La ciudad con más iglesias del mundo: un museo al aire libre con 900 templos y museos barrocos

Cada iglesia es un universo distinto, desde auténticos museos barrocos hasta templos que conservan frescos primitivos o reliquias que marcaron siglos de devoción popular

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El papa recién electo sale
El papa recién electo sale tras celebrar la misa con el Colegio Cardenalicio. (Vatican Media vía AP)

Roma es un museo al aire libre. Alberga en el interior de su casco antiguo más de 900 templos católicos. Ninguna otra capital puede compararse a esta cifra, y es que la capital italiana resulta ser la ciudad con mayor número de iglesias de todo el mundo.

A nadie le sorprenderá la cantidad de arquitectura cristiana que se podrá encontrar en esta ciudad si nos remontamos al pasado. Roma fue durante siglos el corazón político y espiritual del cristianismo occidental. Cada edificio, cada basílica y cada obra es un fragmento más del pasado que nos precede como occidentales.

Una de las iglesias más importantes que tienes es la de San Pietro in Vincolim que custodia una de las esculturas más poderosas de Miguel Ángel, el Moisés. La presencia de esta obra transforma una iglesia aparentemente sobria en un destino artístico de primer nivel. Santa Sabina, en lo alto del Aventino, ofrece el contraste: una basílica paleocristiana de líneas puras, casi desnuda, donde la luz y el espacio hablan por sí solos.

Fontana di Trevi, otro de
Fontana di Trevi, otro de los muchos monumentos que puedes encontrar en Roma. (Adobe Stock)

Cada iglesia es un universo distinto, desde auténticos museos barrocos hasta templos que conservan frescos primitivos o reliquias que marcaron siglos de devoción popular. Caminar por la ciudad es recorrer la historia artística sin pasar por taquilla, saltando de época en época con solo cruzar una puerta. Por eso Roma no se agota nunca y los romanos conviven a diario con un privilegio que en otros lugares sería excepcional.

Iglesia romana que no está en Roma

La iglesia romana más importante, aunque no se encuentra propiamente en la ciudad romana, es la Basílica Papal de San Pedro. De hecho, si somos exactos, esta iglesia no se ubica en Italia, sino en el Estado independiente de Ciudad de Vaticano.

Fundada en el año 425 sobre un antiguo titulus (una casa privada adaptada al culto cristiano) asociado a la matrona Sabina, la basílica de Santa Sabina ha atravesado siglos de cambios profundos sin perder su esencia. Restaurada por los papas León III y Eugenio II, fue residencia fortificada de familias nobles en la Edad Media y, desde 1219, sede dominica tras ser otorgada por el papa Honorio III a Santo Domingo de Guzmán.

Más adelante, se reformó en el siglo XVI por el arquitecto Domenico Fontana y se depuró con añadidos barrocos a comienzos del siglo XX por Antonio Muñoz. A día de hoy, Santa Sabina en el Aventino es uno de los mejores ejemplos conservados de basílica cristiana del siglo V.

Una de las cuatro basílicas papales de Roma y un ejemplo excepcional de continuidad histórica resulta ser Santa Maria Maggiore. Sus mosaicos del siglo V, aún visibles, dialogan con añadidos posteriores del Renacimiento y el Barroco. Este recuerda que la ciudad nunca deja de construir sobre sí misma.

Otro monumentos y su pasado

El primer edificio que se viene a la cabeza cuando te encuentras en pleno vuelo hacia Roma es El Coliseo, sin embargo, pocos se preguntan de dónde viene el nombre. Lógicamente, será “Coliseo” debido a su dimensión colosal, pero parece ser que, originalmente, se conocía como “Anfiteatro Flavio”. No fue hasta que levantaron delante del edificio una enorme estatua de bronce del emperador llamada “Coloso de Nerón”. A partir de ahí, la gente empezó a llamarle “Colosseo”.

Un montón de gente por
Un montón de gente por los Juegos Olímpicos de Invierno en Roma (AP Foto/Gregorio Borgia)

El Panteón de Roma es uno de los edificios mejor conservados de la Antigüedad y una prueba más de la continuidad histórica de la ciudad. Construido en época del emperador Adriano y transformado en iglesia cristiana en el siglo VII, su gran cúpula sigue siendo hoy la mayor cúpula de hormigón no armado del mundo. No se trata solo de un monumento, es una lección de arquitectura, tiempo y adaptación. Y quizá por eso Roma nunca se termina: porque cada edificio, como este, sigue contando historias siglos después.