
En el ámbito de la investigación sobre el envejecimiento y las enfermedades relacionadas con la edad, un tema recurrente ha sido el impacto de las células senescentes, también conocidas como “células zombis”.
Estas células, que dejan de dividirse, pero no mueren, han sido vinculadas con una amplia gama de enfermedades crónicas y procesos degenerativos.
Según informó el doctor James Kirkland, de la Clínica Mayo a The Telegraph, estas células han captado la atención de la comunidad científica debido a su acumulación progresiva en el cuerpo humano y su relación con enfermedades como el Alzheimer, la diabetes tipo 2, la fibrosis pulmonar y la osteoartritis, entre otras.
El concepto de células senescentes no es nuevo. Fueron identificadas por primera vez en la década de 1960, pero su relevancia en el envejecimiento y las enfermedades asociadas ha ganado protagonismo en las últimas dos décadas.
Estas células, aunque perjudiciales en exceso, cumplen funciones esenciales en el organismo, como la cicatrización de heridas y la prevención del cáncer.

Según explicó a Telegraph el doctor James Kirkland, de la Clínica Mayo, las moléculas producidas por estas células son fundamentales en procesos como el parto y en la detención de células con mutaciones cancerígenas.
Sin embargo, con el tiempo, su acumulación puede generar inflamación crónica y contribuir al deterioro de tejidos y órganos.
El impacto de estas células en el cuerpo humano es amplio y afecta múltiples sistemas. En el cerebro, por ejemplo, investigaciones respaldadas por el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de Estados Unidos han demostrado que los pacientes con Alzheimer presentan una mayor cantidad de células senescentes en comparación con personas cognitivamente sanas.
Estas células están asociadas con la formación de enredos tóxicos de la proteína tau, un sello distintivo de la enfermedad. En las articulaciones, su acumulación en el cartílago y los tejidos blandos puede provocar inflamación y rigidez, contribuyendo al desarrollo de la osteoartritis.

En órganos como el hígado y los riñones, estas células han sido vinculadas con la pérdida de función y la formación de tejido cicatricial, lo que puede complicar procedimientos como los trasplantes.
La acumulación de células senescentes también tiene implicaciones en enfermedades metabólicas. Según declaraciones a Telegraph del doctor Stijn Meijnikman, del Centro Médico de la Universidad de Ámsterdam, estas células están presentes en órganos internos, el tejido adiposo y el intestino, contribuyendo al desarrollo de condiciones como la diabetes tipo 2 y la enfermedad hepática grasa no alcohólica.

Además, en los ojos, la exposición prolongada a la luz ultravioleta puede convertir células epiteliales del cristalino en células senescentes, lo que favorece la aparición de cataratas.
Ante este panorama, la ciencia ha comenzado a explorar formas de combatir los efectos negativos de estas células. Una de las estrategias más prometedoras es el desarrollo de fármacos senolíticos, diseñados para eliminar selectivamente las células senescentes.
Según un estudio realizado por The Lancet, estos medicamentos han mostrado resultados alentadores en estudios preclínicos, retrasando o aliviando trastornos relacionados con el envejecimiento.
Entre los compuestos más estudiados se encuentran el dasatinib, un medicamento utilizado en quimioterapia, y los flavonoides quercetina y fisetina, presentes en frutas y verduras.
Investigaciones lideradas por el Dr. Kirkland han demostrado que estos fármacos pueden mejorar la función física en pacientes con enfermedades pulmonares crónicas y reducir la inflamación en modelos animales.

No obstante, el camino hacia la aplicación clínica de los senolíticos aún enfrenta desafíos. Aunque los estudios en animales han mostrado mejoras significativas en la salud y la longevidad, los expertos, incluido el Dr. Kirkland, advierten sobre los riesgos potenciales de estos tratamientos en humanos.
La seguridad a largo plazo y los posibles efectos adversos son áreas que requieren más investigación antes de que estos medicamentos puedan ser ampliamente utilizados.
Además de los senolíticos, otras estrategias están siendo exploradas para mitigar los efectos de las células senescentes.
Según un estudio de Mayo Clinic, la actividad física regular puede ayudar a reducir la acumulación de estas células al estimular el sistema inmunológico.

Por otro lado, factores como el consumo excesivo de alcohol, el tabaquismo y la exposición prolongada al sol sin protección pueden acelerar su formación.
En el ámbito cardiovascular, las células senescentes también juegan un papel crucial. Según un análisis publicado en JACC Family Series, estas células contribuyen al desarrollo de enfermedades como la aterosclerosis, la hipertensión y la insuficiencia cardíaca.

Los senolíticos han mostrado potencial para reducir la carga de estas células en modelos animales, mejorando la función cardíaca y vascular.
Sin embargo, los investigadores destacan la necesidad de identificar marcadores específicos que permitan un enfoque más preciso en el tratamiento de estas condiciones.
La investigación sobre las células senescentes no solo busca mejorar la salud en la vejez, sino también abordar enfermedades graves como el cáncer.
Últimas Noticias
Ataxias hereditarias: investigadores argentinos revelaron cuáles son los síntomas clave
Son trastornos de la coordinación y el equilibrio que suelen manifestarse más entre los 20 y 40 años. En diálogo con Infobae, expertos detallaron las diferencias con países vecinos y los desafíos para el diagnóstico y la atención médica

El tabaco, la obesidad y el sedentarismo están detrás del aumento de las enfermedades no transmisibles
Un reciente informe de la Organización Panamericana de la Salud revela que aumentaron un 43% desde el 2000 en el continente. Expertos explicaron las razones de esto, más allá de la mejora en el promedio de vida

Hallan moléculas regenerativas que podría impulsar terapias ante daños neurológicos
Los científicos del Instituto de Ciencias Weizmann, descubrieron cientos de moléculas que promueven la regeneración nerviosa en ratones y podrían incluso estimular el crecimiento de neuronas cerebrales

Biotecnología argentina: una terapia con células madre evitó la amputación del ala de un águila en peligro de extinción
La intervención, pionera en el Ecoparque de Buenos Aires, permitió la recuperación funcional de un águila coronada, gracias a la colaboración entre veterinarios y expertos de la Universidad Nacional de San Martín

El aullido del Pastor Blue Bay que sorprendió en el corazón de Buenos Aires : ¿por qué se comporta como un lobo?
Las imágenes virales de un perro de gran porte con pelaje oscuro llamaron la atención en plena ciudad. Su comportamiento tiene explicación genética y está vinculado a su linaje. La opinión de dos expertos a Infobae
