El niño y el árbol de Navidad: la historia detrás de una foto viral que conmueve al mundo

La imagen retrata la pobreza en el estado de Maranhao, al norte de Brasil

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El niño Gabriel Silva, de 12 años, encuentra un árbol de Navidad en un vertedero de Pinheiro. Brasil, 8 de noviembre de 2021.
Joao Paulo Guimaraes / AFP
El niño Gabriel Silva, de 12 años, encuentra un árbol de Navidad en un vertedero de Pinheiro. Brasil, 8 de noviembre de 2021. Joao Paulo Guimaraes / AFP

Gabriel Jesús Silva es un pequeño de 12 años que vive en Brasil y que se ha vuelto viral a causa de una foto en la que aparece con un tesoro que encontró entre desechos malolientes en un basurero: un pequeño árbol de Navidad.

La escena fue inmortalizada el pasado 8 de noviembre por un fotógrafo colaborador de AFP y ha recorrido el mundo.

“Nunca tuve un árbol de Navidad en casa”, dice este pequeño que sueña con convertirse en futbolista.

Él reconoce que su tesoro puede no servir para alimentar a su familia, pero algo en ese símbolo decembrino lo llenó de esperanza.

La foto ha dado la vuelta al mundo. En ella se ve a Gabriel Jesús con el torso desnudo y blandiendo el desgastado árbol de plástico de unos 30 centímetros, una postal que despertó una oleada de solidaridad.

Gabriel Jesús posa en su casa junto a un árbol de navidad nuevo que le donaros después de que su foto se volviera viral. Joao Paulo Guimaraes / AFP
Gabriel Jesús posa en su casa junto a un árbol de navidad nuevo que le donaros después de que su foto se volviera viral. Joao Paulo Guimaraes / AFP

Gabriel vive con su madre y sus dos hermanos mayores en una casa de adobe en Pinheiro, un pueblo pequeño del estado de Maranhao, al noreste de Brasil. Es una vivienda humilde, son baldosas en el suelo, y con un techo de paja que en algunas partes permite ver el cielo desde adentro.

Sin embargo, en esta Navidad esa casa está decorada con un árbol, no el que encontró Gabriel Jesús en el vertedero, sino un gran árbol artificial nuevo, con una estrella dorada que corona su punta más alta, y decorado con bolas doradas y guirnaldas.

Es una de las muchas donaciones que ha recibido la familia desde que la foto de Gabriel se volviera viral en las redes sociales.

“Gracias a Dios hemos recibido suficientes canastas de comida para pasar la Navidad más a gusto”, señala María Francisca Silva, de 45 años, madre de Gabriel y quien gana 600 reales (unos 106 dólares) mensuales vendiendo los residuos reciclables del basurero.

La familia de Gabriel se dedica a recolectar cosas de los basureros que puedan vender. Joao Paulo Guimaraes / AFP
La familia de Gabriel se dedica a recolectar cosas de los basureros que puedan vender. Joao Paulo Guimaraes / AFP

Tales han sido las donaciones recaudadas en línea, que la familia cree estar cerca de cumplir un sueño: construir una casa de verdad, una vivienda sólida.

Ya han logrado comprar una bomba hidráulica, gracias a una donación temprana de 500 reales (unos 89 dólares) con la cual pueden sacar agua del pozo que cavaron cerca de la casa.

“Mi regalo favorito es la bicicleta”, cuenta Gabriel, quien la recibió de manos de una profesora de su escuela.

Cuando no está en clase, el adolescente ayuda a su madre a recoger los desechos reciclables del vertedero.

“Si lo dejo en la calle, puede fumar droga, hacer cosas que no debe. Él me ayuda, yo estoy pendiente de que no siga un mal camino. Es un buen muchacho, siempre quiso ayudarme”, afirma la madre.

Pero ahora Gabriel Jesús se ha vuelto toda una celebridad. “Las personas no me dejan en paz, todo el día me buscan. Quieren sacarse fotos, preguntar cosas”, afirma el muchacho.

Según Joao Paulo Guimaraes el fotógrafo responsable de la nueva fama del pequeño, la idea de hacer un reportaje sobre los vertederos le vino cuando vio un impactante video en el que un grupo de gente corría detrás de un camión que transportaba desechos de un supermercados para arrojarlos al basurero.

“Eran unas cincuenta personas, una locura. Es el último grado de la miseria”, describe Eurico Arruda, autor del video y defensor público en Pinheiro a AFP.

“Llamas de fuego, mucho humo, buitres, perros. (El vertedero) parece una escena del apocalipsis”, añade.

La foto de Gabriel también es para Arruda un símbolo de esperanza, pues su viralidad le ayuda a visibilizar a toda una comunidad de recolectores de residuos cuyos derechos están siendo sistemáticamente vulnerados.

El niño de 12 años sueña con ser futbolista. Joao Paulo Guimaraes / AFP
El niño de 12 años sueña con ser futbolista. Joao Paulo Guimaraes / AFP

Ahora, han logrado un acuerdo con el alcalde de Pinheiro que se comprometió a pagarles una mensualidad de 100 reales y a construir a partir del otro año un vertedero público con condiciones sanitarias adecuadas.

Un pequeño rayo de esperanza para una comunidad sumida en la pobreza, una condición compartida por el 24,1% de los 213 millones de brasileños según estadísticas del IBGE, y que ha empeorado más a causa de la crisis económica derivada de la pandemia.

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