Gloria y ocaso de Tabárez al frente de la selección de Uruguay: los gestos que tocaron el corazón de las estrellas y la frase que marcó a Scaloni

El Maestro protagonizó el ciclo más extenso de la historia a nivel selecciones con una impronta muy particular, hasta que fue cesanteado y reemplazado por Diego Alonso. Un repaso por su gestión, que vivió turbulencias, cosechó hitos y formó a figuras como Diego Forlán o Luis Suárez

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A los 74 años, Tabárez terminó de cansar a la nueva dirigencia de la AUF después de los malos resultados del equipo
A los 74 años, Tabárez terminó de cansar a la nueva dirigencia de la AUF después de los malos resultados del equipo

“¿Y a mí quién me va a venir a decir que tengo que renunciar?”. La pregunta que hizo pública Oscar Washington Tabárez en la conferencia de prensa posterior a la cuarta derrota consecutiva de la selección uruguaya, esta vez en la altura de la Paz, ante Bolivia, por 3-0, fue tomada como un desafío por los dirigentes de la Asociación (AUF), desacostumbrados a escuchar estas frases de parte del entrenador, que batió el récord mundial de longevidad sentado en el banco celeste.

A los 74 años (nació en 3 de marzo de 1947), Tabárez terminó de cansar a la nueva dirigencia de la AUF después de los malos resultados del equipo, que de estar tercero y en zona de clasificación directa hace cinco fechas, pasó ahora al séptimo puesto y fuera del repechaje, aunque a un punto de Colombia y Perú, cuarto y quinto de la tabla, que son los dos últimos que siguen llegando a Qatar 2022 o jugando la repesca.

En esos cinco partidos pasados, la selección uruguaya apenas marcó un gol (Luis Suárez) y recibió once en su primer empate como local 0-0 ante Colombia, su caída 3-0 ante Argentina en Buenos Aires, su derrota de 4-1 ante Brasil como visitante, otro resultado adverso ante Argentina en Montevideo, y el 3-0 ante Bolivia en la Paz, cuando el conjunto celeste mostró una gran endeblez defensiva y lo que es llamativo, provocó muy escasas faltas, como si no tuviera reacción anímica, aunque en todo este pequeño ciclo le faltaron jugadores importantes como Edinson Cavani, Matías Viña, Nicolás De la Cruz, Federico Valverde o Giorgian De Arrascaeta.

Los dirigentes, además de los malos resultados, se aferraron a las duras declaraciones de un entrenador que siempre fue cauto, serio y sereno, algo que trataba de hacerlo extensivo a sus jugadores convocados, en la búsqueda de un claro perfil para su seleccionado, y por eso también llamó la atención que tras la caída en el Monumental dijera, hablando de costado como siempre fue su característica, casi como confesando algo, que “como dijo alguna vez un entrenador, hay que cerrar los esfínteres”.

Sin embargo, una vez recibida otra dura derrota en La Paz al mes siguiente, Tabárez sostuvo que no iba a renunciar y que nadie le podía pedir que se fuera, algo que terminó por generar su despido luego de quince años consecutivos en el cargo después de que la selección celeste cayera por penales ante Australia y quedara eliminada del Mundial de Alemania 2006, hasta ahora. Esta semana, Uruguay anunció a Diego Alonso como su reemplazante.

Tabárez tiene el ciclo más largo de la historia de un entrenador en una selección nacional
Tabárez tiene el ciclo más largo de la historia de un entrenador en una selección nacional

De esta manera, se terminaba el ciclo más largo de la historia de un entrenador en una selección nacional por delante del alemán Sepp Hernerger (167 partidos), el danés Morten Olsen (160) y el austríaco del “Wunderteam” Hugo Meisl (155). Tabárez dirigió al equipo uruguayo en 221 partidos, con 104 triunfos, 58 empates y 59 derrotas si se suman los dos años en los que estuvo al frente de los celestes entre 1988 y 1990, cuando consiguió llegar a los octavos de final del Mundial de Italia y fue eliminado por los locales en Roma en una noche de dudoso arbitraje, al punto de que al día siguiente un diario tituló “Italia 90 Uruguay 0″.

Tras aquella salida y hasta su regreso dieciséis años más tarde, en 2006, pasaron trece directores técnicos por la selección uruguaya hasta que el “Maestro” (porque fue docente de escuela, además de futbolista) se hizo cargo y de a poco fue logrando un consenso general en su país tras haber conseguido organizar el trabajo desde un proyecto claro que puede resumirse en palabras claves como “adhesión” y “respeto”.

