
Pictoline, la empresa dedicada a convertir noticias y datos sobre distintos temas en infografías, apoyó a la ilustradora estadounidense de 26 años, Sarah Andersen, para que hiciera un mural en las inmediaciones de la Ciudad de México, sin embargo, a poco menos de una semana la obra fue grafiteada.
El mural estuvo patrocinado también por Samsung y TikTok y formó parte de un proyecto llamado “Internet Walls” por medio del cual nativos digitales hacen obras en algunas ciudades.
La acción generó un debate entre usuarios de redes sociales en el que unos lamentaban la acción de quien se autodenomina como “Zombra”, pues con pintura blanca y negra realizó un graffiti encima de las conocidas imágenes de la ilustradora.

Entre los comentarios de quienes llamaron vandalismo al graffiti se puede encontrar comentarios como:
@pica_dillo
@armandoamaro_
Por otro lado hubo quien, en lugar de llamarlo vandalismo, consideró que la artista goza no solo de un estrato social distinto, si no de un privilegio cultural notorio por su nacionalidad
@axolotlyvioleta
El grafitero que fue acusado por los internautas de “pisar”, como se conoce en el gremio a la acción de realizar un graffiti sobre una superficie que ya está intervenida, el muran fue Zombra Legend, quien se ha vuelto popular por haber grafiteado calles, monumentos y estatuas de la Ciudad de México.
@alejandrormtzc
Tras viralizarse el graffiti de Zombra, un grupo de ciudadanos se trasladó hasta la calle Mérida, esquina con Tabasco de la colonia Roma Norte en la Ciudad de México donde se encuentra el mural, y limpiaron la pintura en aerosol que el grafitero había utilizado para intervenir las imágenes de la estadounidense.

Sarah Andersen es una ilustradora que vive en Brooklyn, graduada de Maryland Institute College of Art en 2014, quien se ha vuelto famosa en interntet por sus cómics semiautobiográficos llamados Sarah’s Scribbles, o en español Garabatos de Sara, en los que una pequeña chica de cabello corto y pantalones negro vive distintas aventuras cotidianas que la han vuelto un ícolo de los ilustradores digitales.
Aunque el graffiti data de muchas decadas anteriores, fue en siglo XX cuando se disparó el auge de los jóvenes por realizar este tipo de arte que ha sido utilizado como un medio para difundir mensajes políticos e ideológicos; sin embargo su caracter artístico ha sido puesto en duda casi desde su aparición. Ahora, los usuarios en redes sociales dejan salir el cuestionamiento de si una obra en el espacio público podía o no ser intervenida por un grafitero cuyos símbolos y representaciones son comprendidas por sector minoritario de la sociedad.
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