
Las elecciones legislativas de este año son las más importantes de las últimas décadas, porque está en juego el futuro de la República. Si el kirchnerismo logra alcanzar las mayorías especiales en el Congreso, realmente peligraría el Estado de Derecho en el país. Este domingo, tenemos la oportunidad de decirle “basta” al populismo y empezar a dejar atrás la política que defiende al Estado omnipresente.
Entiendo que hay mucha gente que, con total razón, está disgustada con la política, pero el voto es la mejor herramienta que tenemos para manifestar ese enojo. Estoy convencido de que este domingo estamos frente a la posibilidad de comenzar a cambiar la lógica de los últimos 40 años, apostando a un Estado mucho más eficiente, con menor carga tributaria, con reglas de juego estables, sin atropellos institucionales y donde los planes sociales no sean eternos.
Estoy seguro de que estas elecciones son las más relevantes porque tenemos en nuestras manos la posibilidad de frenar los avances del kirchnerismo contra la propiedad privada, contra la Constitución Nacional y contra la Justicia, como lo ha intentado en este año y medio de gobierno, mientras se auto-adjudicaban privilegios y cometían delitos en silencio, como fueron los casos de las vacunas VIP y las fiestas en Olivos.
Si el oficialismo gana, es el fin de la República. Por eso Santa Fe es clave esta elección, ya que los dos actuales senadores nacionales oficialistas defienden al kirchnerismo y no a la provincia. De hecho, casi nadie en Santa Fe los conoce y han apoyado, desde ese “anonimato”, medidas que perjudican a nuestra provincia.
Entonces, para que esto no suceda más, a partir del apoyo de Mauricio Macri, Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, quise asumir el compromiso de llegar al Senado para seguir peleando por los intereses de Santa Fe, porque sé que conozco la provincia y las distintas necesidades de cada región.
Los santafesinos saben que fui de los primeros que, el año pasado, salió a defender la educación presencial porque estaba claro que había muchos niños y adolescentes que no accedían a una enseñanza adecuada por no contar con las herramientas digitales. Fui de los primeros que estuve en las marchas a favor de la República y en contra del avance contra la Justicia. He presentado numerosos proyectos para bajar la carga tributaria para las pymes locales y los sectores productivos, y no me ha temblado el pulso para pedir el juicio político a funcionarios del kirchnerismo que incumplen con sus funciones.
También hemos puesto a disposición los equipos técnicos de Patricia Bullrich para colaborar en la lucha contra el narcotráfico, tarea que, durante la anterior gestión, se llevó adelante con buenos resultados, bajando los índices delictivos y proveyendo a Santa Fe de fuerzas federales, que hoy en Rosario están abocadas al control del tránsito. Pero, lamentablemente, tanto la Nación como la Provincia han abandonado a Santa Fe en materia de seguridad y le han cedido, nuevamente, el territorio a las bandas narcocriminales.
Nosotros con Amalia Granata podemos contar lo que hemos hecho y lo que venimos haciendo desde hace años por Santa Fe. Ése es nuestro mayor activo; y no sé si muchos de los que aparecen ahora con promesas fantásticas y declaraciones rimbombantes lo tienen.
Por eso, insisto: son elecciones cruciales, en las que está en juego el equilibrio en el Congreso de la Nación para defender los valores republicanos, de la libertad, de la propiedad privada, del trabajo y el esfuerzo, que son los valores que queremos reivindicar para dejar atrás al populismo y empezar a pensar en un crecimiento real para el país, con generación de riqueza y empleos genuinos.
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