(Desde Montevideo, Uruguay) - La muerte de un joven de 21 años de un disparo en la cabeza en el barrio Villa Española de Montevideo agravó el enfrentamiento entre dos grupos narcos que cambió la vida de esa zona del centro-este de la capital de Uruguay.
El asesinato provocó un recrudecimiento de la violencia, con amenazas que se viralizaron en WhatsApp, el cambio en el recorrido de los buses y hasta la suspensión de la recolección de basura.
Los vecinos de Villa Española quedan habitualmente entremedio de las ráfagas de tiros entre la banda de los Suárez y los Albin, que promueven las balaceras para demostrar el poder de fuego que tiene cada organización.
Tras el asesinato, la policía detuvo a un hombre de 25 años por ser señalado como el principal sospechoso de haber asesinado al joven de 21. Es integrante de la banda de Los Albín y la Justicia, a pedido de la Fiscalía, dictó para él prisión preventiva por 180 días a la espera del juicio.
Para probar la autoría del crimen, la fiscal de Homicidios Adriana Edelman aportó el testimonio de dos testigos que declararon en una audiencia judicial el jueves 7 desde otra sala y con la voz distorsionada, informó El Observador este martes.
Del relato surge que sobre la hora 16 del 30 de noviembre desde una camioneta blanca con vidrios negros dispararon a la casa de la víctima, integrante de la familia Suárez. El joven estaba en la puerta y quedó tirado en el piso. Los tiros, detallaron, salieron desde el lado del lado del acompañante. El vidrio del vehículo estaba medio bajo y, entonces, los testigos pudieron identificar que se trataba de un integrante de la banda de los Albín apodado Tato.
El relato de estos dos testigos protegidos coincide con la narración de quienes llamaron al 911, que afirmaron que se escucharon más de 100 disparos con arma tipo ráfaga y coincidieron en que los tiros salieron desde el lado del acompañante de la camioneta blanca marca Nissan.
La madre de la víctima aportó la misma versión: estaba en la casa cuando escuchó la ráfaga de disparos que rompió los vidrios de la casa e hirió a su hijo hasta la muerte, de acuerdo a la crónica del diario uruguayo.
La fiscalía aportó también como prueba lo que se encontró en el celular de un menor de la familia Albín, que fue incautado en los allanamientos que realizó la Policía. En un “grupo de pesca” de WhatsApp se intercambiaban “fotos con armas de alto calibre y hasta de guerra”. La fiscal describió que se podía ver al acusado con armas de calibre militar, HK, y hay imágenes de metralletas con la leyenda: “Peleen, sino que corran”.
El imputado dijo que es panadero. Su defensa pidió prisión sustitutiva y ofreció que fuera con una tobillera electrónica a una casa en Atlántida, a 45 kilómetros de Montevideo. La fiscalía, sin embargo, se opuso por la peligrosidad del acusado y por los antecedentes que tiene.
La muerte del joven de 21 años provocó que la familia Suárez, asociada al Betito, difundiera una amenaza por WhatsApp. “Le queremos informar al barrio Villa Española que no salga a la calle porque habrá venganza”, decía un texto que se comenzó a comentar entre los vecinos luego del asesinato.
Otro mensaje también alertó a los vecinos. “Tuvimos que bajar a este muchacho de Corrales de la banda Los Pibitos por venganza”, decía otro mensaje viral que agregaba un pedido de disculpas por los disparos en el barrio. Esta última amenaza estaba firmada por “los hijos del Bicho”, como se conoce al clan familiar Los Albin.
La policía está investigando el origen de los mensajes, pero todavía no tiene confirmación de que efectivamente los hayan enviado los clanes familiares que operan en Uruguay.
Mientras la Justicia intenta aclarar el homicidio ocurrido el 30 de noviembre, este lunes se registró otro nuevo crimen en la zona entre dos hombres, aunque el Ministerio del Interior informó que no está relacionado al enfrentamiento entre las bandas.