José Manuel Felices, médico: “Quitarle la nicotina al vaper no lo convierte en aire puro”

El consumo de cigarrillos electrónicos es diez veces mayor entre jóvenes de catorce a dieciocho años que en adultos

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El médico José Manuel Felices
El médico José Manuel Felices en un montaje de Infobae junto a una imagen de recurso de un cigarro electrónico. (Canva/TikTok/@doctorfelices)

En menos de 30 años, España ha conseguido disminuir en un 10% el consumo de tabaco. La última Encuesta sobre alcohol y otras drogas en España (EDADES) -publicada 2024- revela que los fumadores han caído a mínimos históricos: un 36,8% de la población declara haber fumado en el último año, un 2,2% menos que en 2022 y un 7,8% menos que en 1999.

El tabaco sigue siendo la segunda droga más consumida en España, justo después del alcohol, que tomó un 76,5% de la población en el último año. El inicio de consumo se sitúa en los 16,6 años, manteniéndose estable en los últimos 4 años; pero los fumadores van en descenso: en 2024, un 33,9% reconoce haber fumado en el último mes (39% en 2022), frente al 25,8% que lo hace a diario (33,1% en 2022). De ellos, un 67,7% se ha planteado dejarlo. También se ha conseguido reducir el consumo de hipnosedantes y analgésicos opioides con o sin receta, que desciende un 1,1%. Pero ha aumentado del consumo de nicotina en otras formas, como los cigarrillos electrónicos, que se ha duplicado en cuatro años: un 19% de la población los ha utilizado alguna vez y cada vez menos lo usan para dejar de fumar, sino para recaer.

Los datos del tabaco en España: más de un 60% de los fumadores se plantea dejarlo.

La evolución del consumo de tabaco en España evidencia un giro. Pero, mientras el uso de los cigarrillos convencionales alcanza sus mínimos históricos, el auge del vapeo entre la población más joven preocupa a médicos y expertos en adicciones. Los últimos datos de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria sitúan el consumo de vapeadores en un 11,1% entre los jóvenes de catorce a dieciocho años, frente a solo un 1,2% en la población general. Según detalla el informe, más de la mitad de los consumidores usan cigarrillos electrónicos sin nicotina. Pero, pese a la creencia popular, su impacto sigue siendo negativo para la salud. Ante este panorama, la voz del doctor Jose Manuel Felices adquiere especial fuerza, desmontando ideas que circulan en la sociedad sobre estos novedosos productos que enmascaran con colores llamativos, olores exóticos y sabores agradables el mismo producto nocivo de siempre.

El cigarro electrónico sin nicotina no es inocuo

“Quitarle la nicotina al vaper no lo convierte en aire puro”, explica Felices en una de sus últimas publicaciones, consciente de la popularidad de argumentos que trivializan los riesgos del vapeo sin nicotina. En este sentido, el especialista introduce una advertencia tajante: “Este líquido sabor melocotón no lleva el anzuelo de la nicotina, pero es una sopa de propilenglicol, glicerina, formaldehído y metales pesados. Veneno puro“.

En el discurso social y familiar, proliferan frases que trivializan sus efectos nocivos -“esto no lleva nicotina”, “esto es vapor de agua”, “esto es buenísimo”, “esto es sano”, “esto no es malo”, pero frente a esta percepción, el médico aclara que el peligro permanece, más allá del componente adictivo. “Que a ti te parezca moderno, inofensivo e incluso divertido es el triunfo de la industria tabacalera que ha encontrado la manera de seguir enriqueciéndose a costa de tu salud”, advierte Felices.