Colombia, el segundo país de América más letal para la prensa: Flip en el Día Mundial por la Libertad de Prensa

En medio de esta jornada de conmemoración, la Fundación para la Liertad de Prensa y otras organizaciones del proyecto Antonio Nariño asumieron nuevos compromisos para ayudar a la transparencia de los contenidos periodístios que reciben las audiencias

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La libertad de prensa en
La libertad de prensa en Colombia está en riesgo. Foto @soy__martina

Este 3 de mayo se conmemora el Día Mundial por la Libertad de Prensa y en medio de un panorama poco favorecedor para el desempeño del periodismo en el país, la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) junto a varios de sus aliados hicieron una serie de compromisos con los que esperan que se garantice el ejercicio de los periodistas en el país con total libertad, especialmente, considerando que las problemáticas se refuerzan en épocas electorales.

La alianza se da entre las organizaciones integrantes del Proyecto Antonio Nariño -FLIP, Asociación Colombiana de Medios de Información (Ami), la Fundación Gabo, la Fundación Friedrich Ebert (Fescol) en Colombia y Consejo de Redacción (CdR)-, quienes reconocieron que, en la actualidad, han encontrado que “las vulnerabilidades y los riesgos para ejercer periodismo están llegando a un nivel crítico”.

Por ejemplo, destacaron que ahora Colombia es el segundo país más peligroso para ejercer el periodismo en América, solo es superado por México. Esto se debe al balance de los últimos cinco años, en los que fueron asesinados siete periodistas, y además en las agresiones a comunicadores regisradas durante el año 2021, que según ellos fue el año con mayor número de ataques contra la prensa de la década.

Advirtieron que lo más grave de estas cifras es el silencio estatal que se ha generalizado no solo en el país, sino en la región, en cuanto a las agresiones de las que son víctimas los periodistas y que, además, todas estos riesgos aumentan en medio de las jornadas electorales, como la que se dio el pasado 13 de marzo y la próxima del 29 de mayo en Colombia.

Otro punto que preocupa a las organizaciones del proyecto Antonio Nariño es que la ciudadanía cada vez confía menos en la labor del periodista. De hecho, señalaron que los colombianos actualmente reciben con escepticismo el contenido que se les entrega a través de los medios de comunicación, poniendo en duda la veracidad del mismo. “Sin importar cuál es la fuente, cualquier información periodística es susceptible de ser recibida con suspicacia”, resaltaron.

A raíz de esta problemática es que las organizaciones buscan nuevas formas de garantizar el fortalecimiento de la libre expresión y el derecho a la información. “Estamos convencidos de la necesidad de fomentar un debate más profundo sobre la relevancia de la calidad, la integridad ética, la rigurosidad y la veracidad como valores esenciales para quienes se dedican a generar de manera habitual contenidos noticiosos”, señalaron.

En ese sentido, revelaron que las organizaciones presentarán un proyecto, que podría llegar a convertirse en una nueva entidad del sector, a través del cual buscarán garantizar la transparencia en los contenidos periodísticos que se entregan a los colombianos a través de los medios informativos. Para ello, asumieron cuatro compromisos clave:

1. Identificar las mejores prácticas que existen de autorregulación en el país, así como realizar un diagnóstico y mapeo de buenas prácticas internacionales.

2. Determinar necesidades y acciones que conduzcan a reforzar la confianza de las audiencias frente al periodismo, contando con la participación de la ciudadanía, periodistas y directores de medios.

3. Producir guías de buenas prácticas y recomendaciones para abordar temas que de manera preocupante se extienden en nuestro medio, como los discursos de odio y la desinformación organizada en línea.

4. Adelantar casos de estudio controversiales con miras a generar referentes útiles para el mejoramiento del ejercicio periodístico.

Según señalaron, aunque hay varios sistemas de defensa para las audiencias, con este nuevo proyecto también se busca que se piense y se hable sobre la responsabilidad de los periodistas a la hora de difundir información y, al tiempo, que esto pueda prevenir la injerencia de los gobiernos u otros poderes externos sobre los medios y preservar la independencia editorial.

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