El gran director de Hollywood que asegura tener la idea para la primera película hecha con IA: “Ya tengo el guion perfecto para ello”

El autor de uno de los guiones más famosos de la historia cree que tan solo dos años tendremos las primeras grandes obras realizadas con ayuda de esta herramienta

Guardar
Paul Schrader en el rodaje
Paul Schrader en el rodaje de 'El contador de cartas' junto a Oscar Isaac

Paul Schrader observa el umbral de una era en la que los límites entre la creatividad humana y la inteligencia artificial se desdibujan. En entrevista con Vanity Fair, el reconocido guionista y director estadounidense, autor de películas emblemáticas como Taxi Driver y El reverendo, afirma que el cine está a las puertas de un cambio radical: “Estamos a solo dos años del primer largometraje hecho únicamente por inteligencia artificial”, aseguran tanto en entrevistas como sus propias publicaciones en redes sociales.

A sus 79 años, Schrader declara sin titubeos su entusiasmo por la nueva tecnología. Ha trabajado en un guion que, según su propio juicio, sería el proyecto perfecto “para hacer todo con IA”. Esta convicción surge justo cuando Hollywood debate el alcance y los riesgos de la inteligencia artificial en la creación cinematográfica, impulsado por noticias recientes como el surgimiento de la “primera actriz IA”, Tilly Norwood, y los primeros relatos sobre filmes dirigidos o protagonizados completamente por algoritmos digitales.

En conversación con Vanity Fair, Schrader plantea que la industria del cine progresivamente se hará más dependiente de la IA: “Las películas van a ser cada vez más de IA. Creo que solo estamos a dos años de la primera película completamente generada con inteligencia artificial”. Al ser consultado por su disposición a filmar mediante estas tecnologías, el director no duda: “Es solo una herramienta”. Abre una metáfora entre el trabajo escritural, la actuación y el modelado digital: “Como autor, debes describir la reacción de alguien usando un código, un número finito de palabras. El actor tiene su propio código. Ahora, eres un pixelador: puedes crear la cara, la emoción, esculpirla igual que el novelista esculpe una reacción en la historia”, puntualizó Schrader durante el diálogo, según retoma Vanity Fair.

Paul Schrader en el set
Paul Schrader en el set de 'El maestro jardinero'

Una herramienta por desarrollar

Esta perspectiva refleja tanto fascinación como pragmatismo: considera que la IA ya realiza tareas fundamentales dentro del proceso creativo. No solo es capaz de traducir emociones humanas en gráficos digitales, sino también de intervenir en labores tradicionalmente humanas en el periodismo cinematográfico. Schrader opina que la IA puede superar la cobertura hecha por personas, especialmente porque reduce el sesgo: “La IA hace mejor cobertura que el promedio, y no tiene que favorecer a nadie. Muchas veces, cuando haces cobertura para una película, quien te paga espera que te guste el proyecto. A la IA no puedes darle esa indicación”.

La reflexión de Schrader se ancla en experiencias concretas. Hace pocos meses, relató en Facebook haber pedido a ChatGPT que propusiera ideas para películas al estilo de distintos directores, entre ellos sí mismo, Paul Thomas Anderson, Quentin Tarantino, Harmony Korine y cineastas clásicos como Ingmar Bergman, Scorsese o Frank Capra. Schrader se mostró sorprendido por la calidad y rapidez de las respuestas: “Estoy atónito. Cada idea que ChatGPT dio (en segundos) era buena, original y desarrollada. ¿Por qué los escritores deberían pasar meses buscando una buena idea cuando la IA puede ofrecer una en segundos?”, publicó el director.

El debate alrededor del uso de la inteligencia artificial en la industria del entretenimiento es intenso: gremios de guionistas y actores discuten su regulación, estudios exploran nuevas formas de producción y las audiencias se preguntan por el papel de la creatividad humana en un escenario dominado por algoritmos. Con ejemplos como Tilly Norwood y proyectos de largometrajes íntegramente digitales, Hollywood se ve obligado a reconsiderar sus propios fundamentos narrativos y técnicos. Schrader, mientras tanto, permanece expectante, confiando en que el potencial creativo de la inteligencia artificial transformará la forma en que se conciben las historias, los personajes y la emoción en la gran pantalla.