Los remedios caseros que utilizan los restaurantes para eliminar el olor a fritura

Desde trucos de prevención hasta las soluciones más eficaces para terminar con los olores fuertes tras el cocinado

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Remedios caseros - VisualesIA
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Transformar la experiencia de freír en casa sin que el olor a fritura invada cada rincón es posible si se aplican métodos naturales y estrategias profesionales que han demostrado su eficacia en restaurantes. Aunque muchos recurren a productos químicos o ambientadores, la clave reside en neutralizar y no solo enmascarar los olores, utilizando remedios sencillos y técnicas de ventilación adecuadas.

El olor a fritura persiste porque las partículas volátiles de grasa se adhieren a superficies como paredes, cortinas y muebles, y no basta con abrir una ventana para eliminarlas. Durante la cocción, el aceite alcanza temperaturas de 150-180 °C, lo que libera compuestos que permanecen en el aire durante horas o incluso días. Esta compleja mezcla de sustancias químicas convierte el olor a fritura en uno de los más difíciles de erradicar en el hogar.

Tres trucos para prevenir el olor a frito

(Freepik)
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La prevención resulta mucho más eficaz que cualquier remedio posterior. Una de las técnicas más recomendadas consiste en colocar una cacerola pequeña con agua, rodajas de limón y ramitas de romero junto a la sartén mientras se fríe. El vapor que se genera neutraliza las partículas olorosas en el aire, gracias al ácido cítrico del limón y al aroma del romero, que enmascara el olor a fritura. Este método es especialmente útil al preparar pescado, cuyos olores suelen ser más intensos y persistentes, y también se emplea para carnes asadas o platos de sabor fuerte.

Otra alternativa preventiva es el uso de hojas de laurel. Añadir de 4 a 5 hojas a una cacerola con agua hirviendo y mantenerla en ebullición durante al menos 10 minutos mientras se fríe permite que los aceites esenciales del laurel neutralicen tanto los olores a frito como los de quemado. A diferencia del limón, el laurel resulta igualmente eficaz después de cocinar, lo que lo convierte en un recurso versátil para cualquier momento del día.

Un truco tradicional, especialmente valorado en entornos rurales, consiste en añadir rodajas de manzana directamente al aceite frío antes de freír. A medida que el aceite se calienta y las manzanas se doran, liberan compuestos que absorben los olores volátiles y reducen el humo. Además, este método permite saber cuándo el aceite ha alcanzado la temperatura adecuada, ya que las manzanas se doran de manera uniforme.

Soluciones rápidas tras el cocinado

(Imagen ilustrativa infobae)
(Imagen ilustrativa infobae)

Cuando no se han tomado medidas preventivas, existen soluciones rápidas para eliminar el olor tras la cocción. Hervir una mezcla de agua y vinagre blanco en proporción 2:1 en una cacerola y colocarla en la cocina inmediatamente después de freír neutraliza las partículas de grasa volátiles en pocos minutos. Aunque el vinagre desprende un olor inicial, este desaparece rápidamente junto con el olor a fritura, dejando el ambiente notablemente más limpio.

El café molido es otro absorbente natural muy eficaz. Tras freír, dejar un recipiente con café molido seco sobre la encimera durante la noche permite que absorba los restos de grasa y reemplace el olor desagradable por un aroma revitalizante. Para acelerar el proceso, hervir granos de café con anís estrellado en agua genera un vapor aromático que purifica el aire en 15-20 minutos.

En el ámbito profesional, los restaurantes emplean sistemas de extracción de alto rendimiento y campanas de filtración avanzadas. Estos dispositivos capturan hasta el 99 % de las partículas volátiles justo encima de la sartén, gracias a filtros de carbón activado y mecanismos multietapa. El mantenimiento regular de estos sistemas, mediante la limpieza o sustitución de filtros y la adecuada gestión de los conductos de escape, es fundamental para evitar la acumulación de grasa y garantizar su eficacia.

La ventilación natural y el intercambio de aire forzado complementan estos sistemas en las cocinas comerciales. Durante la fritura, se abren ventanas estratégicamente y se activan sistemas de renovación de aire que expulsan el aire viciado, evitando que las partículas olorosas se depositen en las superficies. En entornos donde la fritura es continua, la renovación completa del aire con aire fresco y filtrado cada hora mantiene un ambiente agradable y libre de olores.