
A tan solo una hora de Roma, lejos del bullicio de la capital italiana, se encuentra Stifone, un pequeño pueblo medieval en Umbría que cautiva a quienes buscan experiencias auténticas y paisajes naturales poco explorados. Este enclave, casi desconocido para el turismo masivo, ofrece la posibilidad de sumergirse en aguas cristalinas rodeadas de historia y tranquilidad, en un entorno que parece detenido en el tiempo.
Stifone se ubica en la provincia de Terni, a orillas del río Nera, y cuenta con apenas 40 habitantes. Su atmósfera serena y su esencia medieval se perciben en cada rincón, desde las casas de piedra hasta las callejuelas silenciosas donde el único sonido es el murmullo del agua. El acceso al pueblo, poco visible desde la carretera, conduce a un paraje que invita a la contemplación y al descanso, rodeado de colinas y bosques frondosos.
Aguas turquesas y naturaleza en Stifone
El principal atractivo natural de Stifone es el tramo del río Nera que lo atraviesa, famoso por sus aguas de un intenso color turquesa. Esta tonalidad, que logra hechizar a cualquiera, se debe a la alta concentración de minerales presentes en el agua. El paisaje se completa con manantiales que brotan de cuevas naturales y un manantial subacuático que aporta aún más singularidad al entorno. El contraste de colores, desde el azul cobalto hasta el verde esmeralda, convierte el lugar en un espectáculo visual único.
Entre las actividades más populares destaca el baño en la Fuente de la Morica, una experiencia reservada para quienes toleran el agua fría, ya que la temperatura oscila entre 10 y 15 grados Celsius. El acceso a la zona de baño está regulado: solo se permite nadar en el área delimitada por boyas y, durante el verano, se cobra una tarifa de 8 euros. Es fundamental prestar atención a las advertencias, ya que la presencia de una presa cercana puede provocar corrientes repentinas y, cuando se abren las compuertas, el baño queda prohibido, lo cual se indica mediante sirenas. Para quienes prefieren actividades en tierra firme, Stifone ofrece rutas de senderismo y ciclismo a lo largo del río, así como paseos por el bosque y excursiones que permiten disfrutar de la naturaleza en estado puro.
Patrimonio histórico y consejos para la visita
El patrimonio histórico de Stifone es otro de sus grandes valores. En la época romana, el pueblo funcionó como un puerto fluvial estratégico, donde se construían embarcaciones destinadas a Roma. Aún se conservan vestigios de este pasado, como los restos del antiguo astillero romano, arcos de piedra y ladrillo que se sumergen en el agua, y los cimientos de edificaciones de distintas épocas. El recorrido por el pueblo permite descubrir también los viejos lavaderos alimentados por manantiales, la Iglesia de Santa Marina y los restos del Monasterio de San Giovanni en la ladera del Monte Croce. Todo ello contribuye a la sensación de estar en un lugar suspendido en el tiempo, donde la historia y la naturaleza conviven en armonía.
Para quienes planean visitar Stifone, conviene tener en cuenta algunos aspectos prácticos. El acceso al pueblo se realiza desde la carretera que une Orte y Narni, pasando por San Liberato. La señalización es discreta y no existen estacionamientos formales, por lo que es necesario dejar el vehículo en una zona de descanso frente al pueblo o en una explanada cercana. No hay servicios de restauración, pero sí un área habilitada para picnic, lo que hace recomendable llevar provisiones si se piensa pasar el día. Los animales de compañía son bienvenidos, y la zona resulta ideal para quienes buscan tranquilidad y contacto directo con la naturaleza.
A escasa distancia de Stifone se encuentran las Mole di Narni, unas piscinas naturales formadas por el río Nera, conocidas por el color turquesa de sus aguas. Este paraje, situado en una estrecha garganta, constituye otro punto de interés para los amantes de los paisajes acuáticos y las actividades al aire libre.
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