Estuvo sentado en el banco uruguayo en cuatro Mundiales y en todas las ocasiones consiguió avanzar a las fases finales y su mejor colocación fue el cuarto puesto en Sudáfrica 2010 –en el pico del rendimiento, cuando al año siguiente fue campeón de América en Argentina y en esos dos años fue elegido como mejor DT de Sudamérica-, resultó quinto en Rusia 2018 (cuando eliminó a Portugal con Cristiano Ronaldo en octavos) y duodécimo en Brasil 2014, cuando se produjo el incidente de la mordedura de Luis Suárez al italiano Giorgio Chiellini que provocó su salida del torneo por sanción de la FIFA.

Desde que Tabárez asumió como DT de la selección celeste el 8 de marzo de 2006, la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) tuvo siete presidentes (Eugenio Figueredo, José Luis Corbo, Washington Rivero, Sebastián Bauzá, Wilmar Valdez, Pedro Bordaberry –como interventor por la FIFA- e Ignacio Alonso) y en el mismo lapso de su trabajo, la selección argentina tuvo nueve entrenadores (José Pekerman, Alfio Basile, Diego Maradona, Sergio Batista, Alejandro Sabella, Gerardo Martino, Edgardo Bauza, Jorge Sampaoli y Lionel Scaloni).

Sin embargo, lo que parece una carrera sencilla y sin trabas, no lo fue en absoluto. Tras el Mundial de Italia 1990 llegó a dirigir con suceso a Boca, donde consiguió el título para los xeneizes en el Apertura 1992 luego de once años de sequía y perdiendo el de 1990/91 en una definición por penales ante el Newell’s de Marcelo Bielsa en la Bombonera (cuando no contó con Diego Latorre y Gabriel Batistuta, en la Copa América de Chile con la selección argentina), y posteriormente recaló en un Milan cuyo imperio se derrumbaba, y luego de estas experiencias se convirtió siempre en un candidato para regresar al equipo nacional, pero por mucho tiempo consideró que no estaban dadas las condiciones.

Tras regresar del Milan, y luego de mucho pensar, Tabárez había llegado a una conclusión: “Creo que las grandes ideas o las ideas importantes que puedan cambiar las realidades, como en el caso concreto del fútbol uruguayo, pasan por gente que tenga una capacidad de visión muy grande, ser un gran estratega y un gran vocacional. Digamos, un mecenas intelectual”, llegó a manifestar en el programa “La Caja Negra” en 2004.

Tabárez, Además de ser director técnico fue maestro de escuela
Tabárez, Además de ser director técnico fue maestro de escuela

Hizo hincapié especialmente cuando tras la derrota 0-3 ante Venezuela en 2004 en el estadio Centenario, todos reclamaban cambiar todo, intervenir la AUF. “Todo esto me hace pensar que el interés por hacer las cosas que se dijeron, no existe. Es simplemente una reacción ante determinados estados emocionales porque eso se hace con un diagnóstico, con objetivos, con un gran apoyo y con gran poder de decisión y, además, con largarse a la pelea porque se sufre mucho y no hay nadie que lo pueda hacer, inclusive yo me incluyo, no lo veo. Hay todo un entorno, una falta de visión, de humildad para copiar otras realidades y tener muy claro cuál es nuestra realidad. Y qué es lo que se puede hacer y lo que no. Yo creo que lo que tenemos todavía es cultura futbolística, que pocos países en el mundo la tienen”.

En realidad, Tabárez jamás se hubiera imaginado que aquel foro de la Fundación “Friedrich Ebert”, al que asistió al regreso de “Italia 90″, significaría uno de los disparadores para comenzar a gestar el proyecto que desde 2006 llevó a cabo en la selección. Esa reunión, a la que acudieron periodistas y escritores como Eduardo Galeano, se tituló “Uruguay ¿nunca más campeón mundial?”. “Ese título –dijo el DT en el muy descriptivo libro “Maestro, el legado de Tabárez”, de los periodistas Luis Eduardo Isaurralde y Jorge Señorans- resumía un poco lo que pensaba la gente. Si se preguntan ‘nunca más campeón mundial’ se cree que hay posibilidades de serlo. A mí me sirvió para analizar, en primer lugar, el cambio que hubo por el paso del tiempo, por la evolución de las sociedades y de las organizaciones deportivas entre aquellos tiempos en los que Uruguay era una potencia, sin lugar a dudas, ganadora totalmente. Entonces, había que hacer una cosa totalmente diferente”.

Al Mundial de Francia 1998, Tabárez concurrió como miembro del equipo técnico de la FIFA y se corrió el rumor de su regreso a la “Celeste” porque Eugenio Figueredo, entonces presidente de la AUF, viajó a Burdeos para conversar con él, pero no lo hizo, Consultado por la prensa, el entrenador sostuvo que “no creo en las ternas, no son concursos de oposición. Es una decisión que le corresponde al ámbito directriz y yo me salgo de esto. Si alguna vez estuvieran interesados en mí vendrían a hablar conmigo, pero no como una posible opción”.

