A 10 años de su hazaña en Beijing, Michael Phelps habló sobre su depresión: "Había una parte de mí que ya no quería vivir"

El estadounidense se retiró tras los Juegos de Río 2016 y luego confesó que estuvo al borde del suicidio. Ya recuperado, recordó su etapa más oscura, habló sobre la importancia de la comunicación, la relación con su esposa y su plan para ayudar a las personas que sufren un cuadro similar

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(CNN)

En los Juegos de Olímpicos de Beijing 2008, Michael Phelps hizo historia al colgarse ocho medallas de oro, algo que ningún deportista había logrado hasta entonces. El ex nadador dejó atrás el récord de Mark Spitz en Múnich 1972 y llevó a su país a la gloria.

El norteamericano sumó preseas doradas en 200 metros libre, 100 metros mariposa, 200 metros mariposa, 200 metros midley, 400 metros midley, 4×100 libre, 4×200 libre, 4×100 midley, estableciendo un nuevo récord mundial en casi todas las competencias, a excepción de 100 metros mariposa, en el que sólo rompió la marca olímpica.

Tras una vida de éxito, Phelps se despidió de la actividad en Río 2016, Juegos en los que acumuló cinco oros y una plata. En enero de 2018, le confesó al mundo que a pesar de sus logros sufría una profunda depresión que lo había dejado al borde del suicidio.

Phelps con todas sus medallas (Sports Illustrated)
Phelps con todas sus medallas (Sports Illustrated)

"No quería nadar más, ni siquiera quería vivir más (…) Entonces pensamos en el suicidio", contó en ese entonces en conferencia de prensa y detalló: "Nunca he estado tan mal, he estado encerrado en mi habitación durante tres o cinco días, sin comer, apenas durmiendo, sin ganas de vivir".

Ahora, a 10 años de su hazaña y tras recuperarse, Phelps brindó una entrevista a CNN en donde se mostró feliz de haber dejado atrás aquel momento oscuro y con el objetivo de poder ayudar a las personas que atraviesen algo parecido.

"Creo que hay que entender que está bien no estar bien", explicó el ex campeón olímpico, quien reconoció que a pesar de haber conquistado muchos títulos: "Había una parte de mí que ya no quería vivir".

Tras haber comenzado un tratamiento con una terapeuta, Phelps comprendió que encerrarse en sí mismo no lo sacaría de la depresión y empezó a expresarle lo que sentía a su esposa, Nicole Johnson: "Me comunico. Eso es muy importante porque sé cuando entro en una etapa de encierro. Ese es un momento angustiante. Tengo la mejor esposa del mundo. Es mi todo, es mi cable a tierra y me ayuda todos los días".

Phelps es el nadador más veloz de la historia (AFP)
Phelps es el nadador más veloz de la historia (AFP)

"Lo importante es mantenerse abierto y comunicativo. Ser capaz de no callarse la boca y creer que lo que te sucede es algo que puede asustar a muchas personas. Es un camino muy oscuro por momentos y tú solamente debes asegurarte de mantenerte abierto", remarcó.

Phelps contó que ahora está contento con sí mismo gracias a la terapia que llevó adelante: "Me gusta ser quien soy, me siento cómodo con eso y no podría haber dicho esto unos años atrás. Así que estoy en un muy buen momento, disfrutando de la vida día a día".

Lo curioso, es que el estadounidense reconoció que su recuperación no implica la desaparición de episodios tristes, sino la posibilidad de poder luchar contra ellos expresando sus sentimientos y no callando sus penas: "Hace dos o tres semanas, atravesé una depresión bastante fuerte. Esto es algo que va a continuar pasando en mi vida. Pero cuanto más aprenda de mí mismo, entienda por qué atravieso por determinadas situaciones y pueda utilizar mejor mis defensas, mi vida será mejor, más excitante".

Con respecto a un posible regreso a la actividad de cara a los Juegos de Tokio 2020, Phelps fue contundente: "He terminado mi carrera en un punto alto. Es lo que siempre quise hacer. Ese capítulo está cerrado".

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