El asesino confeso de Abruñedo: No soy capaz de entender mi comportamiento, no es mi vida

Roger Serafín Rodríguez, confeso asesino de Elisa Abruñedo, reconoce su incapacidad de entender su crimen, mientras se debate entre el homicidio o el asesinato en el juicio en A Coruña

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A Coruña, 20 jun (EFE).- El asesino confeso de Elisa Abruñedo, Roger Serafín Rodríguez, ha asegurado este viernes que no puede justificar lo ocurrido: "No soy capaz de entender mi comportamiento. No es mi vida ni la de los 39 años anteriores", ha sostenido.

La sección segunda de la Audiencia Provincial de A Coruña ha acogido la última sesión del juicio contra Roger Serafín Rodríguez, de 51 años, por unos hechos ocurridos el 1 de septiembre de 2013 en Cabanas (A Coruña), cuando él tenía 39 años y la víctima, Elisa Abruñedo, 46, en el momento en que la asaltó, la violó y la mató, según su propia confesión, realizada diez años después, cuando fue detenido.

La Fiscalía pide 32 años de cárcel y las acusaciones particulares suben la pena hasta 37 por un asesinato con una agresión sexual, mientras su defensa solicita rebajar lo ocurrido a un homicidio con una agresión sexual, con un mínimo de 14 años.

En su derecho a la última palabra, el acusado ha alegado que no es "capaz de entender" su comportamiento de aquel día.

"No hay forma de justificar esto, ni yo mismo puedo, no lo entiendo. No es mi vida ni la de los 39 años anteriores. Ese momento puntual de mi vida no tiene que ver conmigo, no sé qué ha ocurrido. No tengo forma de arreglarlo, tampoco lo que pueda decir sirve de nada", ha expresado.

En su exposición final, la defensa ha reconocido que son unos "hechos completamente atroces", aunque ha pedido que no se haga un "juicio paralelo".

Ha defendido que el móvil del crimen fue perpetrar una agresión sexual y no una discriminación por género -como sostienen las acusaciones- y, respecto al asesinato, ha alegado que la víctima tuvo capacidad para defenderse e incluso pidió socorro, por lo que cree que no concurre la agravante de alevosía.

La Fiscalía, en cambio, ha considerado que se trató de un asesinato, ya que, dada la diferencia corporal de ambos, no hubo opción de defensa.

Sobre la posibilidad de que el acusado hubiera disociado la realidad y hubiera pensado que los hechos los había cometido otra persona, ha dicho que "no tiene ningún trastorno psiquiátrico ni ningún problema de memoria".

"Cualquier persona, venciendo su propia resistencia moral, puede cometer estos hechos", ha dicho sobre una situación que ha calificado como "maldad" sin que existan elementos de salud mental.

Las acusaciones particulares, que representan a los hijos de la víctima, han añadido la agravante de abuso de superioridad a sus escritos. EFE