Apenas unos meses más tarde, en febrero de 1999, le dio una entrevista al diario “Últimas Noticias”, en la que dejó en claro las condiciones: “Que la selección exista. Ahora, no existe. No tengo ninguna garantía de que los conflictos de intereses que va a haber, como ocurre siempre, no se decidan como sucedió a lo largo del tiempo, perjudicando a la selección. No hay una estructura ni un poder de los dirigentes, que son los que se dedican más a la selección, que defienden los procesos. Y no es por falta de capacidad ni ganas. Hay hasta impedimentos reglamentarios. Yo me pregunto ¿dónde se entrena la selección? No hay buenos pisos, un calendario formado con criterio deportivo. No nos hemos clasificado. Entramos penúltimos en una eliminatoria, no nos acompañan los resultados a nivel clubes, por lo general. Tenemos que hacer algo y no se ha hecho en ese sentido. El entusiasmo que tenía desde el punto de vista afectivo se ha ido diluyendo porque trato de tener coherencia y analizar las cosas”.

Para Tabárez había cuestiones esenciales que cumplir para dirigir otra vez a la selección uruguaya. El perfil de jugador requerido, la elección del capitán, sus exigencias, el sentido de pertenencia, la reconstrucción del Complejo Celeste, o la profesionalización de la gestión.

Al año asumió Daniel Passarella con el respaldo de la empresa “Tenfield” (de Francisco “Paco” Casal), que hasta pagó una parte de su salario y se quedó con los derechos de TV de la selección firmado por aquellos dirigentes, aunque acabó yendo al Mundial 2002 con otro DT, Victor Púa (no pasó la fase de grupos). Luego, ya para Alemania 2006, siguieron Juan Ramón Carrasco, Jorge Fossati y no pudo pasar el repechaje de clasificación al caer ante Australia, y no fue al Mundial 2006

Fue Daniel Pastorini, un dirigente de la AUF y viejo amigo de Tabárez, quien en 2006 entendió que era el momento de convocarlo pero se encontró con la oposición de Figueredo, a tal punto que aunque consiguió el permiso para hablar con él, se fue postergando su nominación por presiones de algunos periodistas, dirigentes, y hasta políticos. Le ofrecieron muy poco para que se negara cuando tenía ofertas de clubes que triplicaban el valor.

"Tabárez ha sido el conductor de todo el ciclo. Él lo pensó, él lo diseñó, él estuvo en cada detalle de la ejecución. Y lo hizo sin dar explicaciones a nadie". Javier De León, periodista
"Tabárez ha sido el conductor de todo el ciclo. Él lo pensó, él lo diseñó, él estuvo en cada detalle de la ejecución. Y lo hizo sin dar explicaciones a nadie". Javier De León, periodista

Javier De León, periodista de “Cadena Celeste” y con una experiencia de diez Mundiales cubiertos, sostiene que para entender el ciclo de Tabárez, “hay que remontarse a la historia de la selección uruguaya. De las primeras diez Copas del Mundo, jugó siete, dos veces no concurrió por decisión propia y sólo una vez no se clasificó, para Suecia 1958. De las siguientes ocho Copas, sólo logró clasificarse para tres, de las cuales una fue con Tabárez para Italia 1990, y desde que se inició este último ciclo, jugó las tres Copas del Mundo y fue cuarta en Sudáfrica 2010, quinta en Rusia 2018 y llegó a octavos de final en Brasil 2014 ganándoles a Italia e Inglaterra hasta que llegó el escándalo de la suspensión de Luis Suárez”. Y remata; “Tabárez ha sido el conductor de todo el ciclo. Él lo pensó, él lo diseñó, él estuvo en cada detalle de la ejecución. Y lo hizo sin dar explicaciones a nadie”.

En todos los consultados por Infobae para referirse al ciclo de Tabárez en la selección uruguaya aparece como un elemento fundamental lo de “no dar explicaciones”. Celso Otero, su ayudante, trata de explicar el perfil del “Maestro”: “Lo que pasa es que a veces se quiere un entrenador más funcional al área dirigencial que a la de los futbolistas o al área del tratamiento con el periodismo. O a la opinión pública. El Maestro tiene más de unas que de otras”.

Tabárez apareció ante los neutrales (dirigentes de la AUF) con una carpeta debajo del brazo con el título de “Proyecto de Institucionalización de los procesos de Selecciones Nacionales y de la formación de sus futbolistas” y cuando fue presentado dijo que apostaría a un perfil de jugador: “la persona en primer lugar. Un joven talento debe entrenarse y prepararse para desafíos de la vida. Los dobles horarios van a ser replanteados. El joven debe estudiar. No debemos entorpecer esto, debemos favorecerlo, acrecienta las posibilidades deportivas del talento”.

