministro francés, Édouard Philippe, anunciaron que la recomendación se basa en la prudencia, dada la falta de estudios sobre la eficacia y la seguridad del fármaco para combatir este nuevo coronavirus, el país galo comenzó a realizar ensayos clínicos con esta droga e invitaron a los hospitales a “incluir la mayor cantidad posible de enfermos” en ellos.

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