Oriana Sabatini, íntima: “Trabajé mucho con psicólogo, psiquiatra, bruja y profesor espiritual para sanar mis dolores”

“No me arrepiento de haber postergado mi carrera, lo hice por decisión propia y siento que lo necesité”, afirma la artista que vuelve más fuerte que nunca con 325. Además en esta charla con Teleshow habla del amor con Paulo Dybala, adelanta sus nuevos proyectos musicales y hasta se anima a dejarle un consejo a Tini

Compartir
Compartir articulo
Oriana Sabatini presenta 325 en exclusiva en Teleshow

“¿A la Oriana chiquita, le caería bien la Oriana grande?”. Lo pregunta en voz alta. Pero la respuesta siempre será interna. Y esta joven con un largo camino recorrido, ya la obtuvo. Se la nota reflexiva. Se la percibe segura, aun cuando los interrogantes seguirán surgiendo: por caso, ¿a qué país se mudará en breve?

Hoy, Oriana Sabatini se encuentra en su Argentina de siempre. En Palermo, en esta ocasión, para su encuentro con Teleshow, en una entrevista profunda y confesional, como pocas veces ha concedido. A sus 26 años, cuenta que es otra. Y que ya encontró la formula para brillar en su profesión como cantante y, al mismo tiempo, acompañar a su amor, Paulo Dybala, allí donde la carrera lo lleve. Los lleve, más bien.

Está de visita: vino para presentar su nuevo corte. Y de paso, aprovecha los beneficios de los mimos familiares, instalada en la habitación que la vio crecer, disfrutando por un rato los privilegios de volver a ser la una hija consentida de Catherine Fulop y Osvaldo Sabatini, y no la adulta independiente que respondió a su corazón para instalarse en Europa.

El 2022 vino cargado de música y proyectos: “Ya tenemos como cuatro, cinco videos grabados, así que por los próximos meses no paramos, y 30 canciones. Hay material para mucho, para mucho, mucho”, se ilusiona Oriana, que selló su alianza con Universal con el lanzamiento de “325″. “A veces tengo miedo de animarme a hacer algo súper comercial. Ese día entré y le dije a los compositores y al productor: `Hoy quiero hacer un pop reggaetón bien comercial, pero muy comercial’”, se sincera sobre esa tarde de grabación en Estados Unidos.

Oriana Sabatini - 325

—La letra dice: “Lo que no cuidás, otro se lo lleva, como la marea, te lo recuerdo para que lo sepas.” ¿Lo dijiste alguna vez?

—No sé si de esa manera pero creo que todos en algún momento de nuestras vidas hemos dicho algo tipo: “Mirá de lo que estás perdiendo”.

—¿Sí dijiste “mira de lo que te estás perdiendo”?

—No, pero en mi cabeza sí. Por ahí para levantarme un poco la autoestima en situaciones donde sentía que alguien me había dejado porque no era suficiente, o esas cosas que pensás cuando sos más chico. Y dije: “Ah, mirá lo que se está perdiendo, mi amor. Si no lo cuidás, obvio. ¿Sabés qué? Se va, se va...”. Me lo he dicho a mí misma un poco cuando era más chica.

—¿Te rompieron mucho el corazón?

—No, mucho no. No tuve muchos novios. El primer amor es el que más te desgarra el corazón, el primer corte, cuando vos pensás que todo tiene que ser para siempre. Después un poco crecés y caés en la realidad de que no. Entendés que nadie se murió de un corazón roto. Pero no me rompieron mucho el corazón. No tuve muchas parejas, tampoco te puedo decir tuve mil experiencias.

—¿Sos enamoradiza?

—Sí, soy enamoradiza, en el último tiempo fui cambiando. Creo que post pandemia hay otra Oriana.

—A ver, ¿en qué?

—Y... te relajás un poco con las cosas cuando ves que hay una pandemia de por medio que nos puede matar a todos, que frena el mundo. Ahora sí el amor me parece hermoso, pero no es que tengo la intensidad que por ahí tenía a los 18 años: en ese momento yo sentía que estaba de príncipe azul, casamiento, todo. Ahora estoy más tranquila, ¿viste?

—Vamos a volver al amor, pero me quiero quedar en la música. ¿Cómo estás?

