El presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, votó temprano este domingo en las elecciones de su país. A las 8:15 llegó al Club Teatro Progreso, donde emitió su sufragio 15 minutos después. “Tengo la esperanza y el deseo de ponerle la banda presidencial al próximo presidente”, manifestó Vázquez, quien padece cáncer de pulmón.
“A propósito de mi salud, alrededor del tema del cáncer se ha generado un mito, una leyenda, como si el cáncer fuera el diablo”, dijo el mandatario; quien agregó: “El mensaje es que hay que perderle miedo al cáncer, hay que perder el dramatismo que hay alrededor de la enfermedad”.
Con respecto a las elecciones, sostuvo que este domingo es un día de paz y de alegría porque a los uruguayos les gusta votar. Además, contó que fue temprano porque es una costumbre: “Por mi profesión de médico (...) que lo hacíamos a primera hora de la mañana quedó la costumbre”, contó.
Los uruguayos comenzaron a votar para elegir nuevo presidente, en una elección que podría dirimirse en un balotaje y en la que los votantes deberán pronunciarse también sobre una reforma de seguridad que promueve la creación de una guardia nacional militarizada.
Las mesas de votación abrieron a las 08:00 locales (11:00 GMT) para que sufraguen unos 2,6 millones de ciudadanos habilitados a emitir su voto, en unos comicios que tienen como favoritos al oficialista ex alcalde de Montevideo Daniel Martínez, con 40% de la intención de voto, y al ex senador de centroderecha Luis Lacalle Pou, con 28%.
Luego de una veda en la difusión de encuestas desde el viernes, el postulante del Frente Amplio (izquierda) y el del Partido Nacional encabezan los sondeos para pasar a una segunda vuelta que tendrá lugar en noviembre si ninguno obtiene la mitad más uno de los votos válidos.
Dos visiones de país
Mientras Martínez, un ingeniero de 62 años, propone la continuidad de las políticas del Frente Amplio, que gobierna desde 2005 y busca su cuarto mandato, Lacalle, un abogado de 46 años plantea cambios en materia de gasto público, comercio y política exterior.
Durante la campaña el candidato opositor ha sido un duro crítico del persistente déficit fiscal en Uruguay, que durante los gobiernos del Frente Amplio ascendió a 4,8% del PIB, y ha propuesto una serie de medidas para ahorrar en el Estado pero sin subir impuestos tras varios ajustes fiscales basados en incrementos de tributos y alzas de tarifas de servicios públicos.
El candidato oficialista, en tanto, no descarta ninguna herramienta para subsanar los problemas de caja de Uruguay, que tiene gran acceso a los mercados de deuda y financia su brecha financiera con ese mecanismo.
Mientras Lacalle Pou ha calificado de “vergüenza nacional” la política uruguaya de cercanía con Venezuela, Martínez declaró a la agencia AFP que continuaría “totalmente” con la tesitura actual del gobierno del Frente Amplio, que evita condenar al régimen de Nicolás Maduro en foros internacionales y tiene una relación muy cercana desde siempre con el chavismo.
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