Hace 25 años, España conquistó por primera vez una competición con la que llevaba soñando desde su debut en 1921: la Copa Davis. La Armada, entonces formada por Juan Carlos Ferrero, Álex Corretja, Albert Costa y Joan Balcells; consiguió levantar por primera vez la ensaladera, en un momento donde todos sus integrantes dominaban el ranking menos uno: Balcells. Con bandana de motero en la frente y sus características patillas, se convirtió en uno de los héroes españoles. “En una competición tan difícil, nadie tenía la seguridad ni la arrogancia de decir que íbamos a ganar”, afirma, Balcells en una entrevista con Infobae España.
“Recuerdo esa Davis con mucho cariño, porque fue un momento muy importante en mi carrera como tenista”, asegura. Entonces, había ocho jugadores españoles en el top20 del ranking de la ATP, mientras que Balcells se encontraba en la posición 280 de la clasificación. Sin embargo, fue él quien disputó la Copa Davis: “Yo creo que fue un poco por casualidad, sinceramente”. Algunos tenistas no podían acudir a la cita por la ensaladera y, además, en ese momento Joan estaba entrenando en el mismo grupo que Julián Alonso, que era jugador de la Davis.
La semana en que tenía que salir la convocatoria para el partido ante Nueva Zelanda, Balcells jugaba el torneo de Mallorca. Consiguió pasar la fase previa, ganó a Carlos Moyá (en ese momento top tres del mundo) y llegó a semifinales en el dobles con Julián Alonso. En ese momento de euforia, su pareja tenística le dijo: “¿Sabes qué? Voy a llamar a Santana para que te lleve a la Davis porque jugamos muy bien”. Dicho y hecho. Al día siguiente recibió la llamada del capitán que le informó de que estaba convocado. “Me sorprendió porque Santana apenas me conocía”.
A partir de ese momento, se convirtió en el jugador de dobles de la Armada, a pesar de que él jugaba individuales y el dobles lo tenía como un complemento, es decir, no era experto. En Alex Corretja encontró la pareja ideal. El juego de Balcells se adaptaba perfectamente a las exigencias del dobles, con su característico saque-red, pero también al tenis del barcelonés, que también se adaptó a la perfección al estilo de juego que requiere esa modalidad. “Àlex sacaba y voleaba como el que más, sin estar muy habituado. De ahí nuestra calidad”. Ese año, casi todas las rondas previas necesitaron del dobles para seguir avanzando.

La Armada se impuso a Italia en Murcia por 4-1; a Rusia en Málaga con el mismo resultado, donde estaban Safin y Kafelnikov, que “eran una pareja buenísima y nos ganaron” y a Estados Unidos en la semifinal disputada en Santander por 5-0. España estaba tan solo a un paso de levantar su primera ensaladera. Ni siquiera en esos momentos en que fueron superando a todos sus rivales se veían levantando la Copa Davis. “Es muy difícil que un jugador de tenis, sabiendo la dificultad y todas las cosas que pueden pasar en un partido y en una eliminatoria, se vea ganador. A excepción quizás de tenistas como Alcaraz, Nadal, Federer o Djokovic”.
Balcells considera que “en una competición tan difícil, nadie tiene la seguridad y la arrogancia de decir que va a ganar”. A lo que se añadía la dificultad de que pisaban terreno desconocido, ya que España no había ganado nunca la ensaladera. El hecho de ser la primera final provocó “una mezcla de ilusión, nerviosismo y respecto a partes iguales” en los tenistas. Sin embargo, sabían que la final se disputaría sobre tierra, una superficie donde los jugadores españoles tenían “muy buenas armas para ganar”.
Joan Balcells y la final de la Copa Davis ante Australia
Una semana antes de la gran final, España ya estaba concentrada. “El Palau Sant Jordi, que es un recinto muy grande, al principio me impresionó un poco vacío”, confiesa Joan. Poco a poco fueron pasando los días, y los tenistas, incluso Balcells, se fueron adaptando a las pistas donde alcanzarían la gloria, aunque ellos entonces no lo sabían. “El día que empieza la eliminatoria, el Palau no solo es muy grande, además está lleno de gente animando y gritando”. Por suerte, el hecho de que la final se disputara en Barcelona hizo que durante todo el fin de semana sintieran el calor del público. Una cuestión que también sumó cierta presión a los tenistas españoles.
Balcells, para controlar su mente, se decía: “Voy a hacer lo que pueda, voy a correr todo lo rápido que pueda, voy a intentarlo al máximo. A la vez que pensaba que si hacía eso ya no estaba obligado a más, o sea que ya la presión me la quitaba de encima, porque por mí no iba a quedar”. El primer partido lo disputó Albert Costa, que empezó con una derrota ante Lleyton Hewitt. Una situación revirtió Juan Carlos Ferrero, que “hizo un partidazo ante Patrick Rafter y se llevó el punto”. El día terminó con un empate a uno en el marcador. La siguiente jornada comenzó con una victoria decisiva en dobles de Álex Corretja y Joan Balcells por 6-4 6-4 6-4 ante Sandon Stolle y Mark Woodforde. “Con el tiempo, poco a poco voy valorando más lo que sucedió. En esos momentos de euforia no eres consciente de la importancia del evento”, asegura.
La guinda la puso Juan Carlos Ferrero, que ganó a Lleyton Hewitt en el duelo decisivo. Un revés paralelo a dos manos del español fue el golpe ganador. Con él, Ferrero superó al australiano, que había subido a la red y daba la ensaladera a España. Tras ello, la euforia se apoderó de la Armada que, al ritmo de la canción I will survive, celebraron la conquista de la primera Copa Davis. “Fue el momento más importante de mi carrera”, afirma. Después de la gesta histórica con España, Balcells consiguió escalar hasta el puesto 50 del ranking y conquistar un título ATP. Consiguió también llegar a una final ATP donde se enfrentó a Andre Agassi. Sin embargo, considera que no se puede comparar a la Davis.
Las lesiones fueron las responsables de que, tan solo cuatro años después de levantar la ensaladera, Balcells tuviera que retirarse. Se reconvirtió en entrenador, se quitó la bandana y se cortó sus características patillas. Lo que nunca se quitará será el título de uno de los héroes de la primera Copa Davis de España.


