Nicomedes Santa Cruz, el decimista al que muchos recuerdan, pero pocos leen

Las publicaciones de uno de los artistas afroperuanos más representativos resulta casi imposible de encontrar.

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Nicomedes Santa Cruz cuenta con diez publicaciones entre 1960 y 2004.
Nicomedes Santa Cruz cuenta con diez publicaciones entre 1960 y 2004.

La búsqueda exhaustiva en librerías de segunda mano no garantiza que el interesado en la obra de Nicomedes Santa Cruz vaya a dar con uno de los diez libros que publicó. A 31 años de su partida, su gruesa y alegre voz todavía se reproduce en la televisión, radio e internet mientras que su obra escrita ha sido privada del reencuentro con la imprenta. Aun así, no son pocos los intentos por mantener en el recuerdo sus valiosos textos.

Tras producir tirajes de diez mil ejemplares con sus respectivas reimpresiones, la obra del autor peruano parece ya no despertar el mismo interés que antes en el mundo editorial. Su trabajo suele aparecer en antologías, pero hasta el momento no se ha concretado proyecto alguno que rescate sus más recordadas publicaciones. Sin embargo, esta indiferencia no afecta únicamente al autor de Que mi sangre se sancoche.

El investigador y director del Seminario Afroperuano de Artes y Letras, Luis Rodríguez Pastor, señaló a Infobae que la obra autores afroperuanos y afroperuanas suelen tener tan solo una edición. “Las que tienen reediciones suelen ser excepciones por más valioso que pueda ser el libro”, comentó. Tras superar la odisea que significa publicar un libro en el Perú, estos títulos se enfrentan al poco interés por visibilizarlos.

Recortes sobre Nicomedes Santa Cruz de 1957. (Captura: nicomedesantacruz.com)
Recortes sobre Nicomedes Santa Cruz de 1957. (Captura: nicomedesantacruz.com)

La obra de Nicomedes Santa Cruz y Victoria Santa Cruz contó con gran acogida en el momento de su publicación, y produjo buenos comentarios de figuras como Sebastián Salazar Bondy, Hugo Neira, César Miró y Ciro Alegría, recuerda Rodríguez Pastor. El trabajo de ambos creadores fue celebrado en vida, suerte que no suelen disfrutar muchos artistas en el Perú. Ya en 1957, a sus 32 años, el decimista recibía cobertura mediática en diarios como “La Crónica”, “Última hora” y “El Comercio”.

Puesta en valor

No tener al alcance las publicaciones de Nicomedes de Santa Cruz priva a los interesados de notar la evolución de su obra. “Si bien empieza a escribir en décimas durante la década de los 50, va adquiriendo una voz más libre a través de sus versos para brindar obras maravillosas como “América Latina” o cumananas a José Carlos Mariátegui y César Vallejo”, resaltó Rodríguez Pastor.

Su formación como hombre negro nacido en el Perú motivaron los primeros pasos de una carrera artística que no conoció de límites. El trabajo de Nicomedes Santa Cruz se convirtió en una voz representativa de la cultura afroperuana para luego cautivar al resto del país. El especialista señala que “Nico es un poeta popular en el sentido más genuino de la palabra porque recoge de esta su creación y va hacia ella”.

Nicomedes Santa Cruz dedicó décimas a figuras como César Vallejo y Alfredo Bryce Echenique.
Nicomedes Santa Cruz dedicó décimas a figuras como César Vallejo y Alfredo Bryce Echenique.

Para el decimista, narrador y guitarrista, Octavio Santa Cruz, tanto la obra de Nicomedes como su hermana Victoria fueron creadas con un mirada hacia el futuro. La vigencia de su trabajo y la necesidad de consultarla constantemente son la mejor prueba de ello. “Él sacó la décima popular de su cauce tradicional”, agregó el cantautor y aquello se puede confirmar, por ahora, gracias a los esfuerzos de la misma familia del artista.

El sitio web Familia Santa Cruz Gamarra procura poner en valor el trabajo de sus más ilustres miembros mientras que nicomedessantacruz.com, iniciativa del hijo del decimista, Pedro Nicomedes, conserva los registros de los momentos más icónicos de la vida de su padre. Se trata de modestas iniciativas, aunque de gran valor frente al olvido de las editoriales y las autoridades locales.

Recordamos un año más de la muerte de Nicomedes Santa Cruz sin la posibilidad de entrar a una librería y salir con un libro suyo, de leer alguno de sus versos y ser otro al terminarlos o de contagiarnos de ese espíritu reivindicativo que no solo plasmó con su voz, sino también con tinta sobre el papel.