La escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichi: “La amistad entre mujeres es revolucionaria”

La célebre activista publica su nueva novela, ‘Unos cuantos sueños’, uno de los acontecimiento literarios de la temporada

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La escritora nigeriana Chimamanda Ngozi
La escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie y su última novela, 'Unos cuantos sueños' (Random House)

Regresa a la actualidad Chimamanda Ngozi Adiche, la escritora nigeriana que se ha convertido en un símbolo de la lucha por los derechos de la mujer afroamericana, sobre todo después de novelas fundamentales como Medio sol amarillo, Americanah o el ensayo Todos deberías ser feministas.

Acaba de publicar Unos cuantos sueños (Random House) e Infobae España ha tenido la oportunidad de poder acercarse a su figura y su imaginario. Y es que, para la autora, esta nueva novela no solo significa un logro literario, sino también un capítulo profundamente personal tras la pérdida de sus padres durante la pandemia.

Adichie compartió con los periodistas de una rueda de prensa internacional cómo la muerte de su madre en 2021 y la de su padre, pocas semanas después del inicio del confinamiento global, fueron el catalizador de una obra que define como “su primera novela adulta”.

Una novela sobre la pérdida

“Este es el primer libro que escribo siendo madre y siendo alguien que ya no tiene padres. Mis padres fueron cruciales en mi vida. Después de la muerte de mi madre, empecé a escribir esta novela. Realmente creo que el espíritu de mi madre me ayudó a escribirla”, afirmó la autora, destacando que Unos cuantos sueños fue gestada en medio de un duelo inesperado y devastador en la pandemia.

'Unos cuantos sueños', de Chimamanda
'Unos cuantos sueños', de Chimamanda Ngozi Adichie (Random House)

El manuscrito, que tardó doce años en concretarse desde la publicación de su anterior novela, reúne las historias de cuatro personajes principales, tres mujeres nigerianas y una mujer de Guinea.

Adichie explicó el motivo detrás del título: “Si has leído el libro hasta el final, hay un juego con el título, pero también es una reflexión sobre cómo vivimos y cómo imaginamos vidas que podríamos haber tenido: quién tiene derecho a soñar y qué significado tiene soñar, especialmente para las mujeres”.

Añadió que la obra se adentra en la complejidad de la vida interior de las mujeres, describiéndola como “una novela sobre mujeres, pero no necesariamente solo para ellas”.

Adichie resaltó haber encontrado libertad creativa tras la pérdida: “El dolor me trajo una especie de incertidumbre que puede ser positiva para la creatividad, porque me sentí más libre. Mis frases ahora son más largas; me permito disfrutar del lenguaje de manera distinta. Esta novela no es sobre el duelo, pero nació desde ese dolor. Me enorgullece haberla escrito en ese trance y que, pese a todo, no sea un libro triste”.

Sobre el desarrollo de los personajes, Adichie relató la evolución espontánea de Kadiatou, la mujer inspirada en Nafissatou Diallo, quien fue noticia internacional en 2011 tras denunciar agresión sexual por parte de Dominique Strauss-Kahn. “No lo planifiqué así, simplemente ocurrió. El personaje pasó de ser una presencia periférica a estar en el centro. Sentí que llevaba la historia de Nafissatou conmigo”, explicó la autora, quien también confesó haber sentido “una herida profunda” con el desenlace judicial del caso, ya que, en su opinión, “la forma en que fue tratada y representada mediáticamente le negó la dignidad que merecía”.

Varios lanzamientos, entre ellos algunos de los más esperados de la temporada.

Al profundizar en la representación de las mujeres africanas en la literatura, Adichie abordó los matices de clase y emigración presentes en Unos cuantos sueños. “Mis protagonistas tienen privilegios poco comunes en la narrativa sobre África. Una de ellas proviene de una familia adinerada, otra es exitosa en el derecho en Estados Unidos. Esto es importante porque a menudo la riqueza africana se asume como producto de la corrupción, pero eso es una visión ‘reduccionista’. Es fundamental entender Nigeria contemplando tanto la pobreza como la existencia de una gran concentración de riqueza”.