También habló del cambio de mentalidad de los jugadores: “Que sepan qué es la selección, que van como privilegiados y que lo devuelvan con ganas y orgullo. Que sepan el por qué de las cosas que hay en el ámbito de los niños. Antes había espejos, se transmitía eso, pero cambió. Todo se acerca de manera programada y que ser realistas con esto, preparar a los niños para su futuro porque muchos van a ser profesionales pero otros, no. Esto es imprescindible e impostergable. No estamos muy bien, pero podemos estar peor. No vengo con soluciones mágicas. Lo vamos a hacer en la selección y pretendemos que se generalice en todos los niveles del fútbol del país, incluyendo, por supuesto, todos los clubes de la AUF, en donde nos apoyaremos en nuestras ideas, pero fundamentalmente en la práctica de los que hacen las cosas bien desde hace tiempo en nuestro fútbol. La “Teoria de la Irradación” es ser un foco donde se trabaja de determinada manera, apuntando a que eso vaya generando de a poco un cambio cultural”.

Los inicios del trabajo no fueron fáciles en absoluto. Tabárez se encontró con enorme cantidad de obstáculos. Por ejemplo, en la AUF no tenían los teléfonos de los jugadores para citar. Tuvieron que llamarlos desde la sede de la empresa Tenfield, de Paco Casal, y aun así, algunos no fueron localizados

Tabárez pensó que el jugador ideal, que reunía las características que buscaba, era Diego Forlán (que luego sería elegido como mejor jugador del Mundial 2010). “Estoy convencido de que el futbolista se asocia al DT porque lo necesita. El DT es el que consolida la mentalidad del grupo. Por eso su liderazgo es tan importante. No va a la cancha, pero va impulsando una mentalidad, una línea de acción, que existan espacios donde haya reflexión que nazca de los intereses de los futbolistas por reconocer que socialmente son muy valorados y que pueden hacer mucho bien. Todo eso se va trabajando sobre ellos y sobre la conducta que debían tener no sólo como profesionales sino por llevar la marca Uruguay”, sostenía el DT.

Tabárez y Tite, en un enfrentamiento entre Brasil y Uruguay
Tabárez y Tite, en un enfrentamiento entre Brasil y Uruguay

“Durante todo el proceso manifestó la responsabilidad de la imagen que debemos dar hacia afuera, que no podemos cometer un error porque nos perjudica a todos. Porque de la puerta para adentro somos todos iguales, estamos unidos y luchando por lo mismo”, reconoció en el mismo sentido Egidio Arévalo Ríos, ex volante de Racing.

No resulta casualidad, entonces, que cuando Tabárez dirigía a Peñarol en 1987, tras ser campeón de la Copa Libertadores de América y antes de viajar a Tokio para jugar ante el porto por la Copa Intercontinental, el periodista De León hizo escribir un deseo, en una cartulina, a cada jugador y al entrenador. El DT escribió una frase de Juan López, nada menos que quien dirigiera a la selección celeste en la epopeya del “Maracanazo” de 1950: “Ninguno es más importante que todos juntos”.

En su primer contacto con los jugadores citados, el DT les fue claro “Ustedes nos tienen que dar un voto de confianza, creerme que vamos a hacer algo nuevo, distinto. No es que sea mejor ni peor de lo que había, es algo que no se ha hecho y lo consideramos esencial. Pero hay que tener adhesión y eso quiere decir, por ejemplo, saber que en el Uruguay hay gente que dice que los futbolistas que vienen de otros medios vienen a robar dinero, que no meten la pierna, que se esfuerzan mucho más en los equipos en los que juegan que en la Selección”. Nadie hablaba. “Estoy convencido de que eso no es cierto, pero de ninguna manera tiene que servir como excusa para bajar la guardia y perder la adhesión. Eso, y tampoco renunciar a jugar en la Selección. Eso no sirve. Es más valiente y más honesto decir ‘no estoy en la selección porque eso no me gusta’”. Ese desgaste lo habían sufrido jugadores como Mario Regueiro, Paolo Montero, Darío Rodriguez, Darío Silva, Richard Morales, Alvaro Recoba, Sebastián Viera o Javier Chevantón.

“Jamás les dije ‘tenemos un proyecto y vamos a llegar a esto’. Eso no porque ya me sentiría una especie de predicador y estoy bastante en contra de esas cosas. La palabra es muy importante en esto, pero más importante que la palabra es la coherencia entre hacer cosas que los futbolistas sólo las vinculan con lo que se ha dicho. Por ejemplo, cuando les pedí adhesión sabía que les tenía que decir algo a cambio”, señaló Tabárez con el paso de los años.

