Esto es lo que debes saber antes de subir a un avión con los regalos de Navidad: restricciones y artículos prohibidos

Las estrictas regulaciones fitosanitarias y de seguridad pueden transformar un regalo en un problema legal ante las autoridades aeroportuarias, especialmente en vuelos internacionales

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Un hombre caminando con su
Un hombre caminando con su equipaje por un aeropuerto (Adobe Stock).

El bullicio inunda cada Navidad los aeropuertos españoles: maletas cargadas de ilusión, de reencuentros… y de regalos que pueden estropear la fiesta antes de empezar. A medida que se acercan las fechas familiares, miles de pasajeros se enfrentan a un dilema clásico en los controles de seguridad: ¿qué objetos navideños pueden llevarse en el equipaje y cuáles acabarán en manos de los agentes?

Adornos, productos naturales e incluso presentes cuidadosamente envueltos pueden convertirse en motivo de confiscación o retraso si no se atienden las normas. Esta temporada, la prevención se impone como la mejor aliada del viajero para evitar sorpresas de última hora y garantizar que la magia de los regalos llegue sana y salva a destino.

Los elementos de decoración

Uno de los grandes focos de atención en las restricciones navideñas es la inclusión de elementos naturales en la decoración o los regalos. Piñas de pino, ramas de coníferas, muérdago y adornos elaborados con vegetales naturales pueden suponer un auténtico reto legal, especialmente si viajan desde fuera de la Unión Europea. Las leyes fitosanitarias, recogidas en el Reglamento (UE) 2019/2072, establecen controles muy estrictos para evitar la entrada de plagas o enfermedades que pudieran afectar al ecosistema europeo. En la mayoría de los casos, introducir estos objetos requiere un certificado fitosanitario emitido en el país de origen; en otras ocasiones, su entrada está directamente prohibida.

El viajero debe recordar que la procedencia es clave: adornos recogidos en bosques, mercados informales o adquiridos fuera de la red europea pueden ser objeto de confiscación inmediata. Revisar la normativa vigente y consultar con antelación los requisitos aduaneros puede evitar situaciones incómodas al llegar a la frontera.

Frutos secos, semillas y tubérculos

Cesta de Navidad (Adobe Stock).
Cesta de Navidad (Adobe Stock).

Con la Navidad abundan los regalos gastronómicos: frutos secos, castañas y otros productos vegetales, muy típicos en cestas navideñas o como obsequios viajeros. Sin embargo, estos también enfrentan una estricta regulación si cruzan fronteras extraeuropeas. Semillas, frutos enteros, tubérculos e incluso plantas vivas exigen certificados fitosanitarios garantizando su salubridad y ausencia de plagas. Transportar estos productos sin el aval reglamentario puede derivar en su inmediata confiscación o en sanciones en destino.

Incluso dentro del espacio comunitario, determinados materiales de propagación o plantas vivas pueden verse sujetos a control aduanero, especialmente si proceden de cultivos no certificados o de regiones con alertas fitosanitarias.

Los líquidos, los grandes sospechosos bajo el árbol

Otro clásico que puede arruinar la sorpresa son las decoraciones con líquidos. Esferas de nieve que incluyen agua o solución química, velas de gel o aromáticas e incluso algunos adornos con componentes inflamables sufren limitaciones a bordo. La normativa que regula el transporte de líquidos y geles en cabina —y que cada compañía aérea interpreta bajo criterios propios— obliga en muchos casos a facturar estos objetos o directamente prohíbe su transporte en el equipaje de mano. Si los artículos contienen además materiales vegetales o naturales, la dificultad se multiplica, ante la doble regulación de seguridad aérea y aduanas sanitarias.

Analizamos las medidas y pesos permitidos para el equipaje de mano de Iberia, Ryanair, Air Europa, EasyJet y Vueling para el 2025.

Regalos envueltos: proteger la sorpresa… y evitar disgustos

El envoltorio festivo es un icono de la Navidad, pero en aeropuertos puede ser un arma de doble filo. Aunque la práctica no está prohibida, los agentes pueden exigir abrir cualquier paquete cerrado para inspección. Aquello que debía despertar sorpresa puede acabar deshecho por orden del control de seguridad. Por ello, los especialistas sugieren optar por envoltorios semi-transparentes, bolsas abiertas o simplemente dejar el regalo “a la vista” hasta llegar a destino.