María José Gómez, experta en protocolo: “Un bocadillo de longaniza no es un motivo para perder la elegancia”

La experta recomienda unos consejos simples con los que hacer del consumo de este emblema de la gastronomía española una experiencia agradable y elegante

Guardar
La experta no rechaza al
La experta no rechaza al bocadillo, sino que nos enseña cómo consumirlo de forma elegante. (Freepik)

El bocadillo es una de las delicias más amadas y degustadas en España. No obstante, la forma de consumirlo es clave, ya que esta podría ir asociada a una cierta informalidad o falta de educación en la mesa.

Aquí interviene María José Gómez, experta en protocolo y etiqueta, quien desmiente esta afirmación, demostrando que uno puede disfrutar de cualquier tipo de bocadillo, hasta de salchichón o chorizo, respetando la etiqueta. Tan solo hace falta seguir unas simples directrices para preservar el decoro a la hora de su consumo.

Paso número uno: la presentación

El tutorial de Gómez inicia con un paso muy importante: la presentación. En vez de clavar los dientes directamente en el bocadillo, arriesgando de mancharse los dedos o la ropa, la experta propone otra técnica más sencilla y práctica.

La forma correcta, afirma Gómez, es cortar el bocadillo por la mitad si es muy grande. Esta simple acción facilitará el manejo, y evitará el principal error que revela a una persona con malos modos: “devorarlo como si fuera la última comida de su día”.

El corte por el medio
El corte por el medio facilita el consumo y previene manchas. (Instagram / @barladinaora)

La experta deja claro que el protocolo no deja lugar a voracidad o “proezas circenses”: cualquier intento de incluir más de lo razonable y lo necesario, revela una falta de formalidad y queda descartado.

La técnica de los cuatro dedos

Esta técnica revela la manera perfecta, según la etiqueta, de sujetar el bocadillo. Gómez recomienda sujetarlo con ambas manos, persiguiendo dos objetivos claros: control y contención.

La experta explica que dos dedos van a sujetar la parte de abajo para que no se caiga nada. Normalmente, los dos dedos serán el pulgar y el índice de una mano. Es imprescindible aplicar la técnica, a menos que queramos que trozos de pan o ingredientes acaben en el plato o, pero aún, en la mesa.

Noticias del día 19 de septiembre del 2025.

Los otros dos dedos sujetarán la parte de arriba. Esto nos ayudará no solo a tener un control más firme sobre nuestra comida, compactando ligeramente el contenido para evitar desprendimientos, sino que también a dar un bocado del tamaño adecuado: un bocado, explica la experta, pequeño y elegante.

Bajar la cabeza

Aquí, Gómez recomienda, además del uso de las dos manos y varios dedos para sujetar el bocadillo, inclinar ligeramente la cabeza hacia abajo. Esta pequeña acción, explica la experta, se debe sobre todo al pragmatismo elegante que nos ayudará a evitar que muelles o aceites manchen la ropa, sin llegar al punto de encorvarse sobre el plato.

Un último consejo

Una práctica que Gómez no recomienda bajo ninguna circunstancia, es manipular el interior del bocadillo. La experta considera que abrir el bocadillo para empezar a buscar cosas y recolocarlas se considera lo contrario de elegancia y demuestra una falta de conocimientos de la etiqueta.

“No se trata de un cofre del tesoro, simplemente es un bocadillo”, recalca Gómez a modo de conclusión.

La experta deja claro que la composición de la comida se acepta de la manera en la que ha sido servido, sin permitir revisiones, ni alteraciones por parte del comensal.