De la primera charla en una gira por Estados Unidos se acuerda Andres Scotti, sorprendido porque Tabárez no hablaba de “motivación”, algo que habló con algunos compañeros. “El Maestro decía que si una persona que saliera con la camiseta del país necesitaba que la motivaran estábamos mal, y me pareció lógico. Cuando me ponía esa camiseta se me erizaba la piel. Toda la vida se me pasó por la cabeza ese momento”.

Hubo que hacer una reconstitución en el mercado porque Uruguay, al no haberse clasificado al Mundial 2006, no encontraba rivales fuertes para los amistosos y en esa etapa acabó jugando contra Irlanda, Rumania, Túnez, Libia, Arabia Saudita y así, como se pudo, el equipo llegó a disputar la Copa América de Venezuela en 2007 y el inicio no pudo ser peor: una durísima derrota de 3-0 ante Perú con una formación que poco tendría que ver con el futuro de la selección “celeste” (Gonzalo “Turbo” Vargas, Darío Rodríguez, Fabián Cannobio, Fabián “Lolo” Estoyanoff, que no tuvieron mucho recorrido en el conjunto nacional).

En el Mundial de Rusia 2018 finalizó quinto tras perder en cuartos de final con Francia
En el Mundial de Rusia 2018 finalizó quinto tras perder en cuartos de final con Francia

“Tras esa derrota, la división del periodismo uruguayo se pareció a la que había en 1990. Una parte del periodismo comenzó a presionar a quien entonces era presidente de la Asociación Uruguaya, el doctor Corvo, para que echara inmediatamente del cargo a Tabárez y la concentración del equipo vivió un terremoto de dos días”, recuerda el periodista Pablo Karslián, de larga trayectoria, en aquel tiempo, jefe de Prensa de la selección celeste y actualmente en Radio Carve.

Posteriormente, las cosas se fueron acomodando y llegó la clasificación para el Mundial de Sudáfrica, pero la paz seguía sin llegar. Karslián cuenta lo que le pasó en los días previos a comenzar el certamen. “En el centro de prensa de Johannesburgo me encontré con José Luis Chilavert, que se identifica mucho con Peñarol, donde atajó en el final de su carrera, cuando fue dirigido por Diego Aguirre -, y conversando con él, me dice que justamente Aguirre tenía todo arreglado con el entonces presidente de la AUF, Sebastián Bauzá, para hacerse cargo de la Selección una vez que el Mundial terminara.

“Podés largarlo en tu programa y decí que te lo dije yo, es posta”. Lo dije en la noche en Hora 25, de Radio Oriental, y fue una bomba. Al otro día, mi colega Eduardo Ribas, que estaba en la concentración celeste en Kimberley, se lo consultó al Maestro y su cara se desfiguró. “Les voy a decir una cosa, hace unos días, ya estando acá, me llamaron de un país árabe para ofrecerme la selección, recomendado por Diego Aguirre”, respondió. “Atando cabos –continúa Karslián- en mayo, un mes antes, la AUF buscaba un DT para la sub-20 y Tabárez propuso a Daniel Carreño, pero nombraron en el cargo al ingeniero Juan Verzeri, que luego fue ayudante de campo de Aguirre, o sea que desde hacía varios meses, éste tenía todo preparado para desembarcar porque tenía llegada directa al presidente de la AUF, pero claro, con los resultados del equipo, que terminó en semifinales, los dirigentes fueron cambiando”

“Primero, cuando se les preguntaba qué iba a pasar luego con Tabárez decían ‘Y…tenemos que pensarlo’, luego de los cuartos de final con Ghana pasó a ‘Y bueno… podría ser un buen coordinador de selecciones nacionales o tener algún cargo en la AUF’. El Maestro era boleta, pero la mano de Luis Suárez y el penal que picó Sebastián Abreu ayudaron para que permaneciera como DT”. Bauzá es ahora el secretario de Deportes de Luis Lacalle Pou en el gobierno nacional.

Más adelante, aunque ya consolidado, Tabárez atravesó otros problemas, como con la salud, al tener una neuropatía crónica aunque asintomática, que según él no es el extraño síndrome de Guillain Barré, como se comentó, que lo obliga a caminar con muletas o bastón o andar en un carro motorizado, o cuando entre 2011 y 2012 denunció a una empleada doméstica, acusándola de robar 500.000 dólares de la cuenta de la familia. Pero eran los tiempos de las mieles tras el gran Mundial de Sudáfrica y el resonante triunfo en la Copa América de Argentina, y todo se manejó con mucha discreción. Para Tabárez –según declaró a Subrayado- ese problema nunca fue un obstáculo para dirigir a la selección celeste y cuenta que al finalizar el Mundial de Brasil 2014 “me vino a ver Wilmar Valdez –entonces presidente de la AUF- a mi casa para conversar y si hubiese pensado en dar un paso al costado, lo habría dicho antes de aquella ocasión”.

