Ligia Piro: "No me invitan a la televisión porque dicen que el jazz no vende"

La cantante lamenta la poca difusión que se le da en los medios no solo a este ritmo, sino a tantos otros. Integrante de una familia de artistas, y ganadora de un Konex, le contó a Teleshow cuáles son los sinsabores de dedicarse a la música

Compartir
Compartir articulo

Hija de la cantante y actriz Susana Rinaldi y del bandoneonista Osvaldo Piro, Ligia Piro experimentó desde chica la pasión por el arte. Ese fue el origen de un camino que derivó en una carrera cargada de prestigio.

Se formó en la actuación estudiando teatro. Y si bien su faceta como actriz siempre está presente, es la música la que, para Ligia, nunca queda relegada.

Lejos de amedrentarse porque "el jazz no es popular y no vende", redobla la apuesta. El 14 y 15 de diciembre se presentará en el Teatro Picadero para brindar por dos despedidas: la del año, y la de su material. El 2018 la tendrá ocupada presentando nuevas canciones.

—¿Cómo te fue este año a nivel laboral?

—Fue tranquilo, con bastante introspección. Hacía 10 años que no grababa jazz y entré al estudio con todo un material, con ganas de grabar y de hacer de vuelta un disco. Y un disco independiente, o sea, trabajo con tiempo y muy artesanalmente, pero me gusta hacerlo así.

—¿Qué sería artesanalmente?

—No lo hago rápido. Elijo los temas, los voy probando, los canto. Hay cosas que de pronto dejo de lado porque siento que no le estoy aportando nada nuevo a la canción. Hay cosas que hace años que tengo ganas de cantar, y de pronto me meto de lleno, como grabé ahora un tema de Amy Winehouse.  Nunca canté nada de ella y tenía ganas de hacerlo.

—¿Dejaste de lado la actuación?

—No. Está ahí. Estoy leyendo dos obras, por ahí hago algo. Siempre está. Me formé en el teatro y en la música, así que no lo dejo de lado. Creo que a veces hay prioridades, o la vida te va llevando por otro camino. Hay que darle tiempo.

—¿Preferís más la actuación que la música, o viceversa?

—Te diría que sin la música no puedo vivir. El teatro puede esperar un ratito.

—¿En qué momento descubriste que querías dedicar tu vida a la música?

—No hubo un momento: estuvo siempre. Tengo una familia artística muy intensa donde todo pasaba por el arte, la música: todos vivían de eso. Entonces, se hablaba de eso. Se sufría por eso, cuando había épocas de bajas (propuestas laborales), se palpaba lo que pasaba. Es algo que no se puede explicar, se tiene. Está con uno.

—¿Genera más presión venir de una familia de artistas?

—Genera más responsabilidad, un compromiso mayor. Hay que formarse, hay que desarrollarse en la carrera o empezar profesionalmente, pero antes tiene que haber habido una formación de un compromiso para empezar con esto, que es darse al otro. Esta forma de vivir no existe si no existe el espectador, y para presentarte ante el espectador hay que tener respeto, antes que nada, para quien está ahí. Así lo concibo yo, y así me lo transmitieron a mí.

—¿Si tuvieras que decir una ventaja y una desventaja de partir de ahí?

—La ventaja puede ser que uno puede desarrollar su pasión más grande, como en mi caso. La desventaja es que uno se plantea si está bueno seguir acá, o parar de remar. Siempre hasta ahora tuve la necesidad de seguir. Hay épocas que acompañan el arte y hay épocas que no tanto. Para eso hay que estar preparado también.

—Y el decir "no sigo más", ¿de qué depende?

—Depende de uno. En esto, que es artístico, la perseverancia es algo que hay que tener sí o sí, y cuando una adopta ese compromiso de dedicarse al arte, está todo el tiempo con la necesidad de crear. La creatividad es algo que también tiene que fluir, y cuando de pronto no está, hay que respetarse en esos momentos. Ese es el temor, cuando un artista puede decir: "Bueno, acá bajo los brazos y me pongo un negocio". Es triste eso.

—¿Te pasó muchas veces?

—No, todavía no. Espero que nunca me pase. Sería horrible.

—¿Te pasó que digan que el jazz no vende, que no ocupa un lugar?

—Sí, me pasa todo el tiempo. Me pasa en la televisión que no entro a programas porque no doy el target o porque no vende la música que hago. Al principio eso me enojaba, ahora no. A veces hay programas que te pueden llegar a dar un espacio y que lo maneja gente que no sabe nada. Culturalmente, hay un árbol enorme de distintas ramas artísticas que valen la pena ofrecerle a quien está del otro lado. Y si siempre hablan y tocan la misma tecla y hablamos de lo mismo, la cultura se va achicando cada vez más. Eso para mí es peligroso. El jazz por supuesto que no vende a forma popular y a grandes masas, pero ni siquiera en Estados Unidos vende de esa manera. Hay espacios que hay que ocupar y no se deben dejar de ocupar.

