El juicio por los cuadernos de las coimas escritos por el chofer Oscar Centeno sigue adelante con la maratónica lectura de imputaciones en su audiencia número 11. En la jornada de hoy martes, los secretarios del Tribunal Oral Federal N°7 recitarán la segunda parte del pedido de elevación a juicio de una de las causas paralelas al expediente principal, que investigó la cartelización de la obra pública, un expediente conocido en los tribunales de Comodoro Py como el caso de “La Camarita”.
El caso investigado por el fiscal Stornelli, con 52 imputados, se centra en el vínculo en torno a la Cámara Argentina de Empresas Viales, con imputados clave como el financista Ernesto Clarens, acusado de organizar el dinero de las coimas.
Lo sigue el empresario Carlos Wagner, el único hombre de negocios de ser parte de la asociación ilícita supuestamente liderada por Cristina Fernández de Kirchner, Julio De Vido y José Francisco López, el hombre de los bolsos, ex secretario de Obra Pública, hoy preso en Ezeiza.
El supuesto objetivo de esta asociación ilícita: recolectar coimas, con una suerte de club de reparto de proyectos con dinero público, que garantizaba retornos de entre un 3 y un 20 por ciento.

CFK, De Vido y Lópéz son los principales acusados políticos en este expediente paralelo, señalados por cobrar 175 supuestos sobornos. Roberto Baratta, acusado de ser el principal recaudador de los pagos, no está imputado en este caso. Entre los empresarios, los principales involucrados son Aldo Benito Roggio y Ángelo Calcaterra.
El pedido de elevación a juicio de esta causa, firmado por el fiscal Carlos Stornelli, tiene 420 páginas de largo. Las confesiones de los principales acusados como López, Clarens, Roggio y Calcaterra, se convirtieron en las pruebas principales de la fiscalía.
En la audiencia del jueves pasado, se leyó el testimonio de Ernesto Clarens, donde, en 2018, recordó que Daniel Muñoz -el fallecido secretario de Néstor Kirchner- le relató la existencia de una bóveda de dinero en una propiedad de El Calafate. También se leyó la confesión de López, preso en el penal de Ezeiza, donde detalló "el listado que le correspondía cobrar a cada empresa” que "era entregado a la Presidenta y a Julio De Vido.

La audiencia pasada, que duró casi seis horas, concluyó con la lectura del relato del arrepentido Gabriel Losi, acusado del pago de siete coimas en el caso de “La Camarita”.
La actividad de “La Camarita” atravesó los períodos de las presidencias de Néstor y Cristina Kirchner, con una actividad renovada tras la muerte del ex mandatario.
Losi, vicepresidente de Losi S.A, aseguró que Clarens se refería a Néstor Kirchner como “el furia”, que era “un calentón”. Tal como otros empresarios, aseguró haber cedido ante las advertencias supuestamente extorsivas de los emisarios del Poder Ejecutivo, que bloqueaban pagos de obras, entre otras jugadas.
“La empresa no tenía otra salida que atender dicha extorsión, ya que necesitábamos cobrar. Así, las entregas de dinero las hice personalmente, por pedido de mi padre, yendo a las oficinas de Clarens. No tenemos por obvias razones un registro de estos pagos, pero se limitaron a la disponibilidad de efectivo que mi padre poseía. Tampoco se respetó estrictamente el porcentaje exigido, sino que llevábamos en función de las posibilidades”, aseveró Losi, un testimonio incluido en la página 284 del documento firmado por el fiscal Stornelli.
Patricio Gerbi, presidente de la empresa COARCO S. A., declaró que el ex funcionario a cargo de las concesiones viales Claudio Uberti, por orden de Néstor Kirchner, le encomendó “hacer un aporte de dinero regularmente o atenernos a las consecuencias” en una reunión con su socio Eduardo Herbon, presidente de EQUIMAC.
“Después de la reunión de Herbon con Uberti, nos reunimos con Herbon y decidimos que no íbamos a cumplir con las exigencias de Uberti. Herbon también se negó a transmitirle al resto de los concesionarios el pedido de Uberti. A partir de ahí empezaron las presiones”, continuó el arrepentido.
Y detalló: "Uberti me citaba a las oficinas del OCCOVI, en el tercer piso de Paseo Colon y Alsina, me hacía esperar entre 45 minutos y una hora, después me hacía pasar a su oficina y en el trascurso de la reunión mientras yo hablaba el miraba las pantallas de televisión que tenía en una estructura junto a su escritorio, y me decía, “Vos sabes lo que tenés que hacer” “Te voy a hacer cagar” “Te voy a hacer fundir” “Me voy a quedar con tu empresa” “Voy a ir por vos y por tu familia”. Su trato era violento, humillante, maltratador, y soberbio”.
Luego señaló otras formas de presión que se tradujeron en incrementos tarifarios, multas, demora en pagos y quitas de capital, entre otras.
Gerbi reconoció, además, que empezó a pagar coimas desde mediados de 2004 para revertir la situación.
“Las entregas eran tres entregas por año aproximadamente, eran en pesos y equivalentes a aproximadamente entre 15.000, 20.000, o 25.000 dólares, cada una de ellas, pero Uberti nunca estaba satisfecho, continuaba amenazándonos”, declaró el empresario.
El Tribunal Oral Federal N°7, presidido por Enrique Méndez Signori junto a Germán Castelli y Fernando Canero -más el juez suplente Néstor Costabel- dio apertura a la sala digital poco antes de las 13:45, con Julio De Vido y José López conectados desde sus respectivos lugares de encarcelamiento.
El imputado Juan José Luciano no se encontró presente en la audiencia, pero fue representado por sus abogados. Luciano, empresario, de 82 años, titular de la empresa que lleva su nombre, acusado del pago de 12 coimas en el caso de “La Camarita”, sufrió ayer un desmayo en la calle, que llevó a que sea asistido por el SAME.
La fiscal Fabiana León, en cambio, aseguraba que no hallaba el certificado médico de León en el sistema judicial. “Se confirmó la firma pero no se incorporó”, explicó el secretario Ernesto Ruiz.




