Científicos cordobeses diseñaron un material para purificar el agua

En menos de 24 horas permite obtener agua biológicamente segura, limpia de las sustancias tóxicas y microorganismos. El hallazgo aún no ha sido trasladado al mercado para su comercialización

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Un problema común en las zonas rurales argentinas es la contaminación presente en el agua de pozo. Esto puede presentar contaminantes de origen natural – tales como el arsénico – o sustancias derivadas de la actividad humana – plaguicidas -. Para dar respuesta a esta problemática, científicos de la Universidad de Río IV, inventaron una solución que se destaca por su facilidad en el uso y por la flexibilidad y resistencias química y térmica de los materiales desarrollados.

La doctora en Ciencias Químicas e investigadora del CONICET, María Lorena Gómez, detalló a Infobae: "Hace bastante que estudiamos este tipo de materiales. Por un interés químico, desde la ciencia básica, era un material novedoso. Lo llevamos el año pasado a INNOVAR (el Concurso Nacional de Innovaciones, organizado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación) como investigación aplicada y llegamos hasta escala de laboratorio. Pero aún no hemos tenido ningún contacto con la industria ni con alguien interesado en poder trasladarlo a una escala más productiva".

Los discos introducen en el agua a purificar. Sólo se necesita exposición solar y esperar de 12 a 24 horas para obtener agua apta y segura para consumo animal o humano

La solución está compuesta por discos activos inertes de silsesquioxano – un plástico de origen sintético con distintos modificadores en su interior, como minerales, colorantes, etc. – que, cuando se aplica al agua, permiten eliminar bacterias y contaminantes, gracias a una serie mecanismos químicos.

Metales – como cobre, cadmio y arsénicos y otros compuestos – son retenidos en la superficie de los discos mientras la luz solar provoca la degradación de contaminantes orgánicos, así como la muerte de microorganismos. Finalizado el tratamiento, pueden removerse los discos de los recipientes utilizados.

Pero ¿Cuándo se podrá trasladar este conocimiento a la ciencia aplicada, a la técnica, para que le gente pueda aprovecharlo? según Gómez – quien lidera el grupo de Fotoquímica y Materiales junto a Chesta y Palacios -en Argentina es difícil llevar los logros a algo aplicado porque "como país nos falta apoyo, nos faltan fondos a veces incluso para investigar lo que estamos haciendo. Por eso, el aporte del Estado es tan importante. Lamentablemente no hay mucho apoyo desde el sector privado".

Sin embargo, la experta no pierde el optimismo ni la alegría de sentir que están haciendo una aporte a la sociedad: "Lo que sí sabemos y somos conscientes, es que aunque parezca que uno está estudiando una reacción aislada en un tubito de ensayo que no le importa a nadie, en algún momento va a ser de utilidad, porque es así como funciona la ciencia: se construye desde abajo hacia arriba".