Las Fiestas Patronales del Señor de Gualamita en Lámud, Amazonas, fueron reconocidas como Patrimonio Cultural de la Nación

La declaratoria reconoce a una tradición que hunde sus raíces en el siglo XVIII y que refleja la identidad cultural y religiosa de la población de Lámud, en la región Amazonas

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El Ministerio de Cultura declaró
El Ministerio de Cultura declaró Patrimonio Cultural de la Nación a las Fiestas Patronales en honor al Señor de Gualamita. (Composición: Infobae)

El calendario festivo de la región Amazonas suma un nuevo reconocimiento oficial. El Ministerio de Cultura publicó la Resolución Viceministerial N.º 000211-2025-VMPCIC/MC, mediante la cual se declara Patrimonio Cultural de la Nación a las Fiestas Patronales en honor al Señor de Gualamita, tradición que cada septiembre congrega a la población de Lámud, capital de la provincia de Luya.

La decisión, según la cartera ministerial, se sustenta en la trascendencia histórica, religiosa y cultural de una celebración que se transmite de generación en generación y que refleja la identidad de los habitantes locales. “Estas festividades constituyen una expresión de cultura viva que mantiene en su núcleo saberes y costumbres ancestrales, los cuales fortalecen la memoria colectiva”, señala el documento oficial.

La noticia fue recibida con entusiasmo en la provincia, donde la comunidad participa activamente en los preparativos. Para los pobladores, esta declaratoria representa un respaldo a una tradición que los une en torno a su fe y prácticas culturales.

Origen de la devoción

En el siglo XVIII, una
En el siglo XVIII, una familia cusqueña asentada en Gualamita erigió una capilla tras considerar milagrosa la permanencia de la imagen de Jesús Nazareno. (Difusión)

El culto al Señor de Gualamita tiene raíces coloniales. Relatos orales señalan que a mediados del siglo XVIII una familia proveniente de Cusco, de apellido Vallejos, perdió el rumbo en el antiguo camino inca mientras se dirigía hacia Quito. En medio de la travesía, llevaron consigo una imagen de Jesús Nazareno que, según cuentan, se tornó tan pesada que no pudieron continuar con el viaje. El hecho fue interpretado como un signo divino: la imagen debía permanecer en aquel lugar.

La familia se estableció en la zona, a la que denominaron Gualamita, y construyó una capilla en honor a la figura religiosa. Con el tiempo, los campesinos de la región comenzaron a pedir al Señor de Gualamita protección para sus cultivos, pues la zona afrontaba periodos de sequía alternados con intensas lluvias. De ese fervor surgieron procesiones, peregrinaciones y ritos que dieron forma a las fiestas patronales que hoy gozan de reconocimiento nacional.

Los preparativos

Los pobladores pedían al Señor
Los pobladores pedían al Señor de Gualamita protección para sus cultivos frente a sequías y lluvias, consolidando procesiones y peregrinaciones. (Difusión)

La organización de las fiestas recae en un comité conformado por mayordomos, quienes desde 1962 asumen de manera voluntaria la responsabilidad de coordinar cada detalle. El compromiso implica prestigio social y un fuerte vínculo con la comunidad.

Los preparativos se extienden durante varios meses. En abril, se realiza el Yamta Pallay, jornada destinada a recolectar leña para la cocción de alimentos. En esas mismas fechas, se llevan a cabo el Ushpach-cuy y el Tinguchi-cuy, en los que se ofrece comida, bebida y música a los participantes. En agosto, la comunidad se concentra en el Labrachcuy, actividad donde se elaboran velas que luego acompañarán la imagen del Señor de Gualamita. Días antes de iniciar la festividad principal, las familias participan en el Amasijo, ocasión para preparar panes y bocaditos que se compartirán con los asistentes.

El 1 de septiembre, la ciudad de Lámud se despierta con el disparo de veintiún camaretazos. A continuación, el albazo marca el inicio de los cantos de alabanza acompañados de bandas de música. Durante la jornada, cuadrillas de devotos recorren los barrios, visitan viviendas anfitrionas y comparten platillos tradicionales. Por la tarde, el Vela Apay reúne a mujeres con trajes típicos que ingresan a la Iglesia Matriz portando velas.

Entre el 2 y el 12 de septiembre, se celebran novenas y misas diarias, además del Hueche, antigua costumbre que implica el intercambio de obsequios entre la población y los organizadores.

Días centrales

Desde 1962, los mayordomos organizan
Desde 1962, los mayordomos organizan las festividades como un honor y deber comunitario. (Difusión)

El 13 de septiembre se desarrolla el Hatun Luya, festival cultural que promueve música y danzas propias de la región. Al caer la noche, las vísperas convocan a fieles en una misa solemne y luego en serenatas acompañadas de fuegos artificiales.

El día central es el 14 de septiembre, fecha de la Exaltación de la Santísima Cruz. La jornada comienza con campanas y camaretazos, seguida de una procesión que recorre las calles de Lámud tras la misa principal.

La festividad concluye el 30 de septiembre con una misa de acción de gracias y la última procesión del mes. A inicios de octubre, el Aviay Cuy se convierte en un homenaje para los mayordomos salientes, quienes cierran el ciclo con un agasajo comunitario.