Shirin Ebadi: "Para vencer al Estado Islámico tenemos que bombardearlos con libros"

En su paso por Buenos Aires, la reconocida activista y Premio Nobel de la Paz habló con Infobae sobre la amenaza del fundamentalismo religioso y por qué cree que la raíz del terrorismo está en la ignorancia

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Similar al despliegue que ostenta un jefe de Estado en una visita oficial, Shirin Ebadi ocupó todo el octavo piso del Hotel Castelar de avenida de Mayo al 1100, en pleno centro de Buenos Aires. El protocolo de seguridad impedía cualquier contacto con la reconocida activista, que en todo momento estuvo rodeada por hombres de negro que se comunicaban por auriculares de seguridad privada para evitar cualquier atentado del regimen iraní. Es que Ebadi, premio Nobel de la Paz en 2003, representa una amenaza para el fundamentalismo islámico. Tal es así que debió abandonar su país a la fuerza en 2009, cuando fue perseguida por la teocracia de los ayatolas.

Su rebeldía hacia las normas de una "cultura patriarcal" siempre molestó al régimen musulmán. Después de la revolución islámica en 1979, Ebadi fue desplazada de su cargo como jueza y presidente de un tribunal iraní y obligada a trabajar en un cargo administrativo. Luego, pasó al Ministerio de Justicia y ejerció como abogada asumiendo la defensa en casos con implicaciones políticas a escala nacional, algo que no generó nada de agrado. Todas sus propiedades en Irán fueron confiscadas y su ONG en defensa de los derechos humanos fue cerrada. Las amenazas hacia ella y su familia fueron acrecentando y la persecución con la cárcel (y la muerte) se hicieron cada vez más fuertes.

Fue así que en 2009 dejó su país y, tras viajar por el mundo dando conferencias sobre derechos humanos y violaciones en el régimen islámico, encontró refugio en EEUU. Las mujeres y los niños –absolutamente privados de sus derechos en Irán- se convirtieron en el motor de su revolución: modernizar el Islam y erradicar la violencia y el terrorismo. El desafío la llevó a incrementar el compromiso, ejercer presión gubernamental, militar con sus creencias y hasta escribir duros textos contra Irán por el maltrato a sus mujeres y niños.

Sin dudas su coraje y activismo pone en jaque su seguridad personal, pero también la ha posicionado como la primera y única mujer iraní en haber sido elegida premio Nobel de la paz en 2003 por "sus esfuerzos por la democracia y los derechos humanos". El Comité Noruego del Nobel reconoció su "sensatez profesional" y su "valentía", afirmando que Ebadí "no ha prestado atención jamás a las amenazas a su propia seguridad".

Shirin Ebadi debió dejar Irán en 2009 tras ser perseguida por el regimen. (EFE)
Shirin Ebadi debió dejar Irán en 2009 tras ser perseguida por el regimen. (EFE)

¿Cómo es pelear por los derechos humanos en los países islámicos?

―Bastante difícil, porque en algunos de esos países hay guerra, como en Siria, Irak, Libia, Afganistán y, en algunos otros países donde no hay una guerra como tal, la situación no es nada buena. Por ejemplo, en Emiratos Árabes Unidos, la situación no es nada buena. La situación de la mujer es bastante mala y discriminatoria. La situación interna y de Irán tampoco está bien. Tenemos más mil presos políticos y de conciencia. Tenemos un gran número de periodistas que están encarcelados. Solo el mes pasado, hemos tenido 22 personas que han sido detenidas por su creencia religiosa y los han ejecutados. Irán es el primer país en números de ejecuciones. Hay países como Indonesia o Malasia donde la situación de los derechos humanos es mucho mejor.

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―¿Son compatibles los derechos humanos y el Islam?

―El Islam, así como otras religiones del mundo, tiene interpretaciones diferentes. Con una interpretación adecuada del Islam podemos compatibilizar esa interpretación con los derechos humanos. Afortunadamente, el Islam como religión tiene ese potencial de ser compatible con estos principios. Religiones como el judaísmo y el cristianismo sabemos que todas tienen una raíz común y son muy cercanas las unas con las otras, ¿como es que nadie pregunta si el cristianismo es compatible con los derechos humanos? ¿No creen que en esas preguntas no hay un prejuicio hacia el otro?

“En lugar de tirar bombas encima del Estado Islámico, deberíamos bombardearles con libros”

―¿Recibió alguna vez alguna amenaza por parte del Estado Islámico?

― No, afortunadamente no he tenido ningún tipo de contacto con ellos. Sus actos no tienen nada que ver con el Islam y el Islam no aprueba en absoluto matar a personas inocentes. El Islam es una religión de colaboración, de paz y el Estado Islámico abusa en nombre del Islam.

¿Qué opina de la polémica que hay en Europa por las burkinis y burkas?

―Le voy a responder con otra pregunta: ¿los hombres tienen derecho a vestirse como quieren? Llevar barba se asocia con el Islam fundamentalista. Usar barba en Europa no está prohibido, ¿verdad? Pero llevar una burka o burkini, sí. ¿Qué diferencia hay entre una cosa y otra? Siempre los hombres lo tienen mucho más fácil que las mujeres. ¿Acaso la raíz de ese tema no tiene que ver con la cultura patriarcal? ¿Cómo es que cualquier limitación siempre va hacia la mujer? ¿Cómo es que no obligan a los hombres a afeitarse?

¿Y cómo cree que se rompe con esta cultura patriarcal en el mundo?

―Conociendo todas las manifestaciones y todas las maneras en las que esa cultura se ve en la sociedad. Por ejemplo cuando matan a una mujer y la violan, en realidad el mayor delito es matar a esa mujer, pero el abuso sexual es terrible cuando en realidad la han matado ¿Cómo es que en algunos países está prohibido abortar. La mujer es igual que el hombre. Su cuerpo le pertenece a ella.

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¿Tiene esperanza de que algún día cambie la violencia y discriminación a la que son sometidas las mujeres en los países islámicos?

―Creo que vamos a poder solucionar ese tema en todos los países del mundo, pero se necesita tiempo

“El Ejército Islámico no es solamente un grupo terrorista, es un pensamiento erróneo”

¿Qué panorama mundial ve en términos de violencia y cuál es para usted la solución al problema del terrorismo?

― Realmente destruyendo la raíz misma del terrorismo que está en la ignorancia y la discriminación. Tenemos que hacer todo lo posible para luchar contra estas dos cosas. La otra raíz del terrorismo está en la injusticia. Matando a unos cuantos terroristas no vamos a arreglar nada. En el mundo están matando a los talibanes, ¿pero acaso el número ha disminuido? Deberíamos pensar en una manera institucionalizada para luchar contra eso. En lugar de tirar bombas encima del Estado Islámico, deberíamos bombardearles con libros porque la raíz de esta violencia está en la ignorancia, en la falta de conocimiento. El Ejército Islámico no es solamente un grupo terrorista, es un pensamiento erróneo y a eso no se combate con armas ni bombas. La ideología equivocada deberíamos eliminarla con una adecuada.