
Soraya Esfandiary Bakhtiari fue la reina de Irán entre 1951 a 1958, hasta que su esposo, Mohammad Reza Pahlavi —último emperador persa, o Shah— le pidió el divorcio por su imposibilidad de tener hijos. Este fue el detonante que la lanzó a la fama como una socialité en toda Europa, donde se la conoció como la "princesa de los ojos tristes".
Soraya había viajado a Teherán por una invitación de la princesa Shams, hermana mayor del soberano iraní, a quien conoció durante una estadía en Londres. Dos días después de llegar a la capital persa, se reunió con el Shah en una cena donde también estuvo la reina madre, Tadj ol Molouk.

Luego del intercambio con la familia y con apenas 18 años, se comprometió con el emperador. La pareja finalmente se casó el 12 de febrero de 1951 y Soraya se convirtió en reina de Irán.
Poco después del compromiso, contrajo fiebre tifoidea y permaneció en cama durante varias semanas. Gente cercana a la relación reveló que Reza Pahlavi le llevaba todos los días una joya diferente durante las largas jornadas de enfermedad y las colocaba en su almohada, consigna Daily Mail.

En su boda, Soraya estaba tan débil que un médico de la corte le indicó que llevara un chaleco de lana bajo su imponente vestido Christian Dior, que pesaba más de 30 kilos y al que se le tuvo que cortar casi ocho metros de cola.
Después de la boda, el Shah y la reina vivieron un romance de cuento de hadas; pero su idilio rápidamente desapareció, pues el rey tenía apuro por concebir un niño varón para asegurar su descendencia en el trono.
El Shah le proporcionó a Soraya una vida cómoda, con viajes entre Roma, Múnich y París. Inmediatamente se convirtió en un ícono de la clase más alta y fue conocida por su impresionante colección de joyas.
Sin embargo, detrás de esa vida glamorosa, el matrimonio se tornó trágico.

En octubre de 1954, cuando apenas tenía 22 años, un doctor le comunicó que le podría llevar años quedar embarazada, lo que dejaba al Shah sin un heredero al trono. Por ese motivo, la unión se disolvió el 14 de marzo de 1958. Tras la separación, Soraya se fue a vivir a Suiza.
Tras su exilio voluntario a Europa, se convirtió en un foco de los paparazzi, asistía a galas y eventos mostrando lujosas joyas de Cartier, Bulgari y Harry Winston, que durante el matrimonio le había regalado el emperador iraní.

En la década de 1980, durante la Revolución islámica, cuando Irán redujo sus ingresos, Soyara vendió varias de sus joyas en una subasta en Christie's en Ginebra.
El reinado del Shah se derrumbó durante los levantamientos políticos en 1978 y 1979, y la República Islámica sucedió a su régimen. Finalmente murió un año más tarde, en julio de 1980, mientras que Soyara falleció 21 años después, en París, el 25 de octubre de 2001.
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