Jorge Salvia, prestigioso periodista del portal ECOS y de “La Oral Deportiva” de Radio Universal, cree que los motivos de la continuidad de Tabárez “pasaron, primero que todo, por los resultados, aunque no son pocos los que sostienen que con jugadores como Godín, Suárez, Forlán, Cavani y ahora Valverde o Bentancur acaso debió ganar más títulos y no sólo la Copa América 2011 pero el tema es qué resultados había obtenido Uruguay antes. Puestos frente a ese espejo opaco, el cuarto puesto en Sudáfrica y el quinto en Rusia no hay duda de que fueron signos de una vigencia por lo menos aceptable”.

Diego Forlán "Revivir el amor por la Selección y el fanatismo que despertó en todas las generaciones, definitivamente es impagable y el gran responsable fue Tabárez"
Diego Forlán "Revivir el amor por la Selección y el fanatismo que despertó en todas las generaciones, definitivamente es impagable y el gran responsable fue Tabárez"

“Otro de los pilares del proceso de Tabárez fue que, precisamente con ese puñado de figuras estelares, quizá por su condición de docente, supo amalgamarlas no sólo para el funcionamiento del equipo adentro de la cancha sino también afuera de la misma, ya que en los dos planos, el factor del comportamiento humano estuvo incluso por encima del rendimiento futbolístico y como producto de esto, en 14 años no hubo nunca líos, discusiones ni escándalos”, continúa Savia, quien sostiene que “aunque el estilo de fútbol conservador –que ha ido variando con el cambio generacional que operó en los últimos años, sobre todo en el medio-no es del gusto de buena parte de los uruguayos, un punto de sostén es algo que no discute nadie: la organización e interrelación institucional, como si fueran las distintas categorías de un mismo club, con una estructura global que abarca a todas las selecciones”.

Savia, que llegó a hacer dupla como marcador central con Tabárez en la selección del colegio secundario que jugaba la Liga Universitaria entre 1963 y 1965, agrega un tercer elemento decisivo del ciclo: “sin filtraciones informativas. Dicho de otro modo, un ‘Estado Mayor’ impenetrable, quizá por el rigor impuesto por su ‘general’ que consiguió que en los viajes, durante los grandes torneos, cuando va a decidir la formación del equipo, los dirigentes se programan un tour para hacer ostensible que si se produjo un escape de información, no han sido ellos los que la propagaron. ‘Ni mis colaboradores saben el equipo’, solía decir”.

En el prólogo del libro de Insaurralde y Señoranz, Forlán cuenta una anécdota que acaso sirva para entender la relación de respeto y la importancia de la palabra de Tabárez entre sus jugadores. Cuenta el ex delantero de Independiente, Villarreal y Manchester United que las charlas en los partidos decisivos terminaban con una frase, “Hoy entramos 11 y salimos 11″, pero que siempre terminaban con alguna expulsión, lo que provocaba risas y grandes charlas entre los jugadores para ver cómo le decíamos que por favor no lo dijera más” y que fue en la altura de Quito, en 2009, cuando notaron que por fin el Maestro se había olvidado de sus clásicas palabras (Uruguay ganó 1-2) y que el equipo no sólo terminó con los 11 sino que había dado un paso importante a la clasificación, y como él era uno de los referentes del equipo, en un vestuario alegre, le dijo “Maestro, con todo respeto, ya lo hablamos con el resto de los jugadores y cada vez que dice ‘Entramos con 11 y salimos con 11′, nos echan a algún jugador. Por favor, no lo diga más” y Tabárez, entre risas, le contestó que lo iba a tener en cuenta, y de ahí en adelante no lo dijo nunca más, y hoy se lo recuerda como una anécdota graciosa, especialmente porque después de ese partido, Uruguay vivió épocas gloriosas.

“Frente a todo queda un sentimiento de satisfacción por lo que conseguimos deportivamente, pero especialmente por cómo influyó en el pueblo uruguayo. Revivir el amor por la selección y el fanatismo que despertó en todas las generaciones, definitivamente es impagable y el gran responsable fue Tabárez porque cambió todo, nos dio nuevas herramientas, descomprimió una presión que perseguía a Uruguay desde hacía años, creó un grupo, inculcó valores y, por si fuera poco, logró que jugáramos de igual a igual contra cualquier rival”, sostuvo Forlán.

