El origen de los tanques orugas fue un tractor: el vehículo de campo que inspiró a los carros de combate de la Primera Guerra Mundial

La empresa ‘Caterpillar’ relata su historia con un cuidado archivo, y el experto en motor de ‘Garaje Hermético’ la ha relatado en su cuenta de TikTok

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Maquinaria que inspiró tanques (Caterpillar
Maquinaria que inspiró tanques (Caterpillar Archivo)

El nacimiento de los tanques de orugas tiene sus raíces en la agricultura californiana de finales del siglo XIX. El terreno fangoso obligaba a los inventores a buscar soluciones para evitar que los tractores se quedaran atrapados. Dos rivales, Benjamin Holt y Daniel West, protagonizaron una competencia directa que acabó en la creación de una empresa que hoy en día sigue viva. Lo que no podían esperar es que con uno de sus inventos inspirarían a muchos futuros carros de combate.

El experto en vehículos conocido en TikTok como @garajehermético ha relatado esta historia a sus seguidores. Una adaptación de un tractor acabó siendo la base de los carros de combate oruga, preparados para avanzar por diversos suelos y materiales. La empresa en cuestión, Caterpillar (oruga en inglés), detalla esta trayectoria de décadas en su web, y cuenta con un gran archivo de imágenes.

Buscando desarrollar maquinaria capaz de trabajar en condiciones extremas, acabaron sentando las bases de una innovación que más tarde cambiaría la historia militar. Hoy, Caterpillar fabrica desde motores de barcos a camiones de grandes dimensiones, mientras que una de las ideas que propulsó su empresa es clave en todos los ejércitos actuales.

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El tractor que dio origen a tanques

Como cuenta Garaje Hermético, mientras los caballos eran habituales en los campos, los campesinos del “fértil valle de California” encontraban enormes dificultades para operar sus maquinaria agrícola durante largas temporadas de barro. La primera apuesta fue construir tractores cada vez más grandes y utilizar ruedas de dimensiones considerables, llegando a experimentar con modelos de hasta 14 metros de diámetro.

Sin embargo, el problema persistía y la productividad agrícola se veía comprometida. En 1904, inspirado por la observación de granjeros que colocaban tablones bajo sus vehículos para no atascarse, Benjamin Holt ideó una nueva solución al equipar uno de sus tractores de vapor con orugas. Fue un fotógrafo quien acuñó el nombre “Caterpillar”, al comparar el movimiento de la máquina con el desplazamiento del animal.

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De la innovación agrícola a la guerra

El éxito comercial de los primeros Caterpillar atrajo la atención no solo del sector agrícola, sino también de la incipiente maquinaria militar. Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, el Ejército británico se enfrentó al desafío de atravesar terrenos pantanosos. Los tractores Caterpillar, ya convertidos en un referente de su sector gracias a la unión de los dos rivales en un solo proyecto, dieron una idea que cambiaría la industria de defensa.

Sobre la base de esos tractores de orugas surgió una nueva categoría de vehículo al añadirles blindaje y armamento, dando lugar a los primeros carros de combate de la historia. Aunque la idea no nació de la propia Caterpillar, el considerado primer tanque en combate fue el británico Mark I. La tecnología de los tractores estadounidenses fue el primer lugar donde se vio este sistema para desplazarse.

El avance de los tanques durante la guerra revolucionó la estrategia militar y aceleró el desarrollo de vehículos especializados. Los retos de la movilidad en el campo de batalla impulsaron a ingenieros y fabricantes a perfeccionar el diseño de orugas, mejorando la capacidad de transporte y resistencia de los vehículos blindados en conflictos posteriores.