Padre e hijo diseñan juntos un dron en el garaje de casa y al estrenarlo ganan un Récord Guinness

Luke y Mike Bell han conseguido, con los materiales y recursos justos, crear el dron más rápido del mundo

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Luke Bell, creador del dron
Luke Bell, creador del dron más rápido del mundo (Youtube/ Guiness World Records)

Luke Bell, ingeniero afincado en Dubai, ha sorprendido a la comunidad tecnológica global con un logro que reescribe los límites de la velocidad de vuelo en drones. Gracias a su trabajo incansable en colaboración con su padre, Mike, consiguió que su creación, el Peregreen 3, alcanzara una hazaña reservada a pocos: consagrarse con el Récord Guinness al dron más rápido del mundo. El registro oficial fue confirmado cuando el pequeño aparato rompió la barrera de los 580 kilómetros por hora (360,4 millas), desbancando la marca anterior que había permanecido en Suiza por más de un año.

La singular hazaña se sitúa entre los hitos inesperados del mundo de la robótica civil. En redes especializadas y medios de tecnología emergente, el nombre de Bell ha circulado con gran interés, no solo por el resultado sino por la metodología de trabajo empleada. Mientras que importantes programas de inversión y desarrollo en robótica muchas veces parten de equipos multidisciplinares o grandes presupuestos, el caso de los Bell destaca por su modestia y enfoque familiar.

La colaboración diaria entre padre e hijo, esa combinación de pasión y precisión técnica, jugó un papel central para lograr resultados excepcionales. Este desenlace inesperado llamó la atención de expertos en tecnología de drones y organismos interesados en las aplicaciones aeroespaciales de alta velocidad, posicionando a la familia Bell como referentes en la escena internacional de los récords tecnológicos.

Cómo han desarrollado la idea del dron

La idea de elaborar un dron nació de la pasión de ambos por la tecnología. Desde las primeras intenciones hasta el resultado final ha habido un desarrollo muy minucioso. El Peregreen 3 no solo ha llamado la atención por cifras extremas, sino por el enfoque artesanal y personalizado de cada etapa de su desarrollo. Luke Bell combinó su formación en ingeniería con una inclinación personal por los desafíos de la robótica doméstica, dedicando tiempo libre durante varios años a idear y refinar este modelo junto a su padre, Mike.

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Este proceso involucró desde la selección de materiales hasta la integración de componentes electrónicos a medida, permitiendo experimentar con diversas configuraciones hasta alcanzar una estructura optimizada para soportar altísimas velocidades. Uno de los elementos diferenciadores de este proyecto reside en el software exclusivo que controla al Peregreen 3. Lejos de recurrir a soluciones conocidas o sistemas comerciales, Bell optó por diseñar una interfaz de control propia, programada para reaccionar con precisión milimétrica ante las exigencias de aceleraciones extremas.

Este factor resultó decisivo para manejar velocidades superiores a 500 km/h, un terreno en el que cualquier desfase o error de comandos puede conducir fácilmente al desastre. Además, la colaboración entre padre e hijo fue clave en la operación. Durante los ensayos de máxima exigencia, Mike supervisaba en tiempo real la temperatura, el voltaje y otros parámetros críticos del dron, usando dispositivos de monitoreo desarrollados ad hoc. Esta vigilancia constante permitió detectar riesgos estructurales y tomar medidas preventivas para evitar fallos súbitos.

Un récord mundial sin precedentes

El dron que ha batido
El dron que ha batido todos los récords (Youtube/ Guinness World Records)

El título de dron más rápido del mundo para el Peregreen 3 adquiere más relieve cuando se comparan sus cifras con referentes de otras disciplinas. El récord Guinness que ostentaba Suiza hasta este año ya se consideraba una meta difícil de superar; no obstante, el aparato diseñado por Luke Maximo Bell logró dejar atrás ese registro y fijar el listón en 580 km/h, un salto cualitativo que genera nuevas expectativas sobre el potencial límite de estos dispositivos.

El dato resulta aún más significativo si se toma como referencia el récord de velocidad para automóviles de producción, actualmente en manos del Yangwang U9 Xtreme: 496,2 km/h. Este contraste pone en perspectiva el avance, pues supera por más de 83 km/h a un coche que representa la cúspide de la ingeniería automotriz contemporánea. La historia de este dron y la dinámica entre padre e hijo ya circulan entre relatos inspiradores de la innovación tecnológica, anotando un antes y un después en la historia reciente de la alta velocidad en drones.