Bloque Norte de las AUC habría cometido más masacres de las que habían reconocido

El grupo paramilitar que delinquió varios departamentos de la región caribe sería el responsable de muchos más delitos los que se han admitido en la Ley de Justicia y Paz.

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Informes del Centro de Memoria
Informes del Centro de Memoria Histórica contrastarían las cifras contenidas en la Ley de Justicia y Paz.

De las 333 masacres que se tenían registradas, la Dirección de Acuerdos para la Verdad, del Centro Nacional de Memoria Histórica se tendrían que aumentar 123 más, aseguran algunos informes de esta entidad, las cuales presuntamente se habrían cometido en complicidad con la fuerza pública; donde además se despojaron de tierras a campesinos, se fraguaron violaciones sexuales, entre muchos otros crímenes.

Cabe señalar que el Bloque Norte fue una de las columnas principales de las Autodefensas Unidas de Colombia, el cual operaba en los departamentos de Cesar, Magdalena, La Guajira, Atlántico, Córdoba, Sucre, Santander, Norte de Santander y Bolívar. El grupo comandado por Rodrigo Tovar Pupo, alias “Jorge 40″, se estima es el responsable de al menos 20 mil hechos delictivos que afectaron a unas 25 mil personas entre 1995 y el 2006.

reseñan en el Tomo I del libro la tierra se quedó sin canto, distribuido por el Centro Nacional de Memoria Histórica, donde se evidencia la trayectoria y los impactos del Bloque Norte de las AUC en la región caribe colombiana.

En la serie de informes sobre el origen y la actuación de las agrupaciones paramilitares en las regiones, se aborda como las AUC reclutaron de manera forzada, a los menores de edad, los cuales además de ser usados para cometer crímenes, permitieron la consolidación, expansión y ‘poderío’ de los paramilitares en estos territorios del país.

Las cifras del Centro de Memoria Histórica muestran que niños desde los 7 años eran reclutados, pero, ‘los más apetecidos’ eran los de 14 y 15 años, los cuales fueron los mayormente enlistados en los años previos a los procesos de desmovilización.

es uno de los testimonios de uno de los menores reclutados, que se contiene en el segundo tomo del libro anteriormente reseñado.

Aunque todos estos relatos hacen parte del proceso de restitución a las víctimas y el aporte a la verdad; las imprecisiones podrían, o no, cambiar las determinaciones judiciales en contra de los responsables de estos crímenes, y aunque las publicaciones son meramente parte del proceso de relatar lo sucedido, el Estado sigue sin conocer a ciencia cierta cuantas y cuáles son las personas que resultaron afectadas.

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