Muere el escritor y periodista Alfonso Ussía a los 77 años

Trabajó durante años para publicaciones como ABC o La Razón, en la que se hizo famoso por sus satíricas columnas de opinión

Guardar
Imagen del periodista Alfonso Ussía
Imagen del periodista Alfonso Ussía

Alfonso Ussía, nombre propio en la crónica y la sátira españolas, ha muerto en Madrid a los 77 años. Columnista irreverente, escritor prolífico y figura imprescindible en varias generaciones de lectores, su fallecimiento marca el fin de una época para la prensa nacional. Su fórmula, mezcla de tradición literaria, crítica mordaz y humor punzante, dibujó un perfil único en la esfera pública desde finales del franquismo hasta la actualidad.

El eco del apellido Ussía se forjó entre herencias ilustres y vivencias propias. Nieto de Pedro Muñoz Seca, dramaturgo fusilado en Paracuellos, hijo de una familia aristocrática de hondas raíces, encontró en la prensa su verdadera “universidad”. Abandonó Derecho y Periodismo, aprendiendo sobre el oficio desde un primer empleo como documentalista en ‘Informaciones’ y debutando con su propia pluma en ‘Sábado Gráfico’. En 1978, una carta al director de ABC marcó el punto de partida de una relación duradera y destacada con la cabecera. Entre 1985 y 2004 firmó la mítica sección ‘Cosas que pasan’, asentándose como referente indiscutible con un total de 2.459 columnas.

El periodismo de Ussía, siempre fronterizo entre el artículo de costumbres y la sátira social, no se conformó con la letra impresa. Dirigió la revista satírica ‘El Cocodrilo’, se sentó en tertulias junto a nombres como Mingote o Ozores, y fue parte del equipo fundador de Antena 3 Radio. Sus colaboraciones en televisión y radio junto a Luis del Olmo ampliaron la resonancia de su estilo chispeante y polémico. La sombra del terrorismo etarra formó parte de su día a día durante años. Ussía relató con ironía episodios como aquel en que sus hijos le avisaron de un coche sospechoso en el trayecto escolar: “Son policías”, resolvió, desdramatizando una situación tensa con el humor que lo caracterizó en público y en privado. Su defensa cerrada de la monarquía constitucional y las instituciones formó parte del ideario que presidió cada uno de sus artículos, a menudo centro mismo del debate político en el país.

La presidenta de la Comunidad
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, entrega el Premio de Cultura 2025 de la Comunidad de Madrid en la categoría de Literatura al escritor y periodista madrileño Alfonso Ussía en Comillas. (EFE)

Un gran legado no exento de polémicas

No faltaron en su trayectoria momentos de fricción y escándalo. Protagonizó procesos judiciales por sátira: un poema sobre el alcalde Tierno Galván en 1979, una caricatura de Leguina en los años ochenta, presuntas injurias contra concejales. Más adelante, sentencias lo condenaron por opiniones acerca de Lionel Messi y por injurias hacia Corinna Larsen. Incluso su salida de ABC fue motivo de controversia; la dirección vetó uno de sus textos, lo que llevó a Ussía a poner fin a una larguísima etapa en el periódico. Sus pugnas en los tribunales nunca lograron amedrentar una voz que reivindicaba con vehemencia la tradición de Quevedo y Góngora.

El escritor no solo dejó un legado periodístico, sino también literario. Publicó cerca de medio centenar de libros: poemarios, relatos, recopilaciones de artículos y piezas de teatro. El más célebre de sus personajes, el Marqués de Sotoancho, nacido como una parodia de la aristocracia andaluza, alcanzó tal notoriedad que llegó a protagonizar una exitosa serie televisiva. Sotoancho, protagonista de quince novelas, evolucionó desde la pura caricatura hasta el retrato de un noble sentimental y estoico, lleno de matices y ternura.

La sátira de Ussía incidió especialmente contra lo que llamaba «la España de los nuevos ricos». Su ‘Tratado de las Buenas Maneras’, nacido primero como columna y luego convertido en serie de libros, diseccionó con humor y ácido la impostura social de una nación inmersa en la modernidad y la ostentación. Su humor combinaba referencias clásicas –de Wodehouse a Góngora, de Chesterton a Jardiel Poncela– con la observación de costumbres contemporáneas. Personaje incansable de la vida cultural, Ussía fue galardonado con los principales premios de periodismo de España, el Mariano de Cavia y el González-Ruano, y recibió distinciones como la Gran Cruz de la Orden del Dos de Mayo y la Medalla de Oro de la Comunidad de Madrid. Fue académico de Bellas Artes de Santa Cecilia y, este mismo año, la Comunidad de Madrid premió su trayectoria con el galardón de Cultura en la categoría de Literatura.

El Real Madrid y el periodismo supieron también de su capacidad para provocar titulares. En 1991, se postuló a la presidencia del club blanco frente a Ramón Mendoza, obteniendo el 40% de los votos en unas elecciones que marcaron el pulso de la institución futbolística. “No hice el ridículo”, dijo años después, convencido de haber enseñado que el club no era patrimonio de nadie en solitario. En su vida familiar, Ussía se confesó orgulloso del relevo generacional. Su hijo menor, Alfonso J. Ussía, es también columnista de renombre y fue premiado por su compromiso al visibilizar los años duros del terrorismo en España. Un padre satisfecho reconocía en sus últimos textos: “El Ussía que vale, el jefe de las letras entre los míos, es mi hijo Alfonso”.

Tras la muerte de Alfonso Ussía desaparece una voz “aristocrática y popular” capaz de reírse de sí misma y de todos los demás, de señalar imposturas y de ensalzar los valores de la tradición. Persisten, entre libros y columnas, la ironía socarrona, la reflexión punzante y la huella de un escritor irrepetible para quien la sátira fue una forma de estar en el mundo.