—Muy contenta. Siempre es increíble empezar a trabajar con una empresa tan grande como es Universal. En lo personal, hay muchas cosas que la gente no sabe porque yo soy muy privada y no cuento nada, pero por ahí después de tantas malas, de piedras en el camino, que aparezca una empresa de ese nivel y diga: “Creemos en vos”, para mí fue enorme, fue increíble. Me dio ese impulso y motor para decir: “Vas por buen camino”. Una a veces empieza a dudar. Entre que me mudo, que me fui lejos (Turín, Italia), que las cosas profesionalmente no estaban saliendo como yo quería, te empiezan a entrar dudas. Y no quiero decir que la seguridad me la dio algo externo pero no te voy a negar que fue algo que ayudó a que yo diga: “Okey, flaca, vas bien”.

—¿Con qué tuvieron que ver esas piedras en el camino que mencionás?

—Cuando los artistas estamos arrancando en el mundo de la música, nunca es fácil, más que nada porque hay muchas cosas que no sabemos, y que después de tres años te pueden agarrar desprevenido. No era un equipo de trabajo súper armónico o ideal. Al principio fue re lindo todo lo que pasó con mi música. Después por ahí se me puso un poco difícil: tener constancia, seguir estando en el estudio. Me costaba encontrar los contactos para tener ese seguimiento que hoy en día todos los artistas tienen. Todo pasa por algo y si antes no se dio este momento en mi carrera, es porque no tenía que suceder. Y estoy re contenta de que me haya pasado ahora, porque me siento más preparada.

—Cambió mucho la industria musical en los últimos años. Las plataformas ayudan con la viralización del material, pero a la vez generan una exigencia tremenda también porque hay novedades constantemente.

—Sí, hoy la vara está muy alta. Todos los artistas que están en la escena argentina son increíbles y no te podés dar el lujo de hacer algo menos que increíble porque hay demasiado contenido, y todo es muy bueno. Pero si bien eso hace que yo me ponga un poco más de presión, me alegra: nada más lindo que a nuestro país lo vea el resto del mundo.

—¿Cómo anda la actriz?

—Bien. Está escondidita. Mientras no tenga proyectos de actriz aprovecho y hago videos, creo personajes. Me encanta actuar y lo quiero seguir haciendo. Me encantaría retomarlo en cualquier momento, siento que nunca me va dejar de gustar eso, nunca.

Oriana Sabatini: "No me arrepiento de haber postergado mi carrera, siento que lo necesité”

“Si no hubiese aparecido una persona como mi novio nunca me hubiese planteado vivir así. Soy joven, no pierdo nada intentándolo. Voy a tratar de divertirme en el medio”, cuenta Oriana tras cuatro años de pareja con Paulo Dybala, quien en estas semanas terminará su vínculo con la Juventus: su futuro futbolístico es todavía una incógnita.

—¿La vida dónde es? ¿En Italia, en Argentina, en Inglaterra?

—Aprendí estos últimos años que es un poco donde esté la gente que amo. Hoy es mi novio, mi familia, mis amigas. Y sí, por ahí no están todos en el mismo lugar (risas), pero gracias a Dios tengo la posibilidad de ir y venir un montón gracias a mi trabajo. Mi casa tiene que ser donde estén esas personas, no un país o un lugar físico.

—O sea que si Paulo cambia de club, como se está especulando, hacés las valijas…

—Y me voy.

—¿Hay países donde digas “no, acá no”?

—Y... (risas). A veces me tira en algún momento: “Nos vamos a ir a China”, o algo así, me hace chistes, porque sabe que a mí no me gusta irme tan lejos. Andá a saber después qué pasa, obviamente. No sé ni si lo dice en serio... Somos re jóvenes, a mí me da igual: mientras él esté contento con su carrera, con lo que hace, yo me voy a donde tenga que ir. Yo tengo la posibilidad de ir y venir mucho, no me afecta tanto en ese sentido.

Oriana Sabatini y Paulo Dybala, juntos en su casa en Italia (Instagram)
Oriana Sabatini y Paulo Dybala, juntos en su casa en Italia (Instagram)

—¿Sentís que postergaste cosas tuyas por la pareja?

