Los sorprendentes “10 mandamientos” que llevaron a Kobe Bryant a transformarse en una leyenda de la historia del básquet

El ex escolta, que falleció en un accidente con su helicóptero junto a otras ocho personas (incluida su hija Gianna) acompañó su talento con disciplina y una rutina rigurosa en busca de superación y mantenerse vigente

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Al talento, Kobe le agregó disciplina para alcanzar sus metas REUTERS/Danny Moloshok/File Photo
Al talento, Kobe le agregó disciplina para alcanzar sus metas REUTERS/Danny Moloshok/File Photo

Con los Lakers consiguió cinco títulos de la NBA, en las temporadas 1999-2000, 2000-2001, 2001-2002, 2008-2009 y 2009-2010, mientras que con la selección de Estados Unidos consiguió en dos ocasiones la medalla de oro (Juegos Olímpicos de Beijing 2008 y Londres 2012).

Además, fue elegido dos veces MVP (mejor jugador) de las finales de la NBA (2009 y 2010). Recibió el premio al jugador más valioso de la liga en 2008 y participó en 18 ediciones del Juego de las Estrellas, siendo galardonado en cuatro de ellas como el mejor jugador.

Kobe Bryant, quien falleció ayer en un accidente con su helicóptero a los 41 años, cimentó su leyenda en el talento y la capacidad de aprendizaje: Phil Kackson, el entrenador que terminó de darle forma al mito Michael Jordan en Chicago Bulls, tomó la arcilla de Black Mamba en 2000 y lo elevó a otro nivel. Pero mucho tuvo que ver el apetito del propio Kobe, que hizo de la disciplina y el trabajo dos columnas de su carrera.

El ex escolta, de 41 años, se mantuvo durante 20 temporadas en la liga más competitiva del mundo, entre otros factores, porque siguió al detalle su decálogo de exigentes “mandamientos”. Que no comenzaron a regir cuando llegó a la NBA, en 1996, sino que ya los aplicaba a su vida en el secundario, cuando admiraba a Michael Jordan, imitaba sus movimientos, incluso el gesto de sacar la lengua antes de un lanzamiento. Sus tips fueron revelados en una nota publicada por el portal UK Business Insider en 2019.

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1-Un ensayo extra en la primera mañana

Una costumbre que comenzó en el secundario y lo trasladó a su tránsito en el profesionalismo: sus días se iniciaban con una primera práctica de 5 a 7 de la mañana.

2-Una lesión no es un obstáculo para entrenarse

En la temporada 99/2000 se rompió la muñeca. Su ex compañero John Celestand contó que al otro día de la lesión llegó al gimnasio para entrenarse y pensó que había sido el primero. Sin embargo... Encontró a Bryant transpirado, con un yeso en el brazo derecho y lanzando con la mano izquierda.

3-El precalentamiento a 100 puntos

Una costumbre que también inauguró en el secundario: jugaba uno contra uno a 100 puntos para calentar el lanzamiento. Cuenta la leyenda que ningún adversario logró convertirle más de 12 puntos.

4-Estadísticas en los entrenamientos

Otra costumbre que arrastraba desde adolescente: contaba los puntos que convertía en las prácticas. Y recién paraba al llegar a los 400.

5-La estricta dieta para estirar su vigencia

Para llegar a los 20 años de carrera (debutó en la NBA en 1996 y la cerró en 2016), llevó adelante una exigente dieta que continuó (a pesar de algunos permitidos) luego de retirado. En su menú no estaban contempladas las azúcares, las harinas (las pizzas incluidas, que estaban entre sus predilectas) y sus derivados. Así acompañó su rigor en los entrenamientos.

6-Teatro de sombras

Le gustaba entrenar distintas jugadas emulándolas, aún sin rivales ni el balón en sus manos. “Llegabas al gimnasio y estaba moviéndose como si estuviese dribleando o tirando, pero no tenía el balón. Él estaba seguro de que era algo que lo ayudaba”, contó Shaquille O’Neal.

7-Constancia con el hielo y acupuntura

Para suavizar el impacto del entrenamiento intensivo y cuidar las articulaciones, Black Mamba se aplicaba hielo tres veces al día por espacio de 20 minutos. Además, de mente abierta, con el correr de su carrera incorporó la práctica de la acupuntura.

8-Los videos, una herramienta clave

Entendía que las imágenes eran clave para corregir errores o diseñar acciones. Por eso, era capaz de sacar su teléfono móvil o la tablet en el vestuario para explicarles a sus compañeros, con espíritu de entrenador, diversas cuestiones relacionadas con el juego o con un movimiento puntual.

9-Autodidacta en los ejercicios

Los días de partido tenía una lista de más de 10 ejercicios de gran exigencia para prepararse; entre ellos, unas flexiones en las que al subir su cuerpo era tal el impulso que tomaba que llegaba a golpearse el pecho con ambas manos antes de volver a descender.

10-Ensayos con rivales random

Todo el tiempo estaba pensando nuevas jugadas para el uno contra uno. Y para sorprender a sus adversarios con sus invenciones, elegía siempre a un compañero diferente tras las prácticas para probarlas.

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