Tabárez con Luis Suárez en un entrenamiento de Uruguay
Tabárez con Luis Suárez en un entrenamiento de Uruguay

Acaso el ex capitán de la selección uruguaya, Diego Lugano, pueda graficar bien lo que transmite Tabárez en una anécdota que compartió con el director técnico, cuando lo visitó en su casa de Montevideo, tras el Mundial de Brasil 2014, con el escándalo por la expulsión de Luis Suárez por la FIFA tras la mordedura a Giorgio Chiellini. “Mire, voy a dejar la selección, pasó mucho tiempo…” Tabárez se acomodó en el sillón y lo miró a los ojos y le respondió: “Te voy a contar una cosa. Luego del partido con Italia, después de renunciar a la FIFA por lo que pasó con Luis, mi hija estaba en el Palacio Legislativo y todo el mundo la felicitaba. Cuando volví del Mundial me lo contó. ¿Y sabés qué me dijo? ‘Papá, por favor no sigas, ya está' ¿Y sabés qué le dije? Yo no quiero palmas ni gloria. Si las quisiera, me retiraba al otro día de ganar la Copa América. Pero tengo un trabajo por hacer y ahora se viene la etapa más difícil, que es mantener esto”. Lugano escuchaba, hasta que el entrenador lo sorprendió: “¿Vos qué querés hacer? ¿Querés palmas? ¿Que te ovacione la gente? ¿Reconocimiento? Entonces salí mañana, llamá a una conferencia de prensa y hacé público que no venís más a la selección. Ahora, si te recuperás rápido, tal vez tengas chances de aportar algo. Si a mí me da la salud voy a seguir, porque tengo el desafío más difícil por delante…” pero no hubo respuesta. Lugano quedó sin palabras. “Me mató. La convicción que tiene este hombre es increíble”.

Pocos días antes, durante el Mundial 2014, habían tenido un cruce muy duro tras la derrota ante Costa Rica en la fase de grupos y quedaban Inglaterra e Italia. Lugano se había lesionado y no podía dormir del dolor y al día siguiente se fue derecho a hablar con el médico, Alberto Pan. “Alberto, no puedo ni caminar. Me duele todo. Pero si es necesario, infíltrame, porque ni loco me pierdo el partido con Inglaterra. Decile al Maestro que el día previo voy a entrenarme, que me espere dos días, que llego”. Enterados de la situación, Tabárez y su preparador físico José Herrera lo fueron a ver a su habitación y con una libretita en la mano, para probarle que ante Costa Rica había jugado el partido más intenso de los últimos tiempos, por su exceso de responsabilidad, y que por eso, había jugado el partido mucho antes en su mente y en su cuerpo, y que esa fue una de las causas de su lesión. “Maestro, yo no puedo caminar, pero contra Inglaterra juego”. Tabárez lo miró serio. “¿Puede entrenarse?” Lugano le respondió con sinceridad “No, no puedo, pero me voy a cuidar para jugar”, pero Tabárez fue contundente: “No, Diego, si no se entrena, no juega”, “¡Yo juego!”, dijo Lugano en tono enérgico, como dando por terminada la charla. “Entonces, vaya a practicar”. Lugano se puso nervioso y levantó la voz: “¡No me da dos días de descanso!”, como diciendo “no se puede creer”. “Entonces, ¿sabe una cosa? ¡Voy a practicar!” Tabárez no dijo nada. Se hizo un silencio y antes de salir, el DT reaccionó, se dio vuelta, y le dijo: “Mirá que te reconocemos como una persona seria y confiamos en vos”.

“Fui y le dije al doctor Pan ‘Pinchame que voy a entrenarme’”, recuerda Lugano. Fue infiltrado. El asistente técnico le dio el chaleco naranja de los titulares y al regresar al hotel, fue a ver al fisioterapeuta Walter Ferreira, quien le dijo “Tus compañeros dicen que te arrastrás en la cancha”. “No puedo jugar, Walter”. Ferreira le dijo “Diego, hay cosas peores en la vida que no jugar un partido de fútbol”. Walter peleaba contra una cruel enfermedad y a Lugano se le hizo un nudo en la garganta. Se abrazaron y se pusieron a llorar sin parar, un momento que, sostiene el ex jugador, como hombre, se llevará para siempre. Salió de ahí y fue a ver a Tabárez: “Maestro, no puedo jugar”. “Estaba esperando que me dijera eso. Vaya tranquilo que mañana un compañero suyo va a dejar todo en la cancha”.