No obstante, la autora subraya que el acceso al bienestar económico no garantiza la realización de los sueños: “Tener privilegios no nos asegura alcanzar lo que anhelamos”, sostuvo durante la sesión.

La importancia de la amistad femenina

Relacionó estas ideas con el fenómeno migratorio, considerando que “el acto de emigrar es en sí mismo un acto de soñar con una vida mejor”.

La novela pone especial énfasis en la amistad femenina, la ‘sororidad’ y su potencial para enfrentar la marginación: “La amistad profunda entre mujeres es revolucionaria. He comprobado en mi vida cómo estas relaciones son fuente de fortaleza y comprensión. Sin embargo, no todas las mujeres se apoyan entre sí. Pero creo que tener amigas auténticas es una forma de resistencia y es parte de la solución frente a la exclusión que viven las mujeres”.

No obstante, Adichie aclara que “las mujeres no pueden solucionar solas la marginación: es esencial contar con la implicación de los hombres”.

Abordó además el tema de la maternidad y el deseo femenino, cuestionando su escasa presencia en la literatura considerada “seria”.

Chimamanda Ngozi Adichie  (Photo
Chimamanda Ngozi Adichie (Photo by JOEL SAGET / AFP)

“Necesitamos más novelas que no sean marginalmente sobre mujeres, sino que reflejen realmente sus vidas, cuerpos y experiencias”, afirmó, y reclamó mayor inversión en la salud femenina: “La medicina moderna consigue hazañas impresionantes, pero no sabe cómo ayudar a las mujeres con la menopausia, por ejemplo. En Estados Unidos, la salud femenina recibe la menor financiación. Si los hombres leyeran más relatos sobre mujeres, podríamos mejorar la comunicación entre ambos”.

Acerca de la universalidad de la experiencia femenina, Adichie defendió que existen matices ligados tanto a la condición de mujer como al color de piel, especialmente en situaciones de pobreza o discriminación: “Las mujeres negras sufren las mismas cosas que otras mujeres, pero suelen ser juzgadas y afectadas de manera más dura”.

Argumentó, por ejemplo, que una mujer negra que muestras enfado “no solo enfrenta desaprobación, es que esa emoción puede marcar su identidad profesional y vital con consecuencias negativas”.

En relación con la presión social que afecta a las mujeres, aun cuando alcanzan éxito profesional, Adichie sostuvo que “en todo el mundo, aunque en grados distintos, existe presión para que las mujeres se casen o formen pareja, y en ocasiones pesa aún más sobre las mujeres con ambiciones”. Enumeró así tanto la presión interna como la ejercida por familiares, amistades y el entorno.

La autora nigeriana EFE/Friedemann Vogel/Pool
La autora nigeriana EFE/Friedemann Vogel/Pool

Sobre la cuestión del idioma, la autora defendió que el inglés, al ser la lengua de su educación en Nigeria, es tan materna para ella como el igbo: “No puedo argumentar filosóficamente en igbo; es la lengua de la intimidad y la familia para mí, mientras que el inglés es también mi lengua materna, la del aprendizaje y la reflexión intelectual”.

El tema de la masculinidad, también recurrente en el diálogo, llevó a Adichie a cuestionar la utilidad de la etiqueta “masculinidad tóxica”: “Creo que muchas veces asociamos la masculinidad con comportamientos que en realidad son inseguridad y no fortaleza. La violencia contra mujeres y niñas no es masculinidad, y deberíamos educar a los niños en valores tradicionales como la valentía al servicio del bien y el juego limpio”.

Finalmente, al consultársele sobre la dedicatoria de la novela y su alcance, Adichie rechazó la idea de que Unos cuantos sueños sea exclusivamente para mujeres o para hombres: “La literatura es un acto universal de narración. A veces estos debates surgen solo porque no se nos concede de antemano el estatus de universalidad, pero yo escribo para todos”.