España encara con tranquilidad el examen de la OTAN de enero para comprobar el gasto en defensa: "Hemos llegado"

El gobierno mantiene su postura ante la revisión, defendiendo que el presupuesto asignado satisface los compromisos asumidos y prioriza el cumplimiento de metas militares específicas pese a la presión de la Alianza para elevar el nivel de inversión

Guardar

El calendario de la OTAN prevé que España pase una revisión interna antes de la cumbre de 2026 en Ankara, con el objetivo de analizar el cumplimiento de los compromisos de capacidades militares. Este mecanismo, aprobado en la cumbre de junio, busca asegurar que todos los países aliados mantengan una tendencia creciente en su inversión en defensa y seguridad, tras el retraso que experimentaron varios miembros europeos en alcanzar el objetivo del 2% del PIB acordado en Gales en 2014. Este proceso de seguimiento se aplicará a España a finales de enero, según fuentes del Ministerio de Defensa citadas por el medio El País.

Según informó El País, el gobierno español sostiene que el presupuesto actual en defensa cubre los compromisos adquiridos ante la Alianza Atlántica. Atribuyendo a la flexibilidad otorgada por el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, España ha centrado su estrategia en cumplir con los requisitos de capacidades militares, en vez de adherirse a porcentajes específicos del PIB. El acuerdo alcanzado en la cumbre de La Haya permitió a Madrid establecer un itinerario propio de gasto, siempre que logre satisfacer los hitos pactados en tiempo y forma, "independientemente del porcentaje del PIB que ello suponga", como recoge El País.

Si bien en la cumbre de La Haya los miembros de la OTAN plantearon la meta de elevar progresivamente la inversión militar conjunta hasta el 5% del PIB para 2035 (3,5% en gasto puro de defensa y 1,5% en partidas asociadas a seguridad), España se manifestó contraria a esa referencia. Consideró que el umbral propuesto resulta “arbitrario” y argumentó que su industria podría encontrar dificultades para absorber un incremento abrupto en los fondos. Pese a esta posición, el gobierno español sostiene, siempre según El País, que el 2,1% del PIB destinado a Defensa representa una cantidad de recursos suficiente para atender las prioridades nacionales sobre capacidades militares.

El enfoque de España se apoya en alcanzar resultados específicos y medibles, priorizando áreas como el poder naval, la logística, el desarrollo de infraestructuras y la mejora de la movilidad militar. De acuerdo con el Ministerio de Defensa citado por El País, la inversión reciente ha estado orientada principalmente a estos ámbitos, que configuran el grueso de los requerimientos militares del país.

Pese a las presiones de la OTAN para que el gasto en defensa de los países miembros llegue al menos al 3% del PIB, España mantiene una senda gradual de incrementos presupuestarios. El País reporta que la Alianza Atlántica adoptó nuevos mecanismos de evaluación para no repetir demoras como la que afectó el objetivo del 2% en la última década.

De acuerdo con la información aportada por el Ministerio de Defensa a El País, España ha ejecutado en su totalidad los 10.471 millones de euros del plan industrial de defensa aprobado para cumplir con los objetivos fijados. Ese desembolso, que se completó en 2025, se ha distribuido entre 31 programas especiales de modernización (PEM), los cuales se suman a los más de cincuenta programas ya en marcha. Las inversiones también han abarcado mejoras en las condiciones laborales de las Fuerzas Armadas y recursos asignados a misiones internacionales.

Entre los proyectos destacados figura la modernización del sistema integrado de enseñanza en vuelo, que recibió una dotación de 350 millones de euros, y la incorporación de un helicóptero ligero multipropósito destinado a tareas formativas, con otros 275 millones. También sobresale la inversión de 225 millones de euros en la actualización a mitad de vida operativa de las fragatas de la clase ‘Álvaro de Bazán’, una parte central del componente naval español.

El país también destina otros 200 millones de euros al desarrollo tecnológico de paquetes de trabajo del programa NGWS en el marco del Sistema Aéreo de Combate Futuro (FCAS), mientras que destina otros 200 millones para adquirir un nuevo vehículo de cadenas multipropósito que sustituya al actual Transporte Oruga Acorazado (TOA). Además, España tiene previsto invertir cien millones en la sustitución del Buque de Aprovisionamiento de Combate (BAC) ‘Patiño’, mediante la construcción de un nuevo navío basado en el modelo del BAC ‘Cantabria’.

El medio El País subraya que, según cálculos de la propia OTAN realizados en agosto, España ya había cubierto el objetivo fijado en la cumbre de Gales desde mediados de este año. Por esta razón, las autoridades del Ministerio de Defensa reconocen que el país encara la revisión de la Alianza Atlántica con confianza en el cumplimiento de todos los requisitos acordados con los socios.

Mirando a medio plazo, la OTAN acordó agendar una nueva evaluación en 2029 para determinar si la meta del 5% del PIB continúa vigente y adecuada a la situación internacional. Según El País, el contexto político global podría condicionar este debate, ya que el principal defensor de ese umbral, Donald Trump, no ocupará la presidencia de Estados Unidos en esa fecha.

El gobierno español insiste en que la suficiencia de los fondos asignados, el cumplimiento de las obligaciones internacionales y la adhesión a una senda de inversión progresiva resultan prioritarios. El enfoque permanece centrado en las capacidades militares concretas requeridas por la Alianza, evitando comprometerse formalmente con porcentajes globales que puedan resultar, según la postura señalada por el Ejecutivo, poco realistas para la industria de defensa nacional.

Las autoridades consultadas por El País remarcan que, más allá de los debates sobre porcentajes, lo relevante para Madrid reside en conseguir que las Fuerzas Armadas dispongan de los recursos, la tecnología y las infraestructuras necesarias para afrontar los retos de seguridad compartidos, cumpliendo en tiempo y forma con los compromisos adquiridos en el seno de la OTAN.