—Sí, por ahí al principio postergué mi carrera. No tenía la seguridad de cómo hacer para tener una carrera en Argentina mientras vivía en Italia. Cuando sos joven y estás enamorado querés estar todo el tiempo con tu novio y aprovechar a estar ahí, para él. A mí me gusta estar presente como me gustaría que el otro lo esté para mí. Ir a los partidos, campeonatos, finales, lo que sea. Así que sí: siento que al principio postergué mi carrera. Después entendí que fue necesario porque aparte de tener que acomodarme a otro país, tenía que acomodarme yo como persona. Había algunos temitas pendientes y estuvo buenísimo, pasó cuando tenía que pasar como para hacerme cargo de un montón de cosas personales. Ahora estoy mucho mejor. No me arrepiento de haberlo postergado porque lo hice por decisión propia y siento que lo necesité.

—Tenía que haber un trabajo personal.

—Re. No me arrepiento. Pese a los comentarios o a lo que la gente puede llegar a decir, no me importa. No lo hubiese hecho de ninguna otra manera.

—¿Con Paulo opinan mutuamente de la carrera del otro?

—No sé si de la carrera, pero sí nos pedimos consejos. A Paulo lo admiro un montón como profesional y siempre que me puede decir cosas me río porque él no es de endulzar el oído, para nada: él te dice las cosas, sequito, frío, es directo, y yo a veces vengo toda ilusionada, esperando que te digan algo lindo, y él nunca te va a decir algo que no sienta. Es algo que me encanta de él.

—Son dos número uno en ámbitos distintos, que deben potenciarse mucho también.

—Sí. Una vez una persona me dijo que para ser número uno tenés que estar solo: ser vos y vos, y nada más. Un poco el tabú de que si te va bien en el trabajo no te puede ir bien en el amor. Es algo a lo que yo le tenía mucho miedo porque mucha gente en la industria me ha hecho pensar que para ser exitoso tenés que dejar todo y no tener vida personal. Pero el trabajo en algún momento de tu vida termina, ¿qué te queda después? Para mí lo más importante en la vida son mis relaciones personales y después viene el trabajo.

Oriana Sabatini: "Si tenés la necesidad de mirar el celular de tu pareja estás en el horno" (Instagram)
Oriana Sabatini: "Si tenés la necesidad de mirar el celular de tu pareja estás en el horno" (Instagram)

—Muchas mujeres de futbolistas empiezan a trabajar en el manejo de sus carreras. ¿Te imaginás en ese rol?

—No, ni loca. Primero que no tengo idea: le arruinaría la carrera, básicamente (risas). No le recomendaría que confíe en mí. Y segundo, no: cada uno tiene su carrera, sus cosas, y me parece bien que por ahora sea de esa manera. Yo a veces lo molesto y le digo: “Vos cuando, seas más grande y te retires, si tenés ganas podés ayudarme a mí, ser mi manager”. Pero lo digo en chiste porque para mí no hay que mezclar amor ni amigos ni nada con trabajo. No. Mala idea.

—¿Sos celosa?

—Era muy celosa antes; después de la pandemia dejé ir. Obviamente: no me gustaría que me sean infiel. Si me entero, la verdad es que probablemente dejaría a esa persona. Pero no lo veo como lo veía más de chiquita, que todo era blanco y negro, que todo era tipo: “Me sos infiel, te dejo; no me sos infiel, sos el amor de mi vida”. Hay un montón de grises en el medio y está bien.

—Los futbolistas son muy demandados. ¿Le mandan mensajitos? ¿Chequeás?

—No, ni loca. No quiero juzgar a otras personas, pero si tenés la necesidad de mirar el celular de tu pareja estás en el horno. Si tengo una duda voy y le pregunto a él, porque confío en lo que me va a decir él. Si tenés que mirar el celular de tu pareja no hay confianza, y tenés que cortar con esa persona.

—¿Si lo mensajean, él te avisa?

—No le pregunto. No me interesa. Me imagino que lo mensajean, obviamente, porque es súper conocido, es un potro: tiene todas las cajitas para que las mujeres o quien sea le manden mensajes. Está bien. Lo que yo tengo que hacer es confiar que él no va a contestarles o abrir esa puerta. Confío mucho en mi pareja; si no, no estaría con él.

Oriana Sabatini: "Siempre tuve mucho miedo a sentir dolor"

—Es un gran momento para vos.

—Sí, estoy súper bien.

—Se te ve bien. Se te ve como con mucha paz.

—Gracias. Estuve trabajando mucho para llegar a eso. Mucho psicólogo, psiquiatra, bruja, profesor espiritual. Todo.

