
Si quedaba una gran celebridad de Hollywood por recibir su estrella en el Paseo de la Fama, esa era la actriz Naomi Watts. Una deuda que la industria ha saldado esta misma semana, con la entrega de la estrella a la australiana y un gran evento para homenajear a la que es una de las grandes intérpretes de los últimos treinta años. Toda una fiesta que ha contado con grandes invitados y en la que Watts no ha dejado pasar la oportunidad de recordar al director de cine que la hizo tan grande y que falleció hace tan solo unos meses.
Hablamos, por supuesto, de David Lynch, el cineasta con el que Watts trabajó en numerosas ocasiones, y quien falleció a principios de este mismo año, el 15 de enero. “Él sacó lo mejor de mí y vio cosas que yo jamás habría visto de mí misma”, comenzaba señalando la australiana en su discurso de agradecimiento por la estrella y recuerdo del director con el que se hizo un nombre. Ambos se conocieron durante la preproducción de Mulholland Drive, aunque por aquel momento no era la película que todos conocen hoy día, sino un proyecto de serie de televisión, algo en lo que Lynch tenía ya experiencia gracias a Twin Peaks.
“Fracasaba en las audiciones una y otra vez, o conseguía un papel en una película y luego me recortaban o me eliminaban. Era pura mala suerte”, relataba la actriz sobre su experiencia antes de entrar al casting que le cambiará la vida. “En cuanto entré, sentí que era diferente. Él estaba presente. Me hacía preguntas. Se sentía muy diferente a cualquier otra audición a la que había ido antes: había tantas en las que había una fila de gente, tenías que esperar dos horas, tenías que cruzar la ciudad en coche para llegar allí y luego volver al día siguiente, y la gente apenas te miraba. Pero David se iluminó y pude conectar con él de una manera diferente”.

El director que sacó su mejor versión
Aun con todo, la actriz admite que no ha sido capaz de volver a ver Mulholland Drive en estos veinte años, pero se ha replanteado hacerlo especialmente a partir del fallecimiento de su buen amigo: "Ahora tendría un significado completamente diferente, sin David. Ojalá él pudiera estar aquí“, señalaba durante el acto, en el que estaban presentes otras estrellas como Edward Norton o Kyle McLachlan, también actor y buen amigo de Lynch.
Mulholland Drive fue sin duda la película que relanzó la carrera de Watts, que más tarde aparecería en otros grandes títulos como The Ring, 21 gramos o King Kong. Con Lynch volvería a colaborar en Inland Empire y posteriormente en la tercera temporada de Twin Peaks. En los últimos años quizá la actriz ha perdido algo de protagonismo, apareciendo en apenas un par de proyectos relevantes como la serie Vigilante de Ryan Murphy, con el que trabaja ahora en una nueva producción. A sus 57 años recién cumplidos, la australiana disfruta de su merecida estrella y de una carrera a la que seguro le falta todavía algún otro gran papel, aunque sea sin David Lynch a su lado.
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