México envió a Turquía comida, medicamentos, cobijas y casas de campaña como ayuda humanitaria

Este cargamento de 100 toneladas es parte de la respuesta de solidaridad de los mexicanos con la población turca, afectada por el devastador sismo

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México envió la noche de este 14 de febrero un avión cargado con 100 toneladas de ayuda humanitaria con destino al aeropuerto de Adana en la República de Turquía, para ayudar a parte de los miles de damnificados por el terremoto de magnitud 7.8, ocurrido el pasado 5 de febrero.

Esta ayuda humanitaria incluye alimentos en general, cobijas, colchonetas, casas de campaña, generadores de luz, insumos médicos, insumos de higiene personal y ropa, especificó la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).

La SRE indicó que esta es parte de la respuesta de solidaridad que los mexicanos hicieron a la convocatoria del gobierno y la Embajada de Turquía en nuestro país.

Durante la salida de la aeronave estuvo presente el embajador de Turquía en México, İlhan Kemal Tuğ, y la directora ejecutiva de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Amexcid), Laura Elena Carrillo Cubillas.

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Además, el gobierno de México anunció el lunes 13 de febrero que donó 6 millones de dólares, a través de las Naciones Unidas, a las víctimas del terremoto en Siria, nación que también sufrió fuertes daños.

“Por instrucción del presidente López Obrador, México dona 6 millones de dólares, a través de la ONU, a las víctimas del sismo en Siria”, expuso en un mensaje en Twitter el canciller, Marcelo Ebrard.

Como parte de la ayuda de México a Turquía, destaca la participación, desde el 9 de febrero, de una delegación compuesta por 150 elementos especialistas en rescate, incluyendo 15 binomios canófilos.

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Este equipo de rescate logró salvar a varias personas con vida de entre los escombros, además de la recuperación de casi una docena de cuerpos de víctimas, que lamentablemente no sobrevivieron.

Este domingo, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) comunicó la muerte de Proteo, uno de los perros rescatistas, a causa de las condiciones climatológicas que prevalecen en Turquía.

Los milagrosos rescates

Cinco personas fueron rescatadas con vida este 14 de febrero después de estar 9 días atrapadas entre los escombros tras el terremoto que devastó el sureste de Turquía con un saldo de al menos 40 mil muertos en este país y en Siria.

El último rescate fue uno de los más emotivos en Adiyaman, pues los equipos sacaron con vida a una mujer y a sus dos hijos pequeños de los escombros, tras 228 horas atrapados.

Ihlas News Agency (IHA) vía REUTERS
Ihlas News Agency (IHA) vía REUTERS

Solo una hora antes, los rescatistas pudieron sacar con vida a una mujer de 74 años, Cemile Kekeç, en la ciudad de Kahramanmaras, cercana al epicentro del sismo.

En la misma ciudad, una mujer de 42 años, Melike Imamoglu, fue descubierta con vida en un edificio derrumbado, después de que los equipos de búsqueda escucharan sus llamadas de socorro.

Según declaró un miembro del equipo de rescate al diario Hürriyet, la mujer no solo estaba sana y salva tras 222 horas atrapada entre los cascotes, sino incluso “mejor que los que estaban fuera”, algo inexplicable, aseguró.

Estos cinco rescates casi milagrosos se añaden al de otra mujer, Fatma Güngör, de 77 años, que fue salvada poco antes de la medianoche pasada en la ciudad de Adiyaman.

REUTERS/Suhaib Salem
REUTERS/Suhaib Salem

Las bajas temperaturas, que han estado cercanas a cero grados en toda la región afectada, o incluso inferiores, pueden en ciertas circunstancias facilitar la supervivencia de las personas atrapadas, según expertos del equipo de bomberos de Madrid, que participó durante varios días en los rescates.

Los cascotes de hormigón protegen contra el frío extremo y al no hacer calor, el cuerpo no suda y no se deshidrata de la misma forma como lo haría en verano, cuando las posibilidades de supervivencia serían de apenas dos o tres días, explicaron.

La cifra de fallecidos por los dos sismos, de fuerza 7.8 y 7.6, supera ya los 35 mil en Turquía y los 5 mil en Siria, pero se teme que aún puede subir mucho más, cuando empiecen a retirarse los escombros.