
Perder a una mascota puede ser una experiencia devastadora, comparable al duelo por un ser querido. Para muchas personas, sus animales de compañía no sólo son parte de su hogar, sino también una fuente de amor incondicional y apoyo emocional.
Sin embargo, este tipo de pérdida suele ser subestimada por quienes no han desarrollado un vínculo similar, lo que puede hacer que quienes están de luto se sientan incomprendidos o aislados.
Según la agencia de noticias Associated Press (AP), los expertos señalan que el impacto emocional de perder a una mascota es profundo, ya que estos compañeros suelen formar parte de la rutina diaria y el bienestar de sus dueños.
Ante esto, brindar apoyo a alguien que atraviesa este duelo no siempre es fácil. Frases como “puedes conseguir otra mascota” o “sólo era un animal” pueden resultar hirientes, incluso cuando se dicen con buena intención.
El impacto del duelo y la incomprensión social

Para muchas personas, una mascota representa su relación más significativa, de acuerdo con E.B. Bartels, autora del libro Good Grief: On Loving Pets, Here and Hereafter (Buen duelo: Sobre el amor a las mascotas, aquí y en el más allá).
“Es el ser que ven todos los días, que duerme en su cama o con quien se acurrucan en el sofá”, explicó Bartels.
Este vínculo puede ser tan fuerte que, en algunos casos, las personas se sienten más cómodas con los animales que con otros seres humanos. Por ello, perder a una mascota puede ser devastador y dejar un vacío difícil de llenar.
Comentarios como “sólo era un animal” o “tuvo una buena vida” pueden resultar contraproducentes, ya que minimizan el sufrimiento del dueño y lo hacen sentir incomprendido.
Annalisa de Carteret, quien gestiona una línea de ayuda para el duelo por mascotas en la organización benéfica británica Blue Cross, señaló que frases bienintencionadas como “puedes conseguir otra mascota” o “vivió muchos años” no alivian el dolor.
“Lo que las personas necesitan es alguien que las escuche sin juzgar ni ofrecer soluciones rápidas”, afirmó de Carteret. La clave, según ella, es permitir que los dueños expresen sus emociones sin sentirse presionados a justificar su tristeza.
El vínculo no depende del tamaño ni de la especie
Otro aspecto importante que destacó AP es que el dolor por la pérdida de una mascota no está relacionado con el tamaño, la especie o el tiempo que se haya compartido con el animal.
Para algunos, perder un pez puede ser tan doloroso como para otros perder un perro o un gato. La escritora Bartels compartió la historia de un amigo cuyo padre tenía un estanque de carpas koi y quedó devastado cuando un mapache mató a sus peces. “Algunas personas podrían pensar que sólo eran peces, pero para él eran importantes”, explicó.
Además, la pérdida de una mascota puede tener un impacto en la vida social de los dueños. Bartels señaló que muchas personas construyen comunidades alrededor de sus animales, como los grupos de dueños que se reúnen en parques para perros.
Cuando la mascota ya no está, estas interacciones sociales también desaparecen, lo que puede aumentar el sentimiento de aislamiento.
La culpa como parte del duelo

Según AP, la culpa es una emoción común entre quienes han perdido una mascota. De Carteret explicó que muchas personas se cuestionan si podrían haber hecho algo diferente para evitar la muerte o desaparición de su animal.
“Piensan: ‘Si hubiera actuado de otra manera, tal vez seguiría vivo’ o ‘¿Qué podría haber hecho para cambiar lo inevitable?’”, comentó. Este sentimiento puede ser aún más intenso para quienes sienten que la pérdida de su mascota les afecta más que la de un ser humano cercano, lo que a menudo genera un conflicto interno.
De Carteret enfatizó que estos sentimientos son normales, aunque difíciles de compartir. “Decir que la pérdida de una mascota duele más que la de un familiar puede parecer incorrecto, pero es una realidad para muchas personas”, afirmó.
¿Es una nueva mascota la solución?
Aunque adoptar una nueva mascota puede ser una opción para algunos, no siempre es la respuesta inmediata al duelo. Según AP, cada animal tiene una personalidad única, y un nuevo compañero no necesariamente llenará el vacío dejado por el anterior.
Además, si la mascota perdida era adulta, el proceso de adaptación a un cachorro o gatito puede resultar agotador para algunos dueños.
Bartels, quien perdió a su perro Seymour en junio pasado, compartió que aún siente el impacto de su ausencia y anticipa que el aniversario de su muerte será un momento difícil.
Por su parte, de Carteret conserva las cenizas de su perro junto a la chimenea, su lugar favorito en la casa. “Algunas personas pueden pensar que es extraño, pero es mi forma de lidiar con la pérdida”, explicó.
En última instancia, el duelo por una mascota es un proceso profundamente personal. Según AP, no existe una fórmula única para superarlo, y cada persona debe encontrar la manera que mejor se adapte a sus necesidades emocionales.
Lo importante, como señalaron los expertos, es reconocer la validez de este dolor y ofrecer apoyo sin juicios ni expectativas.
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