Tabárez se convirtió en uno de los referentes más importantes de la historia del fútbol uruguayo
Tabárez se convirtió en uno de los referentes más importantes de la historia del fútbol uruguayo

Con el tiempo, Lugano reconoció “Yo estaba recontra caliente en ese momento, pero tenía razón el hombre. Él sabía que yo iba a respetar al grupo y esperó que asumiera mi duelo”. Uruguay venció a Inglaterra y luego a Italia con el gol de Godín, que con la salida de Lugano, se convirtió en el capitán. Tabárez le demostró que no había privilegios para nadie y, de esta forma, priorizó el respeto a todos los jugadores, por la camiseta y por el proyecto.

Muchos de los que estuvieron cerca de Tabárez en los distintos torneos coinciden en que hubo un único momento en el que no pudo concentrarse en el partido. Fue justo el día antes de enfrentar a Colombia por los octavos de final del Mundial de Brasil 2014, tras el escándalo que dejó afuera a Luis Suárez. Indignado por el trato que recibió de la FIFA, el Maestro renunció públicamente, y en la conferencia de prensa previa, como integrante de la comisión técnica del máximo organismo mundial del fútbol. “Nunca vi a Tabárez antes de un partido hablar de cualquier cosa menos de eso, y nadie después estaba metido y el propio Maestro creo que estaba desconcentrado. Uruguay jugó uno de sus peores partidos en los Mundiales”, describe Karslián.

Tras caer ante Francia (luego campeona) en cuartos de final del Mundial de Rusia en 2018, Tabárez sólo aceptó la derrota en conferencia de prensa y dijo simplemente que había que seguir trabajando para mejorar en el futuro y felicitó a los ganadores. Ciro Vargas, mendocino y colaborador del preparador físico Herrera y especialista en el “Valor de la calidad de la alta intensidad de los movimientos por partido” (algo con lo que, según sostuvo ante Infobae, no contaba la selección argentina), describe que Tabárez y su cuerpo técnico “creen excesivamente en la planificación y en el orden, entonces yo tengo que tener el informe a su disposición entre 24 y 36 horas de que me lo piden y jamás hemos sugerido algo que no nos corresponde. Están muy claros los roles de cada uno. Lo bueno es que pudimos ver en el Mundial de Rusia que estuvimos a la altura de las circunstancias”.

Vargas cuenta también que luego del Mundial de Rusia, Tabárez rechazó la posibilidad de que se erigiera una estatua en su homenaje. “Yo tengo una profunda admiración por él y se lo dije durante el Mundial pasado y en ese momento me emocioné. Trabajar con él es como hacer un doctorado”, resalta el científico argentino.

En la última clasificación sudamericana para el Mundial de Rusia, recuerda Karslián, “Uruguay estaba para ser primero, pero tuvo una racha de seis partidos sin ganar, pese a lo cual nunca salió de la zona de los cuatro primeros y fue cuando tuvo que viajar a Asunción para enfrentar a Paraguay en un país que no ganaba hacía tiempo. Tabárez, que sabía que tenía que renovar todo el mediocampo, decidió colocar a dos jóvenes, Rodrigo Bentancur y Federico Valverde. Funcionó, ganaron el partido, y Valverde marcó el gol de triunfo. Fue así al Mundial, con una línea de cuatro volantes que debutaron todos en una competencia así, algo poco común”.

Pero tampoco es que todo el viento soplaba a favor. Tabárez sabía que siempre había obstáculos, luchas internas. Por ejemplo, que los jugadores de la selección uruguaya están en una guerra total contra el empresario Paco Casal y no hablan con Tenfield, el canal que tiene los derechos de los partidos de “la Celeste” y apenas dan conferencias de prensa, y el DT adhirió a los jugadores. “Es que Tabárez se fue haciendo poderoso y ahora con Casal ya era una relación de poder a poder”, clarifica Karslián.

Tabárez sabía que había que renovar la zona de volantes, y así como fueron saliendo Arévalo Ríos, Diego Pérez, Cristian “Cebolla” Rodríguez o Walter Gargano, pasó a contar con Nahitán Nández, Bentancur, Valverde, Matías Vecino o Lucas Torreira, como producto de la planificación y el trabajo, con miras al Mundial de Qatar 2022, cuando se cumplan 16 años desde que comenzó el ciclo.

Lionel Scaloni, director técnico de la selección argentina que consiguió un título luego de veintiocho años, suele contar que en el momento en que asumió, cuando más cuestionado estuvo por su falta de trayectoria en equipos profesionales, recibió un consejo de Tabárez: “Usted tiene que decir que no tiene experiencia pero que en cambio tiene vivencias”.

Scaloni fue nominado para el premio de entrenador del año en la FIFA, y Tabárez dejó de dirigir a la selección uruguaya, en otra irónica vuelta de tuerca del mundo del fútbol.