—Me tengo que detener en la bruja. ¿Qué hiciste con la bruja?

—Todo, todo... Registros akáshicos, constelaciones familiares, meditaciones activas, respiraciones. Todo, todo lo que hay para hacer.

—¿Había dolores por sanar?

—Sí, de todo. Todos tenemos dolores. Uno por ahí cree que lo está trabajando pero cuando lo trabajás en un nivel espiritual se destraban cositas que hablando, no se destraban. Por eso me gusta probar terapias…

—Sin entrar en nada que vos no quieras, ¿por dónde sentís que iba eso que había que destrabar?

—No sé por dónde empezar (risas). Creo que mucho, no quiero decir trauma o por ahí sí, de chiquita, siempre tuve mucho miedo a sentir dolor: de una pérdida, de una decepción, de alguien que te desilusionó. Pánico a sentir dolor. Pánico a sentir emociones. Todo este tiempo me focalicé en poder aprender a controlar mis emociones. En que todo no se sienta tan intensamente que, para mí, todo era un desafío. Todo lo sentía muy intensamente, entonces siempre que me pasaba algo más negativo, la pasaba muy mal.

—¿Sos amiga de las novias o de las mujeres de los jugadores?

—Sí, obvio. De repente voy a la peluquería y conozco gente, me voy a hacer las manos o cosas así, pero normalmente con quien más te vinculas es con las parejas de los compañeros de mi novio. Por suerte en Torino hicimos un grupo hermoso, conocí personas de verdad increíbles: me las voy a guardar para toda la vida esas relaciones.

—¿Los conociste a Ronaldo y a su esposa, Georgina?

—Sí, nos conocimos. Ella me pareció amorosísima. De hecho se me acercó ella, que a veces uno dice: “Bueno, no sé, están en otro nivel”, no pensás que va a venir y a decirte: “Hola, te quería conocer”. Y se me acercó así súper sencilla. Él también. Súper simpáticos los dos.

—¿Se viene el reality de Oriana como el de Georgina?

—No sé. Yo, que soy tan reservada, no sé cómo me sentiría.

—¡Atención plataformas!

—Sería divertido. Siento que podría hacer un reality divertido.

—Ahora se sumó Tini al universo de las parejas del fútbol.

—No lo sé... Bueno, en realidad lo sabemos porque salieron fotos, pero no lo sé.

—¿Algún consejo para darle a Tini si se suma a este universo?

Que se tome las cosas con mucha calma y que no lea Internet, que no lea las redes. No sé cómo será la relación de Tini con Rodrigo (De Paul), si están o no, tampoco me voy a meter en eso, pero sí a cualquier persona que esté con una persona tan expuesta como un futbolista le diría que no lea las redes porque son la muerte. La muerte. Más para las mujeres que están con futbolistas, sí.

—Hablando de las redes, ¿qué opinás del bullying que se está viendo?

—Me gustaría decirte que le queda poco, pero lo dudo mucho, porque siento que a medida que pasan los años se va poniendo cada vez peor. Creo que con la exposición que hay hoy en día y la facilidad que hay para escribir cualquier cosa desde el anonimato, me parece que no va a parar por lo pronto. Nadie se tiene que acostumbrar a eso pero creo que cada uno tiene que tomar la medida que considere necesaria para poder vivir sin eso. Puede ser cerrar Twitter o desactivar los comentarios en Instagram, lo que sea.

—¿Te llevas bien con la que sos?

—Sí, la quiero bastante. La podría querer más, voy a ser sincera. Mi psicóloga me va a matar porque no te voy a decir que la amo, todavía no llegué a ese lugar, pero la quiero un montón. Me cae muy bien Oriana.

—Me quedo con eso, está buenísimo.

Siempre pienso: “¿A la Oriana chiquita, le caería bien la Oriana grande? ¿Me gustaría ser amiga de Oriana grande?”. Trato de ser lo más realista posible, uno tiene que pensar de esa manera: “¿A mi versión niña le caería bien mi versión grande?”. Y si la respuesta es sí, entonces estamos por el buen camino.

—¿Qué soñaba tu versión niña?

—Soñaba mucho con dedicarme a lo que me estoy dedicando hoy. Pero creo que más que nada, uno de los logros más grandes como persona es estar orgullosa de quien soy hoy. Y estar como cada vez un poquito más cerca de mi verdadera esencia.

Mirá la entrevista completa: