Sebastián Ramírez, abogado laboralista: “Estas son las tres preguntas que no pueden hacerte en una entrevista de trabajo este 2026”

A pesar de la legislación laboral, preguntas sobre la vida personal, familiar o sobre las creencias del entrevistado siguen apareciendo en entrevistas y pueden condicionar la contratación

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Sebastián Ramírez, abogado laboralista: “Estas
Sebastián Ramírez, abogado laboralista: “Estas son las tres preguntas que no pueden hacerte en una entrevista de trabajo este 2026”. (Montaje Infobae España con imágenes de Canva y TikTok)

Las entrevistas de trabajo siguen siendo uno de los momentos más decisivos, e incómodos, de cualquier proceso de selección. El candidato se juega su futuro profesional en apenas unos minutos, mientras intenta mostrar su mejor versión ante un reclutador que, en teoría, debería centrarse en evaluar su experiencia, sus habilidades y su adecuación al puesto. Sin embargo, la realidad dista bastante de ese ideal.

Y es que, todavía hoy, no es raro que en una entrevista aparezcan preguntas personales que poco o nada tienen que ver con el desempeño laboral, pero que pueden condicionar seriamente la contratación. Cuestiones sobre la vida familiar, la situación sentimental o incluso las creencias personales siguen colándose en muchas conversaciones, a pesar de que la legislación laboral y de igualdad es clara al respecto.

Con la vista puesta en 2026 y en un mercado de trabajo cada vez más vigilado desde el punto de vista de los derechos laborales, el abogado laboralista Sebastián Ramírez ha puesto el foco en este problema a través de un vídeo publicado en TikTok. En él, explica de forma directa y pedagógica cuáles son las tres preguntas que ningún entrevistador debería hacerte y cómo conviene reaccionar si aparecen durante una entrevista.

Primera alerta: cómo responder si te preguntan por tus hijos

Ramírez comienza su explicación de forma muy clara: “¿Cuáles son las tres preguntas que no me pueden hacer en una entrevista de trabajo? Son estas tres”. La primera, según el abogado, es una que muchos candidatos han escuchado alguna vez y que, a simple vista, parece inocente. “Primera: una que parece inofensiva y es: ‘¿Tienes hijos?’”.

Varias personas esperando a ser
Varias personas esperando a ser atendidas. (Freepik)

El experto advierte de que detrás de esta pregunta hay mucho más de lo que parece. “Parece inofensiva, pero lo que quieren saber es si te vas a pedir permisos, cómo va a ser tu vida en el día a día…”. En otras palabras, el entrevistador no está interesado en la vida personal del candidato por mera curiosidad, sino en anticipar posibles ausencias, reducciones de jornada o necesidades de conciliación. Desde el punto de vista legal, este tipo de cuestiones vulneran el principio de igualdad y no discriminación, ya que pueden perjudicar especialmente a quienes tienen cargas familiares.

Por eso, Ramírez es tajante sobre cómo debería responderse en estos casos. “No respondas de una forma educada, di que eso no interviene a la hora de trabajar”. La recomendación del abogado pasa por marcar límites claros y reconducir la conversación hacia el terreno profesional, sin entrar en detalles personales que no son relevantes para el puesto.

El estado civil, una pregunta frecuente con sesgo de género

La segunda pregunta señalada por el laboralista está estrechamente relacionada con la anterior y, según él, sigue siendo sorprendentemente habitual. “En segundo lugar, una muy común y es el estado civil”. Ramírez no duda en señalar que esta pregunta tiene un claro sesgo de género. “Y sobre todo, ¿sabéis a quién se la hacen? Sí, a las mujeres”.

Las fórmulas pueden variar, pero el fondo es el mismo: “¿Estás casada, soltera, divorciada?”. De nuevo, el interés real no tiene que ver con el trabajo, sino con la vida personal del candidato. “Por obvias razones, esta tampoco se puede responder, ya que también hay intereses para ver qué harás fuera de tu horario laboral y si afectará tu trabajo”.

El abogado insiste en que este tipo de razonamientos no tienen base legal ni lógica profesional. “Y no tiene por qué ser así”. El estado civil no determina la productividad, el compromiso ni la capacidad de una persona para desempeñar un puesto, y utilizarlo como criterio de selección supone una discriminación encubierta que puede tener consecuencias legales para la empresa.

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Religión, edad y política, fuera de la entrevista

La tercera pregunta que menciona Sebastián Ramírez funciona, en sus propias palabras, como un “cajón desastre”. “Y la tercera sería como un cajón desastre, donde no te pueden preguntar ni por la religión, ni por tu edad, ni por el partido político al cual sueles votar”. Se trata de datos especialmente protegidos por la legislación española y europea, y cuya recopilación en un proceso de selección está claramente prohibida.

Ramírez lo resume de forma contundente: “Ninguna de esas tres”. Ni creencias religiosas, ni edad, ni ideología política pueden ser objeto de una entrevista de trabajo, ya que no guardan relación con las competencias profesionales y abren la puerta a discriminaciones directas.