—¿Por qué creés que pasa esto?

—Por la gente que maneja los medios, de pronto existen determinadas ideas de que hay música que está bien que entre, o hay música que no vale la pena. Cuando ya de movida alguien con poder dictamina lo que vende o lo que no vende, el que está esperando y mirando del otro lado, no lo descubre. Esto no tiene nada que ver con lo que pasa en vivo, en los teatros o en los lugares en los que vas a ver música, en los reductos donde de pronto tocan grupos de tango, de jazz, de pop, todo acá, en Argentina. En el interior, las peñas. Y es una pena porque creo que el argentino se está perdiendo de muchas cosas que no le llegan, y que tiene que descubrir por sí solo. Ese camino es mucho más lento.

—¿Cómo ves la música nacional hoy?

—Hay cosas que me gustan mucho y cosas que no me gustan nada. Lo que no me gusta, no lo escucho. Lo dejo de escuchar: no es que no lo escucho. Mis hijos también traen material del que yo no tengo idea, por ejemplo el rap o el reggaetón, que a veces me cansa pero lo disfruto de alguna manera porque los veo a ellos disfrutarlo. Soy curiosa y quiero saber lo que está pasando. Me da pena ver que tantos músicos y cantantes argentinos no tengan espacio para mostrarse. Todo está como muy limitado. Eso habría que cambiarlo.

—¿Qué fue lo mejor que te pasó en este último tiempo?

—Me convocaron para hacer un homenaje a Juan Alberto Badía en la TV Pública. Estuvimos en un grupo convocado por Lito Vitale que, con su banda, organizó todo un evento. Con ese conjunto de artistas, a algunos los conocía y a otros no, en ese intercambio de arte, que fluye ahí y que no va a volver a pasar, me emociona, me pone feliz.

—Me imagino que el Konex también lo fue…

—El Konex fue una sorpresa porque es un premio que se entrega a la trayectoria, y se otorga cada diez años. Y yo cumplía diez años de trayectoria cuando me lo dieron.

—¿Es mucho? ¿Es poco? ¿Cómo lo considerás?

—Es un montón. En diez años se viven un montón de cosas. Fue una alegría muy grande. Fue una sorpresa también. Cuando me llamaron para decirme que me entregaban el Konex fue algo impresionante.

—¿No te lo esperabas?

—No me lo esperaba para nada.

Últimas Noticias

Liberaron al chofer que fue demorado con los sospechosos por la amenaza a la familia de Di María

El celular del conductor quedó secuestrado. En paralelo, la Justicia avanzó con la audiencia indagatoria de las dos personas que fueron detenidas
Liberaron al chofer que fue demorado con los sospechosos por la amenaza a la familia de Di María

¿Qué tan lejos somos capaces de llegar para tapar nuestras vulnerabilidades?

Una historia para comprender lo lejos que son capaces de llegar las personas para no quedar expuestas
¿Qué tan lejos somos capaces de llegar para tapar nuestras vulnerabilidades?

Los autos híbridos enchufables superan a los eléctricos en Europa: ¿puede usarse esta tecnología en la Argentina?

Un año atrás eran cuestionados porque los usuarios no cargaban las baterías y usaban sólo el motor naftero. Incluso se les quitaron las subvenciones de los gobiernos. Pero en febrero se vendieron más que los eléctricos y son una salvación para las marcas. En nuestro país hay poca oferta todavía
Los autos híbridos enchufables superan a los eléctricos en Europa: ¿puede usarse esta tecnología en la Argentina?

El joven que vuelve a la Argentina con una beca del Conicet y la emotiva videollamada que sorprendió a su mamá

Federico Wenger estuvo dos años en una Universidad de Canadá. La angustia por las críticas de Javier Milei a los científicos y el entusiasmo por volver a trabajar en la Universidad de La Plata. La historia detrás del video viral que recorrió las redes sociales
El joven que vuelve a la Argentina con una beca del Conicet y la emotiva videollamada que sorprendió a su mamá

Alquileres: se revirtió la tendencia y ahora los dueños prefieren contratos largos en lugar que el modelo Airbnb

Los temporarios no otorgan la misma rentabilidad en dólares que antes y ahora los contratos en pesos que se ajustan más pronto por inflación ofrecen mejores perspectivas para los propietarios
Alquileres: se revirtió la tendencia y ahora los dueños prefieren contratos largos en lugar que el modelo Airbnb